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Como la primera vez que llegó allí, Seokjin se sentía algo desorientado en su regreso a la escuela

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Como la primera vez que llegó allí, Seokjin se sentía algo desorientado en su regreso a la escuela. El curso anterior que estaba a su cargo, ya le restaban meses para graduarse, por lo que, el director lo designó a un curso de primer año, aprovechando la licencia indefinida que se tomó la antigua profesora responsable del ellos.

No pudo evitar los nervios iniciales, al entrar al salón y ver sus rostros infantiles aún, observándolo con curiosidad.

—Buenos días —saludó con amabilidad. —Me presento, soy Kim Seokjin... —usó el apellido de su prometido, sabiendo que pronto volvería a ser el suyo, una vez se casaran. —Y desde ahora, hasta final del curso, seré su maestro a cargo —escaneó el salón, viendo las sonrisas tímidas de algunas alumnas y los asentimientos de los chicos. Era un recibimiento agradable, y considerando lo distantes que eran los adolescentes hoy en día, no podía esperar más. —¿Quién es el presidente de la clase? —preguntó, y un chico de cabello castaño claro, no tardó en ponerse en pie, sonriendo radiante hacia él. —Oh, eres tú... ¿cuál es tu nombre?

—¡Soy Park Jihoon! —se presentó con entusiasmo, y Seokjin asintió en reconocimiento.

Parecía un chico amable y cordial, bastante respetuoso y Jin agradeció su buena voluntad, cuando al final de la clase, se ofreció a ayudarle a llevar las carpetas.

—Es raro tener un profesor nuevo a mitad del curso —comentó, mientras caminaban por los pasillos, hasta la sala de maestros.

—Bueno, la señorita Lim tuvo una rotura muy severa de rodilla —respondió Seokjin. —Supongo que tardará bastante en recuperarse.

—P-Pero... no lo digo porque no esté feliz con su llegada, profesor Kim... Es... Es todo lo contrario —se apresuró a aclarar. —Usted me agradó desde el primer momento...

—Oh... —Seokjin alzó las cejas, tomado con la guardia baja. —Hm... gracias Jihoon.

Dejándolo en la sala de maestros, el chico se despidió con una reverencia completa y se marchó. Seokjin entró, dejando las carpetas en su sitio, sintiendo unas palmaditas en el hombro.

—Bienvenido de vuelta, colega —era Min Yoongi. —¿Qué tal tu primer día?

—Am... interesante —dudó. —Los menores son los más difícil de leer, pero el curso parece tranquilo hasta ahora.

—Espera a que tomen algo de confianza —se burló. Sacó una caja de cigarrillos y se la enseñó en una invitación silenciosa para salir de la sala de maestros.

—Oh, sabes que yo no... —puso una mano al frente, sin borrar la sonrisa.

—Lo sé, pero... ¿me acompañarías? —dijo, comenzando a caminar. Seokjin supuso que, durante su horario de clases, era el único momento que el rubio podía darse el gusto de fumar, ya que, estando con Jungkook en su estado, no podía hacerlo en casa. Salieron por la puerta acristalada al frío aire de invierno. Al menos, ya no nevaba. —¿Qué hay del chico que te acompañaba? ¿Lleva malas calificaciones y busca aprobar? —rio bajo, accionando el encendedor. Luego acomodó un cigarrillo entre sus labios y lo encendió con experticia.

Ni tan JUNTOS, ni tan REVUELTOS - YoonKook/NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora