Hacía mucho tiempo que Halloween no caía un viernes. En general me sentía motivada por la fecha pero habiendo tanto trabajo, no me había pensado en la posibilidad de conseguirme ningún disfraz.
Cuando el día anterior en la oficina justo antes de salir, anunciaron que en lugar del soso y aburrido uniforme podía usar algo diferente (Y discreto que no distrajera a los compañeros), en lugar de sentir que tenía un mar de posibilidades, no hacía más que pensar qué podría obtener en pocas horas.
Y así, no pude conseguir nada más y nada menos que disfrazarme de árbol...
No, no el árbol que estás imaginando...
Solo usé una blusa verde con estampado de hojas y flores, un pantalón y tacones color café y accesorios de flores doradas... Ese fue el gran invento del año. El maquillaje artístico fue sencillo con tema otoño-primaveral.
Al menos no hice el ridículo y estaba justo en el medio de los dos extremos: quienes traían disfraces super elaborados, y quienes vinieron en uniforme sin enterarse que no era necesario usarlo.
Caminando en medio de la alegría y saludando a quien me saludara, llegué a mi cubículo, pero sabía que mi corazón y mi mente en realidad se estaba preguntando por un disfraz en específico y su portador...
Hoy no lo había visto; mis ojos no habían captado en nada a Shikamaru Nara o si lo hicieron seguramente tenía un disfraz muy elaborado.
Sonreí ante la idea, seguro él era de quienes vendría en uniforme porque sería muy problemático pensar en disfraces.
De repente, sentí una presencia a mi espalda. El reflejo de mi computador me advirtió de una sombra que se cernía sobre mí. Asustada giré de inmediato.
Era una figura alta, oscura y un rostro esquelético.
- Debiste ver tu cara – Dijo con sorna aunque se le notaba divertido
- Ni creas que me asustaste, idiota.
Shikamaru se sentó en el cubículo a mi lado y no pude evitar mirarlo. Como pensaba, había hecho algo poco problemático. Se había vestido de negro completamente y traía una simple mascara de calavera que cubría solo la parte inferior de su rostro dejando los ojos al descubierto. Encima de eso, traía uno de sus chalecos largos tipo gabardina que no hacía más que hacerlo ver super sexy.
- ¿Y cómo lo supiste? – Preguntó de repente mirándome.
- ¿A qué te refieres? – Dije reaccionando
Intentando mostrar un punto, aun sentado tomó mi silla de rodachines y me corrió alejándome del escritorio, haciéndome quedar frente a él.
- Te queda muy bien ser una diosa.
- ¿Q-qué? – pregunté azarada ante el alago. – S-soy un árbol.
- Oh, que modesta, Perséfone. De alguna forma imaginaste que yo vendría como Hades.
Sorprendida, lo volví a mirar y pensé en mi propio atuendo sonrojándome.
- Ni que nos hubiéramos puesto de acuerdo. Además pareces una simple parca, no el dios del inframundo.
- Esa era la idea en realidad, hasta que me vio Ino. A saber qué está preparando en este momento.
- ¿Ino?
- Ahí estás Shikamaru! Hola Temari!
- Hola Ino – Saludé a la rubia que llegó a la zona de nuestros cubículos, venía disfrazada de algún tipo de hada, posiblemente campanita. Detrás de si, traía al contador hiper-pálido del departamento, vestido con algún tipo de traje verde, que supuse que hacía referencia a algún Peter Pan contemporáneo. Traía en sus manos dos objetos oscuros y nos saludó muy rápidamente.
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Comparsa
FanfictionAsí como cuando eliges un disfraz sencillo y al final de la noche, eres una deidad...