—No puedo creer tu maldita suerte, Prongs.—No creo que sea tanta suerte, sospecho que algo tuviste que ver.
—Te veías muy tranquilo.
—¿Manipulaste el caldero?
Me encogí de hombros sin negar o afirmar nada, dejaría que mis amigos pensaran lo que quisieran, yo sólo tenía un objetivo, recuperar a Elisa.
Sirius tenía razón, aún tenía este año para arreglar mis errores, tenía tiempo suficiente para recuperar a mi Elisa y el primer paso era recuperar su amistad, no me importaba nada más.
La profesora Mcgonagall me mandó a llamar a su oficina después de las clases, ella tendría que saberlo, aquella mujer era la más lista que conocía y era imposible que no lo notara, así que caminé hasta su oficina y me senté en la silla frente a su escritorio.
—Estará castigado todo el mes, señor Potter.
—Profesora, es la primera semana.
—Y ya estás hechizando mi material de clase.
—Le juro que tuvo un propósito.
Mcgonagall me miró con la ceja enarcada, yo le ofrecí mi sonrisa más sincera y ella se limitó a negar con la cabeza.
—No planeo meterme en la vida de mis estudiantes, señor Potter.
—No le veo necesario, profesora.
—Pero por otro lado, el profesor Hamilton es un gran amigo y conozco a sus hijos desde que eran pequeños y usted entenderá el aprecio que le tengo a la señorita Hamilton.
—Lo sé.
—Así que quiero pedirle algo, no como profesora, sino como madrina de Elisa.
Apreté los labios sintiendo el peso de sus palabras, la profesora Mcgonagall siempre había sido imponente y siempre había sabido que era la madrina de Elisa y Edward, pero jamás me había hablado desde esa perspectiva y por supuesto estaba aterrado.
—Dígame profesora.
—No sé qué planea hacer con Elisa y no me interesa saberlo, sólo le pido que haga las cosas bien, Potter. Por favor.
Su tono era tan distinto al que había ocupado el profesor Hamilton que casi me saca una lágrima, yo me limité a asentir, porque era más fácil callar que decirle todo lo que sentía, decirle todas las promesas que me había hecho a mí mismo y que le había hecho a Elisa en silencio.
—Lo prometo, profesora.
—No me prometa nada, Potter. Sólo hágalo.
—Sí.
—Ya puede retirarse y lo veo mañana en su castigo.
[...]
Teníamos que comenzar el trabajo de Mcgonagall, lo habíamos retraso una semana pues Elisa se rehusaba a hablar conmigo, pero no podía culparla ni presionarla. La esperaba en la biblioteca con una pila de libros que había seleccionado para comenzar el trabajo, la esperaba sentado mientras jugaba con mi varita, vi entrar a Lily y caminar directamente hasta el fondo del lugar, la seguí con la mirada y la vi hablando con un tipo rubio de Ravenclaw, de cierta manera me sentí aliviado de verla convivir con más personas, Lily jamás había sido muy buena haciendo amigos y aunque nuestra relación no era algo que yo quisiera, pero la quería y me alegraba verla haciendo cosas que le gustaban.
Me giré nuevamente para encontrarme con Elisa que entró del brazo con Regulus. No me di cuenta de lo apretada que tenía la mandíbula hasta que me comenzó a doler, el muy idiota le susurraba cosas al oído para hacerla reír y ella se veía hermosa cuando reía, yo daría lo que fuera por verla reír todos los días, daría mi vida entera por ser yo quien provocara esas risas.
Ambos se despidieron a mitad de camino y ella se acercó a mí aún con el fantasma de su sonrisa, yo le sonreí como estúpido en cuanto la vi.
—Elisa, viniste.
—Por supuesto, necesitamos ponernos al corriente con lo atrasados que vamos.
—Bueno, pues...
—No te preocupes, yo sé que fue culpa mía, estuve muy ocupada ayudándole a Reggie a...
Yo la miraba sin decir nada, podía notar como las palabras le salían sin que ella se diera cuenta, con tanta naturalidad que yo guardé ese momento en mi corazón, aunque de pronto se quedó callada y enderezó la espalda. Yo sabía que no sería un camino fácil y estaba dispuesto a tomarlo.
—En realidad no tengo que darte explicaciones de nada.
—Lo sé.
—Y no tendría que importarte porque tú estás con Lily.
—No te preocupes. ¿Empezamos?
Ella asintió y tomó el primer libro que yo había escogido, yo tomé otro y comenzamos a leer en silencio. Yo la miraba de reojo, era la chica más hermosa que había conocido en mi vida, no entendía como pude ser tan ciego, ella era todo lo que que quería y no me había dado cuenta hasta que la perdí.
Sonreí como un estúpido, ella estaba ahí conmigo, no me hablaba y posiblemente me odiaba pero yo no podía pasar desapercibida la duche que me generaba tenerla a mi lado. La vi leer y hacer notas en un pergamino, se había atado el cabello y lo había enredado entre su varita y yo podía jurar que era la mujer más hermosa que había visto en la tierra, estaba intentando concentrarse, lo sabía porque tenía la lengua ligeramente de fuera y eso hacía cada vez que ella estudiaba algo que le resultara difícil, pero a mí siempre me había parecido algo tierno.
No supe cuánto tiempo pasó, pero de pronto yo estaba recargando mi cabeza en mi palma de la mano y ella me miraba confundida.
—¿Ocurre algo?
—No... nada.
Y ahí estaba yo, rogándole en silencio, suplicando con una mirada que me diera una oportunidad.
~~~
-Eliza.Holi, este es mi regalo de navidad, yo sé que es cortito pero necesito volver a familiarizarme con la historia, pero volveré a actualizar seguido, como solía hacerlo.
Muchas gracias a todes les que siguen leyendo esta historia, significa mucho para mí y les deseo la major navidad a todes. 💖
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Just a friend |James Potter|
Fanfic[Friends don't do the things we do, everybody knows you love me too.] Elisa Hamilton y James Potter han sido mejores amigos desde primer año, pero en sexto las cosas cambian cuando Elisa se da cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia James, resig...