¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©

Capítulo 32- Aaron

NOTA DE LA AUTORA:

¡¡Hola!!

Echábais de menos los capítulos narrados por Aaron y más con todo lo que está pasando, ¿cierto?

:0

Pues aquí os dejo un capítulo narrado por Aaron y yo aviso que este capítulo viene MUY fuerte. Pero repito; esto apenas comienza...

¿Queréis saber que va a pasar con estos dos jóvenes aprendiendo a amar?

Lee esta historia para descubrirlo...

Por cierto; esto es un POV de lo que estaba pasando desde el punto de vista de Aaron, y el siguiente capítulo, es el POV de Hazel. Es decir, mientras en el castillo la buscaban, Hazel estaba haciendo otra cosa, bien, eso se descubrirá en el siguiente capítulo, por lo que el siguiente capítulo será lo que estaba pasando con Hazel mientras que Aaron y todo el palacio la buscaba. 

¡Suerte, lector@s!!

<3

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Me levanté con dolor de cabeza.

Por mi mente, pasó un destello de la noche anterior. Sin previo aviso, sin ni siquiera haberme permitido pasar una mísera mano por mi rostro.

─ Déjame, Cress. ─ Espeté mientras ella manoseaba mi torso con picardía.

─ Venga, sé que quieres...

─ He dicho que me dejes.

No pude hacer nada más, el alcohol me pasó factura. Ni siquiera sabía quién era yo y dónde estaba. Solo recordaba que yo trataba de zafarme, pero yo estaba debilitado mientras que ella tenía todo el poder. Y no me dejó resistirme más.

Me vino a la mente el recuerdo de la madrugada y sentí una fuerte presión en el pecho. Yo, borracho y Cress, a las cuatro de la mañana vistiéndose rápido para ir a su cuarto. Cress se había aprovechado de que yo estaba bajo la influencia del alcohol y me acosté con ella. Me obligó, más bien. Cuando recuperé la consciencia, la eché a gritos y cuando se largó, rompí en lágrimas. No podía creer que me acosté con ella, con Cress.

Me froté los ojos y cuando me desperté por completo, oí que todos estaban alarmados y gritando. Desde mi cuarto se oían los gritos y eso no era nada normal. Me levanté apresurado, me arreglé y bajé rápidamente.

Myri preocupada.

Cress preocupada.

Mi padre preocupado.

Mi madre preocupada.

Senila preocupada.

Los guardias preocupados.

Todos preocupados.

─ ¿¡Qué ha pasado?! ─ Le pregunté nervioso a Myri.

─¡Hazel! ¡No está! ─ Soltó desesperada ─. ¡Hemos buscado por todos lados, y no está! ¡La mayoría de sus pertenencias tampoco!

Algo parecido al mundo se me cayó.

¿Cómo que no estaba?

Entré en pánico.

Se me formó un nudo en la garganta.

─ ¿¡Cómo que no está?! ─ exclamé alterado.

─ No, no está, Aaron.

─¡Mierda! ─ me fui corriendo de allí ─. ¡Llama a los guardias!

Me encerré en el cuarto de Hazel, notando el olor de un ambientador, junto a su olor femenino y también a fragancia costosa. Lágrimas se me escaparon de mis ojos mientras sacaba mi teléfono móvil apresurado para llamarla. Todo era culpa mía. No debí haber bebido la noche anterior. Debí haber echado el pestillo a la puerta. Debería haber tenido más resistencia y haber tenido el valor de echar a Cress antes.