あなたわあかいへやがすきですか?

72 15 145
                                    

28 de junio de 2004, Japón.

Son casi las diez y media de la noche y Park Jimin, un estudiante universitario residente en la ciudad de Kurume, se detiene frente a un escaparate donde puede ver una serie de televisores que actualmente transmiten las noticias más recientes. Hay una que le llama la atención especialmente. Trata sobre una niña de 11 años que ha matado a su compañera de clase a sangre fría. Queda estupefacto. Y pega un salto cuando alguien toca su hombro sin previo aviso. Tan siquiera lo había escuchado llegar.

“¡Hola, Jimin-san!” Exclama un joven chico al que Jimin reconoce enseguida.

“Joder, Akiro-kun, qué susto.” Se queja, golpeando a su compañero y amigo de clase en el hombro, quien solo se ríe y como ‘disculpa’ decide ofrecerle un cigarrillo a Jimin, quien por supuesto acepta. Y tras dejar que el contrario encienda el cigarro, le da un par de caladas, dejando salir el humo que pronto se desvanece.

“¿Qué mirabas antes?” Inquiere, curioso. Mira de reojo los televisores de la tienda, los cuales están transmitiendo una serie de anuncios sobre nuevos electrodomésticos.

“Las noticias de la niña asesina. Supongo que ya las has visto.” Akiro asiente, tirando al suelo la colilla de su cigarro y pisándola un par de veces.

“Todo el mundo habla sobre eso, claro que lo he visto. Por cierto, ¿ya has oído hablar sobre la habitación roja?” Jimin frunce el ceño, repitiendo en su cabeza las palabras del contrario.

“¿Qué habitación roja?” Pregunta, teniendo una fuerte necesidad por saber a qué demonios se refiere Akiro con eso.

Este le explica que es una leyenda urbana y que existe una página web tras la búsqueda de 'La habitación roja'. Akiro, además, le dice que varias personas se han suicidado después de entrar en esa página en internet.

“Oh vamos, no puede ser cierto.” Sonríe y niega con la cabeza mientras apaga su cigarrillo, no creyendo en absoluto lo que le ha dicho su amigo.

“¿Seguro?” Le pregunta Akiro, alzando ambas cejas mientras ambos comienzan a caminar. “¿Y si lo comprobamos?” Propone, esbozando una sonrisa que, en definitiva, a Jimin no le da ni una pieza de seguridad.

“Paso.” Responde, sin embargo, hay una chispa de incertidumbre, de curiosidad y morbo, que le está haciendo dudar de su respuesta.

Y así es cómo, irónicamente y en contra de lo que había dicho, finalmente termina sentado frente a su computadora. Aún duda, pero pronto comienza a teclear el nombre de la página web y, cuando la encuentra, una ventana emergente aparece en la pantalla y no puede evitar fijarse en el color rojo intenso con algo escrito.

あなたは好きですか?
¿Te gusta…?

Jimin lo lee y, confuso, decide cerrar la ventana. Pero vuelve a salir, y la vuelve a cerrar. Esta misma acción ocurre repetidas veces hasta que se da cuenta de que hay algo más escrito. Frunce el ceño, sintiéndose nervioso. Su corazón cada vez late con más pulsaciones por minuto de lo que debería.

Vuelve a cerrar la ventana y, de nuevo, aparece.

あなたは赤が好きですか?
¿Te gusta el rojo?

Esta vez Jimin se para a leer lo que pone y siente un escalofrío. Ahora está seguro de que debía haber hecho caso a su instinto de no buscar esta página web porque tiene un mal presentimiento y no le gusta. Mucho menos le gusta la última pregunta que aparece tras intentos absurdos de cerrar la ventanita roja.

あなたは赤い部屋が好きですか?
¿Te gusta la habitación roja?

Jimin se queda paralizado. Traga saliva tan fuerte que hasta le duele. La pantalla de su ordenador cambia y, en un fondo rojo, aparece una larga lista en la que precisamente al final aparecen su nombre y el de su amigo.

Trata de apagar el ordenador pero resulta ser en vano porque no obtiene ningún resultado.

Su corazón parece que va a abrirle un agujero en el pecho para salir disparado, pero casi se detiene cuando las paredes de su habitación se tiñen de sangre y, detrás suyo, siente una presencia extraña. Y mira de reojo cómo una mano esquelética y negruzca se acerca a su boca por detrás. Cierra los ojos y se resigna, convencido de que este será su último momento de vida.

Días después, sale la noticia de dos suicidios nuevos.

***

¡Hola! Espero que os haya gustado este pequeño relato.

Me inspiré en una leyenda urbana japonesa (por eso todo transcurre en Japón kakslakdk).

Esta leyenda básicamente habla sobre lo que ocurre en el relato. Que al buscar 'Red room' o 'The red room' en internet, te sale la página e inevitablemente aparece una ventana emergente con la pregunta '¿Te gusta…?'. Y al cerrarla, automáticamente vuelve a salir pero lentamente, van apareciendo más letras (en realidad caracteres kanji y hiragana) hasta formular las dos siguientes preguntas. Y, tras salir la última pregunta, es cuando las paredes se vuelven rojas (de ahí pues la habitación roja) y en la pantalla del ordenador aparece una lista de nombres en un fondo rojo. Y la víctima pues nota en el reflejo de la pantalla o una sombra que le hace saber que hay algo o alguien detrás.
Sin embargo, tras la muerte, todo vuelve a la "normalidad", pareciendo un suicidio. La única excepción a esa "normalidad" es la pantalla del ordenador que sigue con la lista, pero al querer indagar se apaga inmediatamente y deja de funcionar, incapacitando la búsqueda de pruebas.

Ahora, ya para añadir información relacionada a esta leyenda urbana. Esta se relaciona normalmente con el crimen de Sasebo (ciudad situada en la prefectura de Nagasaki) y Nevada-tan (después se descubrió su nombre real: Natsumi Tsuji). Para más info podéis buscar en internet jeje.

Btw, todo esto lo descubrí viendo uno de los vídeos más recientes de Jordi Wild y me inspiró a escribir este relato 🙆🏻‍♀️

Esto es todo uwu, decidme en comentarios vuestras opiniones si queréis 💜

(Lmao la nota del final y el contexto casi es más largo que el propio relato kajslandmam)

赤い部屋 (red room) • PJM • OS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora