Capítulo 15

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Maratón 3/3.


Culebra: ¿A qué? – dijo con sonrisa una socarrona.

Yo: No es nada de lo que estas pensando, malpensado. Espera.


Salí del cubículo y revisé que no hubiera nadie en los otros cubículos. Al ver que no había nadie más, volví al que estaba con Culebra, que ahora estaba sentado en el váter.


Yo: Necesito que durante esta clase, que es la última antes de que digan quien gana lo del calendario, me ayudes.

Culebra: O sea, que me toca ser tu criado.

Yo: No, criado no. Necesito que seas un buen hermano, y me ayudes.


Él se me quedó mirando. Yo me agaché para quedar a su altura.


Yo: Por favor. Si quieres yo te cocino las gambas, pero ayúdame, bueno, a mí y a Sandra – bromeé – Porfa.

Culebra: Vale – suspiró – ¿qué tengo que hacer?

Yo: Mira, yo voy a distraer a Don Andrés de alguna forma y tú vas a entrar y vas a quitar algunos votos a favor de Sandra.

Culebra: ¿Y por qué? ¿No querías que ganara Sandra?

Yo: Claro que quiero que gane ella, pero me ha pedido que hagamos que Claudia gane.

Culebra: ¿Por qué?

Yo: Déjate de preguntas y ayúdame. Venga, vamos.


Lo agarré del brazo y salimos con cuidado de que nadie nos viera. Fuimos al despacho de Don Andrés y nos hicimos invisibles los dos. Yo abrí la puerta del despacho haciendo que se levantara de su escritorio y saliera a ver si había alguien. Como no sabía si Culebra había entrado, me alejé y di un golpe a la pared con el puño, haciendo que Don Andrés saliera por completo de ahí. No aguantaba más así que me alejé lo suficiente para que nadie me viera aparecer, o sea, fui al baño y me hice visible. No sé si Culebra había salido ya, pero esa duda se me fue rápidamente cuando apareció por la puerta del baño.


Culebra: Todo hecho reina.

Yo: Gracias.


Abrí el grifo y me eché agua en los nudillos, ya qué estaban un poco ensangrentados por el golpe.


Culebra: ¿Qué ha pasado?

Yo: Gajes del oficio – sonreí un poco – No te preocupes, no es nada.

Culebra: ¿Cómo que no es nada?

Yo: Sí, de verdad. Solo necesito una venda o algo.

Culebra: No te muevas de aquí, me cuelo en la enfermería y las cojo.

Yo: Vale, gracias.


Me quedé con la mano en el agua hasta que Culebra volvió con vendas. Me sequé los nudillos y él me los vendó con cuidado. Salimos del baño y nos quedamos en las mesas del pasillo, charlando. Hasta que sonó el timbre, y ㅤambos fuimos a la clase. Él se sentó atrás con Alex, ,y yo por en medio con Sandra a mi lado. Don Andrés entró en la clase. Dio la clase normal y a los 3 minutos antes de que terminara la clase, habló.


Andrés: Muy bien, se acabó, y sobre las votaciones – Sandra me miró, yo miré a Culebra y él me sonrió cómplicemente y también sonreí – por escaso margen, pero Claudia coordinará el calendario de este año.

Claudia: ¡Toma!

Andrés: Espero que tú Sandra, y todos colaboréis con ella para hacer el mejor trabajo posible – volví a mirar a Culebra, que empezó a hacerle burla a Andrés y me reí – Muy bien, pues se acabó la democracia, para mañana terminad de leer el capítulo 6.


Sandra y yo nos fuimos donde estaban Culebra y Alex, atrás del todo.


Alex: ¿Qué te ha pasado? – me preguntó al ver la venda de mis nudillos.

Yo: Nada importante. Estoy bien.

Culebra: Yo no entiendo nada, después de todas sus putadas me pedís que le ayude a ganar a ella.

Yo: Bueno, tenemos nuestras razones - dije guiñándole un ojo a Sandra.

Sandra me sonrió y se fue con Alex afuera de la clase. Y Culebra se me quedó mirando.

Yo: ¿Qué? ¿Qué miras?

Culebra: Que eres más rara que un perro verde y que estoy rodado de frikis.


Yo no sé porque pero me sentí un poco decepcionada. Decidí ignorar ese sentimiento.


Yo: Pues esta friki te va a cocinar gambas, ¿eh?

Culebra: Anda ven, friki de las gambas – me pasó un brazo por encima de los hombros atrayéndome a él.

Yo: Friki de las gambas tú – me reí.


Claudia se acercó a nosotros.

Yo: Felicidades.

Claudia: Gracias, y siento haberme pasado pero la política, ya se sabe...

Yo: Ya.

Claudia: Discúlpate con Sandra también.

Yo: Claro.

Claudia: Ah, por cierto. Creo que voy a incluir a algunas de vuestras chicas normalitas en la portada.

Yo: ¿En serio?

Claudia: Sí, hay que dar una oportunidad a todo el mundo, además que rodeada por ellas, pues las guapas vamos a destacar mucho más.


Y tras decir eso, se fue. Yo levanté la mirada para mirar a Culebra, ya que seguía con su brazo sobre mis hombros. Él se encogió de hombros y yo solo sonreí, total, conociendo a Claudia eso era algo normal en ella. Al final, nos fuimos a casa. A la hora de la cena, estaban todos sentados, mientras que Sandra, Alex, Culebra y yo íbamos llevando el marisco a la mesa. Hubo un momento en el que Culebra y yo nos quedamos solos en la cocina.


Yo: Bueno, friki de las gambas, ya estarás contento, ¿no?

Culebra: Si. Aunque aún me falta una cosa.

Yo: ¿El qué?

Alex: Bueno, venga hermanita, que nos están esperando.


Yo miré a Alex, no sabía ni que estaba en la cocina. Bueno, volví a la mesa y después de varios minutos llegaron Culebra y Alex. Estuvimos comiendo todos entre risas, charlando y juegos. Terminamos y lo recogimos todo, pasé por el sofá y Valeria se tiró encima de mí, yo la cogí, Culebra vino detrás de mí, y Carlitos se tiró encima suya. Lucía se tiró encima de Sandra. Al final nos fuimos para arriba. Sandra estaba buscando algo bajo las camas, y yo les estaba poniendo los pijamas a las niñas.


Sandra: ¿Alguien ha visto mi otro guante?

Yo: No.

Valeria: No.

Lucía: No, a lo mejor se lo han llevado ellos, como mi muñeca, o el dibujo de Carlitos.

Yo: A ver Lucía, que ellos no se han llevado nada. No te preocupes ¿vale? Que además, luego tienen pesadillas, y seguro que el guante, el dibujo y la muñeca aparecen pronto.

Sandra: Seguro.


Culebra y Alex entraron al cuarto.


Alex: Venga enanas, a la cama – dijo cogiendo a Valeria.

Culebra: Ven aquí ratona – Lucía se lanzó sobre él – ¿De que hablabais?

Lucía: De los malos.

Yo: Lucía piensa que se han llevado el guante de Sandra, el dibujo de Carlitos y su muñeca porque no aparecen.

Culebra: No ratona, aquí no ha venido nadie, además yo estoy aquí para protegerte – dijo haciéndole cosquillas.

Alex: Venga, dad las buenas noches.

Valeria: Hasta mañana Sandra, hasta mañana tata.


Me acerqué a Valeria y le di un beso en el moflete, a Lucía también.


Lucía: Buenas noches Sandra, buenas noches T/n.

Sandra: Buenas noches.

Yo: Hasta mañana peques.


Al final Culebra y Alex dejaron a Lucía y a Valeria en el suelo, y se fueron a su cuarto. Y nosotros 4 nos acostamos.



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Los protegidos y tú (Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora