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El sábado siguiente fue un día muy frío. Estaba nevando mucho. Las calles de la ciudad de Londres se encontraban cubiertas por un manto blanco de nieve. Karla le prohibió a Jennie ir al centro comercial caminando. Y ella tenía la tarde ocupada con trabajo así que debieron hacer las compras en la mañana. Jennie no se contentó en absoluto con eso. Pero las opciones eran verla sólo unos momentos, o no verla. Karla sabía a la perfección que eso la molestaría, pero era preferible lidiar con un capricho a que Jennie enfermara. Además, ir al centro comercial la ponía de buen humor. En unas horas simplemente olvidaría toda esa cuestión.

Cuando entró al local, Lisa la miró sorprendida.

-Bonita bufanda, te queda muy bien -le dijo cuando estuvo frente a ella.

Jennie bajó la mirada. Llevaba una bufanda de color gris debido al frío. Lisa todos los sábados prestaba atención a cualquier cambio en la actitud de Jennie. Sea bueno o malo. Tenía razones para hacerlo. Pero hasta el momento las cosas no hacían más que mejorar.

-A juzgar por tu ropa deduzco que está haciendo mucho frío.

Jennie asintió. Pero ella mismo se sorprendió y dijo rápidamente que sí, corrigiéndose. No acostumbraba a hablar con nadie que no fuera Lisa, así que simplemente olvidó que le había pedido, no responder con gestos corporales y lo hizo inconscientemente.

-Está bien -dijo sonriente Lisa- no voy a demandarte por no responder con palabras. Con las demás personas sigues remplazando con gestos tantas respuestas como puedas ¿No es así?

-Sí.

-No lo hagas.

Jennie la miró atónita. Esas palabras en boca de cualquier otro podían sonar tan rudas. Pero con Lisa no ocurría eso. Ella sólo las decía de una manera tan tierna. Como si estuviera realmente interesada en ayudarla a ser mejor. Pero los favores eran cada vez más grandes. La había obedecido en todo hasta el momento, pero no estaba segura de poder lograr lo que le pedía esta vez.

-Sólo nos vemos una vez a la semana. Es de esperarse que pierdas la costumbre de responder con tu voz. Si practicas será más fácil. Confía en mí -le dijo con una cálida sonrisa.

Jennie pensó que lo que Lisa decía sonaba lógico. Y sobre todo le había pedido que confiara en ella. No quería decepcionarla. Era lo último que quería hacer.

-Lo intentaré -dijo aún algo dubitativa en su interior.

-Realmente lo aprecio -sonrió aún más-además, estoy segura de que no soy la única persona que se alegrará por eso.

La menor comprendió que Lisa también pensaba en su familia. En cómo se alegrarían si ella hablaba con ellos. Pensó en la felicidad que eso podía provocarle a su mamá. Después de todo ella estaba siendo egoísta al no brindarle algo, sabiendo lo bien que eso le haría. Pero no era su intención privarla de esa felicidad. No era algo que hiciera a propósito. Pero lo intentaría. Intentaría devolverle algo del cariño recibido durante tantos años. Ella estaba lejos de ser la hija perfecta que una madre querría. Pero Karla siempre la amó, lo mimó y fue paciente con ella. A los ojos de ella era perfecta en cierta forma. Lo menos que podía hacer era darle algo a cambio. Demostrarle su gratitud. Pensó en la gran persona que era Lisa. Preocuparse por la felicidad de personas que ni siquiera conocía en persona. Pensó en lo maravillosa que era por hacerla entender. Ella debía esforzarse por mejorar. Nadie iba a hacer ese trabajo por ella. Fue como si años de culpa cayeran sobre sus hombros como un balde de agua fría. Se había quedado mirando un punto en la nada. Pensando.

-Lisa -se escuchó la voz de Camila.

Ambas salieron de sus pensamientos y la miraron.

-sí, ya voy -dijo ella.

La chica de los CD'S | jenlisa | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora