Desperté por culpa de mi alarma. Tenía una entrevista extremadamente importante y no podía faltar. Pero eché en falta algo.
A alguien.
A Aaron.
No me había parado a pensar en cuántos días llevaba sin venir a dormir conmigo.
No, basta, no podía pensar en Aaron, no ahora.
— ¡Myri!
— ¿Sí, Hazel? — hiperventiló un poco al venir corriendo al cuarto.
— ¿Sabes a qué hora se fue Aaron?
— Se fue muy temprano. ¿Desea algo más?
— No, gracias.
— De acuerdo, buen día.
Esta salió y me quedé sola en la habitación, maldiciendo el día en el que Aaron decidió ser novio de Lynn. Si eso no hubiera pasado, esto tampoco. O quizás sí, pero no así. Posiblemente yo no estuviera aquí.
Fui al vestidor, separando cada pensamiento, uno a uno de mi mente. Había en un maniquí un vestido rojo y ajustado de seda también junto a unos guantes, tacones y un pasador.
Me puse el atuendo y me quedaba radiante. Llamé a Senila para que me peinara y nos fuéramos a la entrevista.
Eso hicimos y en cuanto llegamos, inspiré y expiré hondo para luego entrar al plató.
— Buenos días, reina Hazel — la presentadora hizo una reverencia —. Gracias por aceptar esta entrevista.
— No hay de qué.
— De acuerdo, te haré una sesión de preguntas, puedes responder cosas fáciles, por supuesto, si no hay problema.
— No, no lo hay — mentí en cierta parte, en verdad estaba algo nerviosa.
— Hazel — Senila interrumpió, dirigiéndose únicamente a mí —. Tenga cuidado.
— Lo tendré. ¿Podemos empezar?
— Claro — la presentadora reunió al equipo de grabación y distribuyó todo perfectamente para el breve rodaje. Cámaras, papeles, micrófonos, focos...—. Buenos días a todos. Estamos desde muy temprano con una visita muy especial, es nada más y nada menos que... ¡la reina Hazel!
— Buenos días a todo Canadá — saludé nerviosa.
— Bueno, comenzaremos con las preguntas sencillas — sacó un papel de su bolsillo y carraspeó para luego leer el contenido de este—. Primera pregunta: ¿cómo se siente este cambio?
─ Ha sido algo difícil, debo de reconocer, y más con mi corta edad, pero allí todos son muy comprensibles y amables. Gracias a ellos, lo llevo todo bajo control.
— Bien — elevó las comisuras de sus labios ─. Segunda pregunta: ¿es cierto el rumor de que la expareja de Aaron está viva?
Pensé bien la pregunta. Me tomó por sorpresa, pero a la vez me lo esperaba. El país pedía a gritos saberlo.
— Sí, es cierto — admití con total seguridad y libertad. La presentadora se quedó perpleja, al igual que el estudio de grabación y al igual que posiblemente todos los espectadores que estuviesen viendo el programa —. Desde que nos enteramos, han estado pasando algunas cosas.
— ¿Puede causar algo? ¿Como su destierro de la realeza?
— No mentiré; sí que puede, y puede causar hasta más cosas.
— ¿Cómo se siente por su regreso?
Esa pregunta sí que me tomó por sorpresa. ¿Cómo me sentía al respecto? ¿Qué sentía? ¿Sentía algo acaso?
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¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©
Teen FictionCanadá, un bonito país, una buena realeza y un futuro rey de veinte años condenadamente guapo. Aaron debe buscar una esposa para convertirla en reina con él, allí es donde conoce a Hazel. Una campesina de apenas diecinueve años que es obligada por s...