Capítulo 03

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- Empezaba a pensar que te habías olvidado de mi – dijo Erick al abrir la puerta.

Erick era mi padrastro, bueno, es mi padrastro. Mi mamá y él empezaron a salir cuando yo era muy pequeña, así que prácticamente me vio crecer y, a pesar de que no es mi padre biológico él fue el que me abrió las puertas de su casa cuando asesinaron a mi mamá.

Erick era lo único que tenía en el mundo en ese momento. Digo en ese momento porque al menos ahora tengo a Paul. Si no fuera por él hubiera tenido que pasar nueve años en un orfanato hasta que fuera mayor de edad y con suerte encontrar un trabajo que me diera para comer.

Él se volvió a casar y ahora vive con Danielle, es obvio que ambos saben acerca del plan de venganza, incluso se podría decir que me ayudaron un poco. Danielle tenía unos contactos en el restaurante al que va Jayden y nos consiguió el trabajo a mí y a Paul.

Digamos que Danielle aceptó apoyarme porque hay algunas partes del plan que omití al hablar con ella.

- Estuve ocupada – es lo único que digo antes de darle un beso en la mejilla e ingresar a la casa con bolsas de comida en mano.

- ¿Se puede saber en qué? – sonríe y cierra la puerta.

- Colocando mi nombre en la lista permanente de los Edwards – sonrío y le enseño la tarjeta con el nombre de Jayden que ahora, en vez de estar impecable, tiene un pequeño corte en la parte superior derecha.

- Sabía que lo lograrías, ¿Qué les dijiste o que hiciste para que te aceptaran? – me quita la tarjeta, la hojea unos segundos y luego la deja en la barra de la cocina.

- Le hice ojitos al hijo, drogué a la anciana y a Kimberly... no estoy segura de haberme ganado su confianza, pero digamos que se lleva bien con las personas que no son sumisas. Y ¿adivina qué?

- Tú no eres para nada sumisa – Danielle me sorprende apareciendo detrás mío.

- No, claro que no – me doy media vuelta y, al igual que a Erick, le doy un beso en la mejilla.

- Esto tenemos que celebrarlo – dice Erick y acto seguido saca cuatro copas de la alacena.

- ¿Esperamos a alguien? – pregunto sorprendida. Se supone que hoy Paul trabaja hasta tarde.

- Ah esa es para Paul, dijo que ya estaba llegan... - Danielle es interrumpida por el sonido del timbre que retumba por toda la casa - ¿Podrías abrir la puerta, cariño? – dice dirigiéndose a mí.

- Claro.

Camino hasta la entrada y veo por la mirilla a Paul, trago grueso antes de quitar el cerrojo y abrir la puerta.

- Hola... ¿Cómo estás? – no sé muy bien que decirle luego de escucharlo tan molesto y decepcionado hoy en la tarde.

- Muy bien, Madelaine, gracias – aprieto los ojos cuando me hace a un lado.

- Es Madison, por si lo has olvidado – cierro la puerta con más fuerza de la necesaria llamando la atención de los tres.

- No, no lo he olvidado. Solo que la Madison que yo conocí no era así. Y para mí, la que me habló en la tarde y la que está al frente mío es Madelaine no Madison – apoya su espalda en la barra y no deja de mirarme.

- Entonces no me conoces bien. Madison es la persona que quiere vengar la muerte de su madre y hará hasta lo imposible por conseguirlo. Madelaine es la persona que sirve a los Edwards, la pobre que pasará a ser rica en el momento en que Jayden Edwards se fije en ella a pesar de ser una simple empleada y la convierta en un miembro de su dichosa familia. Y yo no quiero pertenecer a esa familia, yo quiero vengar la muerte de mi madre – alzo la voz y Erick no lo piensa dos veces antes de llamar a su esposa y subir a las habitaciones.

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