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Esa mañana la nieve había recibido su despertar justo como se lo habían advertido las nubes espesas del día anterior. No fue sorpresa ver el de por sí nevado ambiente acumulando más y más de aquel material algodonoso y pulcro en su entrada principal.

De igual manera, salir no era una necesidad, podría quedarse el día entero en su cómoda cabaña a tomar algún té que Phil le hubiese regalado o a dormir si así lo quería, sus huesos agradecerían un descanso después de haber estado consiguiendo alimento toda la semana, previniendo el crudo invierno que les esperaba.

Technoblade, era un fiel adorador del silencio y la paz que la soledad brindaba en aquella acogedora casa, que por más que pudiese ser una mazmorra sucia y amenazante en la imaginación de los demás, realmente era un hogar acogedor para el "retirado" dios de la sangre el cual estas dispuesto a pasar sus días alejado de las grandes agrupaciones de gente y solo procurando de vez en cuando ir a visitar a Wil, o esperar a Phil el cual de igual manera lo visitaba al menos una vez por semana.

En fin, el plan de descansar se llevó acabo al pie de la letra, un té de manzanilla con un poco de leche y miel había deshecho sus nervios por completo e incluso, había rendido su alta figura al sueño durante considerables horas en su cómodo sillon rojo. Tanto que cuando sus ojos se abrieron nuevamente, el dia se habia esfumado como si de solo un parpadeo se hubiese tratado, Techno estaba desorientado, adormilado y realmente desaliñado, aunque bueno, tampoco era como que había estado muy presentable antes de rendirse a su agradable siesta que terminó por arrastrar lo que pudo ser un productivo día de trabajo a la basura. No se lamentó eso en absoluto. No ahora al menos, lo haría al intentar dormir cuando la hora indicada (la cual por cierto ya estaba proxima) llegase.

Su figura se alzó del sofá, mientras sus dedos largos y delgados comenzaban un paseo rítmico por los hilos rosados que componían una larga cabellera que en ese momento se escapaba de una trenza suelta, su camisa, abierta por un par de botones en la parte superior, dio entrada a las leves corrientes heladas que se colaban en su hogar provocando un tenue escalofrío, a pesar de eso, una vez colocado frente a la ventana, siguió sintiéndose relajado, ciertamente hambriento, pero pacifico.

El ruido del viento era su único acompañante en la habitación iluminada sólo por la luna, era un sonido... agobiante... sus ojos se cerraron, sus manos continuaron aquel cepillado improvisado en su melena ahora suelta, y decidió escuchar más.

Viento, mucho viento, este golpeaba las ventanas y paredes por fuera, a veces un poco demasiado fuerte...

Nieve, creaba un sonido peculiar al mezclarse con el aire, bueno, era una tormenta después de todo

Lobos, si se concentraba lo suficiente podría escuchar lobos aullando a la lejanía, posiblemente buscando un refugio, protegiendo a sus iguales

Un llanto infantil, una vez chillona que se mezclaba con- espera, que carajos?

- ¿Un... niño? - su voz estaba ronca, producto del clima y de haber dormido prácticamente todo el día, otro sonido nuevo que inundaba sus agudos sentidos.

Trato de concentrar su mente en su nuevo y desconcertante descubrimiento hasta que el viento se hizo aliado de sus deseos, trayendo consigo desde la lejanía aquel sonido que prácticamente lo hizo moverse en la inconsciencia.

Su cuerpo se avalanzo hacia el perchero cercano, donde una gruesa capa tan roja como la sangre se mantenía en su gloria, esta no tardó en ser colorada en su espalda, sus piernas fueron enfundadas rápidamente en botas especiales y aptas para su forma, y pronto, mientras su corazón retumbaba en sus oídos se movió hacia la puerta.

"Un jodido niño no debería estar afuera con esta tormenta..." Musitó para si mismo, atendiendo a callar las voces de duda que comenzaban a hacer eco en las paredes de su cráneo, por dios, alguien debía estar loco para querer salir con él clima como estaba. Pero bueno, Technoblade no era alguien cuerdo.

Cuando el viento helado invadió sus sentidos, otro escalofrío recorrió su columna vertebral haciéndolo temblar, su gruesa y pesada capa era una ayuda, pero no suficiente para el clima infernal que se alzaba aquella noche. Incluso, cuando sus huesos se sintieron adoloridos por el frío y su mente le ordenó regresar a casa, otro llanto traído por el viento lo convencio de salir a buscar, al menos necesitaba satisfacer su curiosidad, si no era nada o tal vez si era un sonido traído de algún otro hogar, lo que sea que fuese necesitaba saberlo o tendría menos razones para dormir esa noche.

Fue satisfactorio hasta cierto punto cuando el llanto en sus orejas dejó de ser producto del viento y comenzó a acercarse a él por proximidad después de al menos 15 minutos de caminata. El bosque lo recibió casi gustoso mientras trataba de ver hacia adelante, e viento entre los túneles de árboles se hacia más doloroso contra la piel, pero mierda, aquel sonido lo estaba estremeciendo, donde estaba la fuente? Que hacía un niño en el bosque? Y si era una especie de trampa retorcida?

Nuevamente las voces de duda comenzaron a martillar en su cerebro hasta que sus ojos ocultos tras una máscara gruesa captaron una figura inusual tirada bajo uno de los árboles frente a él, de ahí venía el sonido. Sus pasos fueron automáticos, apenas se ponía distinguir una forma tomando en cuenta que la nieve había comenzando a acumularse en aquel bulto, no sabía que esperar una vez estuviese frente a frente, solo sabe que la alerta de su cuerpo le obligó a buscar en su cinturón una espada... la cual, por cierto, ni encontró

Y bueno, no la necesitaría de todas maneras.

- uhm... - Era Quackity, creyó estar en lo correcto con aquel nombre, era el tipo que servía de perrito faldero para el idiota sujeto cabra que se la vivía tratando de contrariar a su hermano, Wilbur sobre todo ahora que las campañas políticas comenzaban en L'manburg

Estaba seguro de haberlo visto un par de veces por ahí, y las interacciónes verbales a pesar de escasas siempre habían sido un poco agrias entre ellos dos, así que si, poco o nada le agradaba el sujeto cuya cabeza estaba dejando un pequeño charco carmesí en el suelo. Pronto un nuevo sollozo erizo la piel del cuya cabellera era llevada en hilos rosados por el viento haciendo hondas hipnotizantes, el chico pato, a pesar de estar noqueado, sujetaba algo contra su pecho como si su vida dependiese de ellos, y de ahí venían los llantos.

Rápidamente su cuerpo se abalanzó al bulto de mantas que sujetaba Alex, encontrándose así con un cabrito de ojos verdes que lo observó con impresión y una curiosidad, sus ojitos llorosos resaltaban en su carita roja, posiblemente por la combinación de llanto y frío.

- Mami...-  pudo escuchar llamar al niño, refiriéndose así a Quackity el cual... mierda estaba palidisimo.

- El es tu madre, niño? - no supo como su garganta, la cual contaba con un nudo, pudo soltar aquellas palabras. Tubbo, lloro con la pregunta, asintiendo nerviosamente mientras se movía entre los brazos quietos de Alex.

- Ayuda a mami - Pidió su vocesita ronca, suplicante y temblorosa, Technoblade se vio fuera de sitio con aquella petición tan ansiosa - Papi le hizo daño a mami..

Y las cosas comenzaron a encajar lentamente en la cabeza del piglin, el pato golpeado, el niño asustado entre los brazos del chico, y, el estar en aquel ambiente nevado.

- Como te llamas niño ..? - su voz jamas había sonado tan... gentil

- Tubbo

Techno entendió rápidamente eso como un apodo cariñoso... no pregunto por su nombre "real"

- Estarás bien.. tubbo - ese nombre se sintió endulzado en su lengua - Y  tu... mamá.. también

Esa noche Technoblade había regresado a su hogar con las manos llenas. Un pequeño niño en su brazo izquierdo, envuelto firmemente en mantas y en su propia capa amplia y roja como la sangre.

Y con un inconsciente pato en su espalda, igual, bajo la capa roja, buscando esta darle calor a su cuerpo helado, el rey se preguntó si tendría que lidiar con alguna especie de pulmonía más adelante, nisiquiera sabía cuando tiempo habían pasado aquel par en aquellas condiciones, pero en el fondo deseó haber llegado a tiempo para evitar problemas.

No tenía idea realmente de por qué aquel sentimiento de preocupación era tan profundo en su pecho, pero, ahí estaba el, entrando a su hogar con dos personas, atreviéndose a romper su propia soledad, y preguntándose que mierda estaba haciendo.

Igual, no tenía tiempo para cuestionarse así mismo... tubbo tenía hambre.

Mil gracias a la personita que hizo la portada! miyooindi13

- Abejas en la nieve -  <Quacknoblade>  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora