Resumen: Sherlock le ofrecen un caso bastante peligro que tendrá que arriesgar su vida, cómo su amiga y asistente, trataras de convencerlo que no lo haga.
Corregida. Publicada el 1 de noviembre del 2022
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Ser el asistente de Sherlock Holmes era algo por lo que mucha gente mataría y eso lo hace aún mejor si piensas en la ironía. Sin embargo, dado que Sherlock no era una persona normal en casi todo lo que hacía, había decidido contratar a una mujer como su asistente, Mycroft lo llamaba loco y trastornado casi cada vez que mencionaba tu nombre. Eres una de las personas más inteligentes que había conocido, combinar eso con una personalidad encantadora fue la receta del éxito.
Como su amiga, ocupaste la codiciada posición de ser la persona con la que hablaba para ayudarlo a procesar sus diversas teorías sobre cualquier caso que lo estuviera acosando. Ofrecer preguntas aclaratorias demostró ser el aspecto más útil de su amistad con él, ya que a veces tener que dignarse explicar lo que estaba pensando deshizo los nudos en el problema con el que había estado luchando hasta ese momento.
Pero hoy no fue lo mismo, Sherlock estaba ido, no parecía el mismo hombre que tenía los pies sobre la tierra, casi no hablaba contigo y se perdía en sus pensamientos llegando a preocupar.
-- Sherlock -- Lo llamas por 4 vez moviendo tu mano frente a él
Pareció reaccionar, parpadeó varias veces enfocando su atención en ti y puedes asegurar que se le fue la respiración al verte. Trago saliva mirando sus manos que en una sostenía su pipa
-- ¿Que sucede t/n? -- Su voz resonó seria y sin emoción
-- Eso mismo pregunto yo señor Holmes.
Sherlock apretó sus labios entre si, sabía que cuando lo llamabas por su apellido estás enojada o triste por él, se recargo en su silla alzando su mirada para encontrar tus ojos hermoso.
Se había convertido en un hombre desesperado desde que te conoció, desesperado por un amor que probablemente no es correspondido, te ve como una mujer sumamente inalcanzable.
-- ¿Si algo llegara a pasarme?, ¿Llorarías por mi? -- Cuestionó con cautela
Frunces el ceño y tu corazón se acelera a la idea de no verlo no verlo nunca más.
-- Si -- Respondes sin dudarlo. --Si es por el caso dahmer, no tienes porque hacerlo-- Dices suavemente
-- No tengo nada que perder si acepto el caso-- Se encogió de hombros
-- Sherlock no estás pensando con claridad--Te inclinas recargando tus mano en su escritorio
--Si lo estoy, yo nací para ser detective, esta es mi vida.
-- Hablas como si no tuvieras a nadie en la vida que nada más a ti.
-- Es verdad -- Se levantó de su asiento quedando frente a ti. --No tengo a nadie más que a mi
-- Tienes a Enola, a Mycroft, incluyendo a mí, nos importas Sherlock.
-- Nunca había necesitado el amor de una mujer, pensé que eso era solo para poetas-- Susurro llevando su mano hacia tu mejilla, acarició con su dedo índice tu pequeña nariz respingada.
Miras a Sherlock sin entender. --¿Eso quiere decir que no tomarás el caso?-- Cuestionas
Sherlock cerro los ojos con fuerza al darse cuenta que tendrá que ser más claro.
-- El verano es caluroso pero he tenido frío sin ti, Me equivoqué tanto en no decirlo -- Soltó un suspiro al tenerte demasiado cerca de su rostro.
Tu por otro lado te convertiste en una cosa temblorosa, podrías inhalar el tabaco y el delicioso perfume de él. Tragas saliva al sentir las yemas de sus dedos rogar su mano izquierda.
-- T/n, ¿Recuerdas el beso que nos dimos aquella madrugada.
Casi te desmayas al recordar sus labios contra los tuyos, fue la mejor experiencia al ser besada de esa manera.
-- Cómo no, fue el día que me secuestraron --. Te encoges de hombros en tono divertida.
Cuando Sherlock supo de esa noticia, se volvió loco, busco por mar y tierra hasta encontrarte. Y sin aguantar te beso como nunca antes lo había echo
-- Esa noche fue una de las mejores -- Sherlock acaricio tus labios con su pulgar. --¿Te arrepientes? -- Cuestionó triste
--Por supuesto que no-- Dices rápidamente tomando su mano entre la tuya dejando ver mucha diferencia de tamaño
-- Bien porque me moriría si tú respuesta hubiera sido si -- Frunció el ceño acercando aún más. --Dime qué no acepte el caso y lo haré --Susurró mirando directamente a tus labios
--No lo aceptes.
--No lo haré pero quiero que me des otro beso
Sin repetir dos veces cortas el espacio uniendo tus labios con los suyos.
Espero que les haya gustado.
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