VII: Un poco de ese pasado

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Los besos de Shisui presionan sobre su piel con delicadeza, pero al mismo tiempo con tanta efusividad que incluso siente como empieza a quemarlo, ha estado rondando su cuello con sus labios y lengua regalándole pequeñas mordidas y chupetones en su blanca piel luego de que la respiración de ambos casi desfallece al estar tan ocupados con sus bocas, deborándose en sonidos húmedos, embriagándose con el sabor del otro a pequeños y grandes sorbos por igual, es la primera vez que exploran sus cuerpos de dicha manera, cuando los besos suaves y lindos ya no fueron suficientes, ambos sabían a lo que querían llegar, sobre todo Shisui, que no dejaba de besar su cuello, detrás de sus orejas, su clavícula, e irá más abajo, cada vez hasta llegar a su zona más íntima, lo ha estado imaginando, como Shisui podría satisfacerlo en este sentido solo dentro de sus sueños más húmedos y calientes, ahora que es de verdad puede decir que es mejor de lo que alguna vez imaginó. Ambos son adolescentes, podrían estar cometiendo un grave error, pero conocen la importancia de esto, de lo que simboliza la primera vez, del lazo que los unirá durante y después del acto, quieren tener una seguridad de que ese lazo no se va a romper en un largo tiempo, que están dispuestos a entregarse el uno al otro, porque lo suyo no es algo tan simple como para tomarse a la ligera.

Se empieza a sentir extraño cuando capta las manos de su novio metiéndose entre sus pantalones, cuando previamente vagaban sin rumbo acariciando su pecho apenas descubierto por su camisa medio levantada, no puede acallar varios gemidos que son como música lírica para los oídos de su novio, quien quiere más, avanzando de a poco, desea que Itachi pueda disfrutar, sacarlo de ese mar de penumbras en el que siempre se ahoga, ahora, en este momento, es tiempo de salir a la superficie, aunque sea un rato.

La mayor parte del tiempo no han hablado, recién acababan de llegar de una fiesta que había organizado un amigo que ambos tenían en común, fue un poco difícil de explicar como de una cosa pudieron llegar a la otra, pero podían culpar a los padres de Shisui al dejarle sola la casa por una noche entera, cosa que ambos iban a aprovechar.

Itachi sabe perfectamente que no es el invitado deseado para llegar a una cena familiar, y ser presentado por Shisui como su novio oficial, los señores Ogawa querían a una chica bella y correcta para novia de Shisui, no a un chico, y menos al mejor amigo de la infancia de su "hijo", tal parece que su religión les hace repudiar ese tipo de andanzas, agradece que Shisui no hubiera sido así, de lo contrario no hubiera sabido qué hacer con sus sentimientos. Lo que hacían ahora era un pecado.

━¿Te gusta lo que hago, Ita? ━ronroneó cerca de su oído, acariciando su cabello suelto, oliéndolo entre sus manos dándole breves miradas que lo derriten entero━. ¿Te gusta cuando te toco así?

¿Qué si le gustaba? Por dios, le encantaba, pero no podía decirlo con palabras, su garganta solo está disponible para dejar salir gemidos y suspiros.

Trataba de ser atrevido y también ir descubriendo nuevos lugares con sus dedos, palpando en toda la extensión de piel cálida que tiene a su alcance, pero a lo mucho que lograba llegar eran unas cuantas caricias en la espalda de su novio y eso era todo, porque él hacía la mayor parte del trabajo.

Se aferra con las uñas al ir experimentando nuevas sensaciones que nunca creyó que tendría, le gusta tanto, no es como las veces que se sentaban bajo la sombra de los árboles en Nakano, recargados en su tronco rugoso con la brisa de la cascada pegándose a su piel, ahí podían besarse con total libertad, y acariciarse por sobre la ropa sin culpas, ahora todo es tan distinto, la opresión continua se ha esfumado por completo, se pierde en la lejanía y en verdad duda mucho que vuelva a hacerles una visita inesperada y molesta.

El ayer que olvidé ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora