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El clima estaba fresco, y húmedo, su rostro empapado por la lluvia que caía a cántaros, mientras veía las calles desde los techos de los edificios, completamente solo.

Ya se había acostumbrado a la soledad de patrullar durante la noche, pues ninguno de su hermanos era capaz de mover dedo para acompañarle. Y no es como si quisiera molestar a Casey o April, después de todo ellos eran humanas, y no creía que fuera apropiado molestar su sueño.

Después de todo la rutina ya se estaba haciendo simple, vencer unos villanos y  largarse del lugar. Aún así sabía que ese día sería diferente, lo podía sentir como angustia creciente dentro suyo, carcomiendolo lentamente.

Ciertamente muchas cosas habían pasado, primero el hecho que Casey junior se estaba quedando con ellos, al igual que Draxum, que ahora lo veía más como un segundo padre gracias a la influencia de Mikey.

April por otra parte estaba con ese asunto de la universidad y se encontraba más ocupada que nunca. A tal punto de haberle dejado cuidando a Mayhem en ya varias ocasiones.

Todo había cambiado durante estos años y él se sentía igual.

"¿Qué me pasa..?" Se dijo sin despegar la vista de las calles, todo estaba particularmente  tranquilo, si eso seguía así, lo más problable es que llegara a casa temprano ese día. Eso debía alegrarle pero sin embargo no lo hizo, solo suspiro cansado "¿Qué hay de malo en mí?"

...

Por otro lado cercano, unos chapoteos se hacían cada vez más fuertes, eran él sonido de unas botas estrellándose contra los charcos que la lluvia formaba. En ellos su rostro se reflejaba, con una expresión que daba a entender lo completamente aterrorizada que yacía ahí corriendo a una dirección desconocida por las largas calles de Nueva York.

Ese no era su hogar, y su gente estaba muerta, sus padres también lo estaban al tratar de protegerla.

Corría sola con su único destello de luz entre los brazos, el cual pronto empezó a llorar.

"No, no, no... Shhh.. Shhh.." Trato de tranquilizarlo, cosa que logró y solo tiro a cubrirle aún más para que no se mojara. Aunque con su pequeño cuerpo no es como si pudiera hacer mucho para taparle.

"...Vamos, no llores más ¿si?..." Susurro con la voz temblorosa. Era un mundo nuevo y no sabía lo que se podría aparecer allí. Pensaba en la posibilidad de que esos monstruos siguieran rondando en la oscuridad, esperando a que se detuviese para finalmente atacarle.

Temblaba pero seguía corriendo sin rumbo. Como gallina sin cabeza, sin siquiera ver donde iba.

Por ello su susto fue grande cuando unas luces le alumbraron en uno de los cruzes, y solo termino cerrando sus ojos al escuchar como un estrenduoso relámpago cayó cerca de ellos.

Todo estaba en negro, pronto recordó a sus padres y como estos le abrazaban cada vez que escuchaban los rayos a los que tanto temía. Con ese recuerdo en mente sintió como unos brazos la agarraron y se la llevaron de ahí.

"¿¡Estás bien!?" Preguntó una voz conocida, sus lágrimas cayeron y solo pudo asentir temerosa.

Era él y no lo podía creer.

"...¿Qué haces sola? Digo, ¿Donde están tus padres?" Se escuchaba nervioso.

El llanto del bebé volvió a surgir y otro relámpago sonó. La niña se aferró a Raphael con el bebé en brazos, como si su vida dependiese de ello, el mutante por su parte no se pudo negar.

Leonardo siempre hacía lo mismo cuando eran pequeños, y sentirlo nuevamente era una sensación nostálgica. Como si quisiera protegerla de cierta manera.

¿¡SOMOS PADRES!?****Donde viven las historias. Descúbrelo ahora