⌜25.

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Reparando el rompecabezas.

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{ p.o.v omnisciente }

La estadía en el hospital, luego de despertar, para Jeongin fue una insoportable migraña continua. 

Doctores por doquier, chequeos, medicamentos, e incluso abogados.

El pelinegro definitivamente había pasado por muchos dolores a lo largo de su vida, pero al establecer la dura conversación con los colegas de la madre de Hyunjin acerca de la emancipación, definitivamente ha sido uno de los peores dolores de su vida. A pesar del dolor causado por progenitores, deshacerse del amor no será sencillo.

Ésta situación jamás será la correcta, en la mente de Jeongin, para conocer a los padres del pelinegro. Estaba completamente aterrado a la idea de conocer a los mayores debido al daño que pudieron haberle ocasionado a Hyunjin en el pasado, pero definitivamente eran personas completamente increíbles.

Su madre es un completo ángel y su padre, a pesar de ser un hombre muy recto, es muy amable y gracioso. Ambos lo hicieron sentir en familia el momento por el que cruzaron la puerta y eso le hizo sentir una gran calidez en su pecho. 

Contando con el hecho de que fue completamente hilarante.

—¡Debías verlo! ¡No paraba de llorar como un bebé! —aseguró la madre de Hyunjin riendo.

—Mamá, detente.

—Lloraba todas las noches, jamás había escuchado a mi hijo rezar hasta que lo oí rezando por el que despertaras —añadió el señor Hwang.

Jeongin observaba todo con una gran sonrisa y una que otra risa baja que se escapaba. Sus tomando mejillas un color carmesí mientras se sentía avergonzado y feliz.

—¡Deténganse! 

—Era tan tierno, hizo llorar a muchas enfermeras con sus palabras de amor —se unió la enfermera Kang, que se encontraba haciéndole los últimos chequeos a Jeongin.

Había pasado una semana y finalmente los doctores habían dado luz verde para darle de alta.

—¿Usted también? —preguntó Hyunjin con un tono dramático. 

Los adultos junto a Jeongin soltaron carcajadas mientras el pelinegro mayor hacía un puchero y cruzaba sus brazos sobre su pecho. Completamente haciendo una rabieta digna de un niño de cinco años.

La madre de Hyunjin observaba a su hijo con grandes ojos de orgullo. Estaba muy orgullosa de haber criado a un chico tan lleno de amor. Desde pequeño Hyunjin siempre estuvo enamorado de la idea de amar; y aunque por su situación jamás pudo hacerlo, nunca perdió esa chispa dentro de su corazón.

Él lo contaba mediante su poesía y su arte, hasta que Jeongin se cruzó en su camino y conoció la belleza de expresar su amor mediante a flores y colores.

—No te avergüences, Jinnie, me encanta saber que jamás perdiste la esperanza en mí —indicó Jeongin.

El mencionado sonrió y asintió lentamente con su cabeza.

—De igual manera me siento abochornado —susurró. 

Jeongin se limitó a sonreír mientras acariciaba su mano.

—De acuerdo, pequeño, eso sería todo. Ya estás listo para irte —anunció la enfermera Kang con una mirada de nostalgia. 

Yang no pudo evitar emocionarse. Había perdido casi cuatro semanas de su vida dentro de éstas cuatro paredes y no podía esperar ni un segundo más en salir. Comenzar a vivir su vida sin ataduras y sin dolor.

↦  Insania ҂ HyunIn. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora