Capítulo 27- Aaron

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Estaba con Hazel en su cuarto hablando de lo que pasó. En verdad, sí me sentía orgulloso de ella, ya que Julliette siempre le había hecho la vida imposible a todo el mundo y aparte seguro que se había visto como una maldita diosa golpeándola y humillándola, porque era lo que se merecía.

Aunque también se veía como una maldita diosa cuando estaba hablando con ella.

Llevaba un corsé negro con una falda a juego que le quedaba extremadamente bien. La tela se ajustaba perfectamente a su torso, haciendo notar su atractiva figura.

— ¿Has tenido problemas con ella? La directora. He visto que os mirabais con rencor.

— Eres inteligente... — sonreí. Hazel era más astuta de lo que pensaba — ...pero, sí, algo así. Me expulsaron por provocar una pelea.

— Ya veo. ¿Eras el típico chico malo? — retó.

— No era el típico de las películas americanas, pero se podría decir que sí.

— ¡Señora!¡No!¡Ayuda! — La voz de Myri resonó por todo el palacio. Nos miramos con incredulidad.

— ¿Esa era Myri? — Comentó Hazel, atónita.

— Eso parece... — yo también estaba sorprendido, y lo estuve más cuando vi a la madre de Lynn entrar al cuarto.

— ¡Ayúdame! Por favor... ─ ni siquiera saludó, llegó hiperventilando y mirándome con ojos de perro regañado.

— ¿Qué haces tú aquí? — Sentí una presión en el pecho.

— ¿¡En serio?! — Esta se enfureció cuando vio a Hazel detrás de mí —. ¿¡Dejaste la memoria de mi hija por ella?! Eres un imbécil.

Hazel la miró de manera desafiante y enfadada.

— Hazel, retírate. Ahora te busco — la abracé y besé su frente. Quise parecer acaramelado con ella, así le podía hacer creer a la madre de Lynn que ya había alguien.

Esta se fue y solo quedamos la madre de Lynn y yo.

— Desde que Lynn murió, dijimos no volver a vernos. ¿Qué coño quieres?

— Prometiste darme un dinero quincenal — parecía una niña caprichosa, tenía el ceño fruncido y la mandíbula presionada —. Desde que Lynn murió no me han dado nada.

— Desde que estoy con Hazel, su familia recibe el dinero. Ahora, lárgate.

— ¡Por favor, ayúdame!...

Me fui, ignorando sus palabras, o tratando de ignorarlas. No quería problemas ahora.

— ...Lynn sigue viva. — Confesó.

Me paré en seco y me giré. Era imposible que ella estuviera viva...

— ¿Cómo que está viva?

— Lynn ya no aguantaba todo esto — esta se puso a llorar, mientras que yo trataba de asimilar la situación —. Todo fue fingido, todo pagado por tu padre. Pero Lynn te extraña y se arrepiente. Se arrepiente de dejarte y aceptar el trato.

— Lárgate con tu farsa, Lorena. — La dejé con la palabra en la boca y me largué hacia el vestidor, donde allí estaba Hazel, con un semblante serio.

— ¿Todo bien?

— Sé que la buscarás.

— ¿A quién? ¿Hazel...?

— ¡Lo he escuchado todo! — Explotó en rabia — ¡He oído absolutamente todo! Y sé que ahora, en cuanto me distraiga, irás a por Lynn.

Después de eso se fue, con las mejillas algo mojadas por la frustración. Sabía que ella odiaba que la excluyera de mis asuntos. Nos quisiéramos o no, éramos una pareja, y le molestaba el hecho de que no tenía confianza con ella.

Yo me quedé ahí, viendo cómo la chica que no sabía si quería o no se largaba con el corazón en un puño.

Tuve que apartar los sentimientos de Hazel, por lo que fui a casa de Lynn, asumiendo la humillación interna.

♕♕♕

Cuando ya estaba allí, llamé a la puerta y Lorena, la misma mujer que había hecho un escándalo en el cuarto de Hazel, me abrió la puerta.

— ¿Dónde está?

— Salió. — Su expresión nerviosa era una clara demostración de que era mentira.

— Todo una puta farsa — sonreí falsamente —. Eres una mentirosa, Lorena. Me haces perder el tiem...

— ¿Qué has dicho? — una voz distinta sonó a mis espaldas.

Era la voz de Lynn.

Me di la vuelta y allí estaba ella. No había cambiado mucho, pero se notaban algunas variaciones como que tenía el pelo más corto que la última vez.

— Lynn... — la madre abandonó el salón, dejándonos solos —. ¿Por qué...?

— No estoy aquí para abrir viejas heridas, Aaron. — Desvió la mirada y bajó la voz tal como lo haría un cobarde —. Necesitábamos dinero. No era para separarte de ella. — Se llevó una mano al costado —. ¡Prometiste ayudar a mi madre en cuestión de dinero! ¡Eres un falso!

Solté una risa soberbia.

— No hablemos de falsas promesas, Lynn. Me engañaste. ¿Crees que celebré por todo lo alto tu supuesta muerte? Déjame decirte que no. Yo te amaba, iba en serio.

— Yo también, y creo que aún...pero ya hay otra.

¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora