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Acababan de dar las dos de la tarde, la campana suena como todos los días y los últimos grupos presentes en la Preparatoria Estatal salen de clases tras un día más concluido; se pueden ver a muchos estudiantes salir por las varias puertas alrededor del largo pasillo, y entre ellos saliendo del final nuestro objetivo, caminando lento y con la mirada abajo mientras los característicos mechones sobre su cabeza se mueven, recorre el pasillo en silencio mientras las risas y pláticas avanzan con el tumulto que poco a poco va saliendo de la institución.
– ¡Hey, Elián! –Dijo un chico alto cerca de la puerta.
Con ligera sorpresa el muchacho levantó la mirada buscando el origen del saludo, al voltear a la izquierda lo encontró.
–Hola Hans. –Saludó el chico con la mirada hacia arriba, pues su amigo era fácilmente uno de los estudiantes más altos de la escuela–. ¿Qué tal el día?
–Todo bien, todo increíble. –Contestó Hans–. Tenemos un chico nuevo en el salón, es algo callado pero seguro que es genial. Me recuerda un poco a como eras cuando nos conocimos, tal vez puedan ser amigos.
–Tal vez. –Respondió Elián soltando una risa más bien incómoda.
– ¿A ti qué tal te fue? –Preguntó el chico alto.
–Es igual al resto de semestres, me gusta que se mantenga estable, pero sería mejor ver algo nuevo. –Respondió Elián con su ánimo entre mezclado de costumbre–. Bueno, tutoría nos encargó escribir 50 cosas sobre nosotros mismos ¿De dónde sacaré tanta información sobre mí? –Añadió con desdén.
– ¿50 cosas? Eso es una simpleza, solo añade datos sin importancia, como no sé… –Se detuvo un instante para pensar–. “Soy Acuario”, “mido 1.75”, “me gustan los días lluviosos” y esas cosas, cuando te fijes ya terminaste.
–Espero que sea así de fácil. –Dijo el chico con tono de duda.
–Seguro que sí, y con sus disculpas, me retiro –Dijo actuando con una voz elegante–. Adiós bro, tengo entrenamiento. –Añadió.
–Adiós Hans. –Dijo Elián moviendo la mano mientras su amigo se alejaba, para pronto quedarse solo, pues todos ya se habían ido.
Pronto comenzó a caminar, pensando en qué cosas debería escribir sobre sí, pensando en su soledad, cosa que no le molesta pero que le gustaría cambiar, tal vez hablarle a más personas o unirse a un club escolar, salir más seguido de casa o buscar un trabajo, muchas opciones todas aterradoras para el nervioso muchacho, pero inmiscuido en su mente terminó llegando a casa, sacó unas llaves de su mochila, abrió la puerta y tan pronto como entró la cerró.
Ahí estaba Toby, su perro, un pequeño animal de dudosa raza y procedencia, con el pelaje desaliñado pero un enorme y noble corazón como todos los perros, Elián colgó sus llaves y se agachó a acariciar a su mascota, podrá parecer un trapeador pero es la única bienvenida que el chico recibirá y es suficiente.
–Está bien chico, ya debo terminar de llegar. –Dijo Elián a su perro al tratar de levantarse, y tras lograrlo continuó su camino por la casa.
La casa estaba vacía con la misma familiaridad de todos los días y eso no le molestaba, llevaba años viviendo así y aunque a veces duda en si eso cambiará prefiere continuar con sus días hasta que eso suceda. Llegando a su habitación colocó la mochila junto al escritorio, el suéter amarillo que lleva diario en un perchero y se arregló para estar en casa.
Pero la tarde está presente y con ella el hambre, así que se dirigió a la cocina, comenzando por tomar el saco de croquetas de debajo del fregadero y sirviéndole a su perro, mismo que llegó corriendo apenas escuchó el sonido de las puertas que retienen su alimento cautivo; continuó por lavarse las manos y preparar ahora algo para él, nada realmente elaborado, un par de rebanadas de pan, una de jamón y ¡una de queso! que resultaba una sorpresa para él.
–Mamá compró queso, eso es nuevo. –Dijo para sí mismo aún con la cabeza dentro del refrigerador.
Con un sándwich listo se dispuso a comer, mientras recordaba que este mismo tipo de queso compraba su madre cuando él era pequeño, ahora estaba dentro de muchos recuerdos, la verdad es que Elián es alguien muy metido en las memorias y un guardián muy celoso de los buenos momentos del pasado, y en el ahora el sabor a otros tiempos y el clima frío de enero lo hicieron sentir nostálgico, algunos dicen que es muy sentimental pero a él no le importa, disfruta de sentir porque eso le recuerda que está vivo.
Una de las ventajas de la soledad es que la casa apenas se ensucia, pues cuando uno está el otro no, o directamente no hay nadie dentro. Elián pasaba por el pasillo de regreso a su habitación mientras veía las fotos colgadas en las paredes, eran otros tiempos y todos visibles en los muros como el primer día, ese pasillo es su sitio favorito de la casa.
Llegó a la habitación, tomó su libreta y comenzó a escribir, porque si bien esa asignatura es una vez a la semana Elián prefiere comenzar las cosas desde el primer día, por precavido o por nervioso, pero está acostumbrado a iniciar las cosas desde que surgen y tratar de mantener un orden en todo.
–Bien, no debe ser tan difícil. –Dijo mientras miraba la libreta en blanco–. Hans ya me dio un consejo.
Y comenzó.
1. Me llamo Elián Brown. 2. Mido 167 cm. 3. Nací el 25 de Mayo. 4. Mi signo es Virgo
– ¿Qué más sé de mí? –Se preguntó en silencio.
5. Mi color favorito es el amarillo. 6. No sé combinar colores. 7. En secundaria tocaba el Xilófono.
Duda de qué contar sobre sí, le es difícil contar a otros su vida y persona pero no se atreve a dejar la tarea inconclusa, así que trata de continuar.
8. Vivo solo con mi madre. 9. Tengo un perro llamado Toby. 10. Mi mejor amigo se llama Hans. 11. No sé qué estudiar. 12. Me da miedo el futuro porque es muy incierto. 13. No me gusta hablar en público. 14. Me gustan los animales
–Cierto, hablar de gustos y datos innecesarios. –Comentó.
15. Mi comida favorita es el arroz. 16. Me gustan las fotografías. 17. Me gustan los videojuegos 18. Amo las historias de fantasía. 19. Casi no tengo cosas que contar sobre mí :c 20. Mi cabello es castaño. 21. Tengo ojos azules. 22. Me dan miedo las serpientes. 23. Me gustaría tener más amigos. 24. Los domingos paso el día con mi mejor amigo. 25. Sé cocinar algunas cosas. 26. No sé a qué dedicarme aún. 27. Mi materia favorita es “Atención a Heridas” 28. No me gustan las películas de terror. 29. Disfruto mucho hablando con las personas, aunque me de miedo hacerlo. 30. Me confunde mucho esta asignatura porque debo pensar mucho en mí mismo y eso es difícil.
–Bien, terminado. –Dijo cerrando la libreta–. No era tan difícil.
