CAPÍTULO ONCE

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CAPÍTULO ONCE

Stracy

—¿Por qué estás tan callada, Stracy?

Levanto la mirada para concentrarla en Vanessa, Ágata simplemente concentra su atención en el cuaderno de prácticas mientras Rosangeles juega Candy Crush acostada con los pies elevados a la pared.

—¿Por qué todas me ignoran? — pregunta Vanessa al ver que ninguna de nosotras responde y en el momento en que Ágata coloca sus ojos sobre mí, siento que un nudo se me instala en la boca del estómago.

Recuerdo eso que he estado ignorando todos estos días y cuando mis mejillas se sonrojan y agachó la cabeza, muerta de la vergüenza, puedo sentir las miradas de mis amigas sobre mí.

—¿Qué está pasando entre ustedes dos? — está vez la que habla es Rosangeles y aunque intento abrir la boca para explicarles que Ágata me encontró en pleno acto sexual con mi novio, las palabras sencillamente no salen de mi boca.

—No pasó nada... — dice Ágata, luciendo rígida y también sonrojada.

—Sí pasó. — me apresuro a decir, porque no quiero mentirles a las chicas.

—¿A cuál de las dos les creo? — pregunta Vanessa entornando sus ojos que hoy están de color azul gracias a los pupilentes.

—A mí. — dice Ágata frunciendo las cejas y meneo la cabeza.

—No, a mí deben creerme. — suelto, tensa y Ágata se pasa las manos por el rostro. Abre la boca, seguramente para reafirmar el hecho de que no deben creerme a mí y antes de que pueda reaccionar, simplemente las palabras salen de mi boca, tal vez con más fuerza de las que hubiera deseado:

—Ágata y Maximiliano me encontraron teniendo sexo con Jacob hace unos días.

Siento las mejillas calientes porque una cosa es decirles a tus amigas en qué posición te puso tu novio de forma resumida o cómo te besó en un momento apasionado, otra muy distinta en que te vean haciéndolo a menos que te guste ese rollo de ser vista.

¿Cómo es qué se llama eso? Ah sí... «Exhibicionistas».

—¿Qué? — es lo que suelta Vanesa y meneo la cabeza.

—No me hagas repetirlo — le imploro y Rosangeles pasa sus ojos de Ágata a mí repetidas veces hasta que termina rompiendo en carcajadas que me tienen frunciendo el ceño, pero al menos es un peso menos, porque sentía que me iba a juzgar por lo que sucedió.

—Ay, Dios. Eso tiene que ser una broma. — es lo único que dice en medio del ataque de risa que tiene y Ágata frunce los labios.

—No lo es. — es lo único que suelta y me muerdo el labio viendo las tres mujeres completamente distintas que tengo frente a mí:

Vanessa parece haberse quedado en un estado de shock que lo único que la permite hacer es pestañear.

Ágata luce tensa, pero tiene una pequeña sonrisa en los labios, supongo que sigue traumada.

Y Rosangeles... bueno, Rosangeles no puede dejar de reírse como una completa desquiciada, tocándose la panza mientras menea la cabeza y llora.

—Joder, esto es muy divertido. — confiesa y hago una mueca.

—¡Te aseguro que no lo es! — grito y eso hace que Vanessa reaccione.

Parece más pálida de lo normal y lo único que hace es tocarme el hombro como si tuviera una necesidad de cerciorarse de que lo que sucede es real.

Si tan solo no fueras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora