Estaba con Hazel en su cuarto hablando de lo que pasó. En verdad, sí me sentía orgulloso de ella, ya que Julliette siempre le había hecho la vida imposible a todo el mundo y aparte seguro que se había visto como una maldita diosa golpeándola y humillándola, porque era lo que se merecía.
Aunque también se veía como una maldita diosa cuando estaba hablando con ella.
Llevaba un corsé negro con una falda a juego que le quedaba extremadamente bien. La tela se ajustaba perfectamente a su torso, haciendo notar su atractiva figura.
— ¿Has tenido problemas con ella? La directora. He visto que os mirabais con rencor.
— Eres inteligente... — sonreí. Hazel era más astuta de lo que pensaba — ...pero, sí, algo así. Me expulsaron por provocar una pelea.
— Ya veo. ¿Eras el típico chico malo? — retó.
— No era el típico de las películas americanas, pero se podría decir que sí.
— ¡Señora!¡No!¡Ayuda! — La voz de Myri resonó por todo el palacio. Nos miramos con incredulidad.
— ¿Esa era Myri? — Comentó Hazel, atónita.
— Eso parece... — yo también estaba sorprendido, y lo estuve más cuando vi a la madre de Lynn entrar al cuarto.
— ¡Ayúdame! Por favor... ─ ni siquiera saludó, llegó hiperventilando y mirándome con ojos de perro regañado.
— ¿Qué haces tú aquí? — Sentí una presión en el pecho.
— ¿¡En serio?! — Esta se enfureció cuando vio a Hazel detrás de mí —. ¿¡Dejaste la memoria de mi hija por ella?! Eres un imbécil.
Hazel la miró de manera desafiante y enfadada.
— Hazel, retírate. Ahora te busco — la abracé y besé su frente. Quise parecer acaramelado con ella, así le podía hacer creer a la madre de Lynn que ya había alguien.
Esta se fue y solo quedamos la madre de Lynn y yo.
— Desde que Lynn murió, dijimos no volver a vernos. ¿Qué coño quieres?
— Prometiste darme un dinero quincenal — parecía una niña caprichosa, tenía el ceño fruncido y la mandíbula presionada —. Desde que Lynn murió no me han dado nada.
— Desde que estoy con Hazel, su familia recibe el dinero. Ahora, lárgate.
— ¡Por favor, ayúdame!...
Me fui, ignorando sus palabras, o tratando de ignorarlas. No quería problemas ahora.
— ...Lynn sigue viva. — Confesó.
Me paré en seco y me giré. Era imposible que ella estuviera viva...
— ¿Cómo que está viva?
— Lynn ya no aguantaba todo esto — esta se puso a llorar, mientras que yo trataba de asimilar la situación —. Todo fue fingido, todo pagado por tu padre. Pero Lynn te extraña y se arrepiente. Se arrepiente de dejarte y aceptar el trato.
— Lárgate con tu farsa, Lorena. — La dejé con la palabra en la boca y me largué hacia el vestidor, donde allí estaba Hazel, con un semblante serio.
— ¿Todo bien?
— Sé que la buscarás.
— ¿A quién? ¿Hazel...?
— ¡Lo he escuchado todo! — Explotó en rabia — ¡He oído absolutamente todo! Y sé que ahora, en cuanto me distraiga, irás a por Lynn.
Después de eso se fue, con las mejillas algo mojadas por la frustración. Sabía que ella odiaba que la excluyera de mis asuntos. Nos quisiéramos o no, éramos una pareja, y le molestaba el hecho de que no tenía confianza con ella.
Yo me quedé ahí, viendo cómo la chica que no sabía si quería o no se largaba con el corazón en un puño.
Tuve que apartar los sentimientos de Hazel, por lo que fui a casa de Lynn, asumiendo la humillación interna.
♕♕♕
Cuando ya estaba allí, llamé a la puerta y Lorena, la misma mujer que había hecho un escándalo en el cuarto de Hazel, me abrió la puerta.
— ¿Dónde está?
— Salió. — Su expresión nerviosa era una clara demostración de que era mentira.
— Todo una puta farsa — sonreí falsamente —. Eres una mentirosa, Lorena. Me haces perder el tiem...
— ¿Qué has dicho? — una voz distinta sonó a mis espaldas.
Era la voz de Lynn.
Me di la vuelta y allí estaba ella. No había cambiado mucho, pero se notaban algunas variaciones como que tenía el pelo más corto que la última vez.
— Lynn... — la madre abandonó el salón, dejándonos solos —. ¿Por qué...?
— No estoy aquí para abrir viejas heridas, Aaron. — Desvió la mirada y bajó la voz tal como lo haría un cobarde —. Necesitábamos dinero. No era para separarte de ella. — Se llevó una mano al costado —. ¡Prometiste ayudar a mi madre en cuestión de dinero! ¡Eres un falso!
Solté una risa soberbia.
— No hablemos de falsas promesas, Lynn. Me engañaste. ¿Crees que celebré por todo lo alto tu supuesta muerte? Déjame decirte que no. Yo te amaba, iba en serio.
— Yo también, y creo que aún...pero ya hay otra.
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¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©
Teen FictionCanadá, un bonito país, una buena realeza y un futuro rey de veinte años condenadamente guapo. Aaron debe buscar una esposa para convertirla en reina con él, allí es donde conoce a Hazel. Una campesina de apenas diecinueve años que es obligada por s...