Perdido |• CAP 8

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- ¡MIERDA!. We shouldn't have Manuel, not here, we're trapped, motherfucker -
Dice Lucero demasiado nerviosa.

Manuel no entendió casi nada de lo que dijo Lucero y solo la vio con cara de asustado.

- Tranquila, solucionare ésto -
Dice Manuel, levantándose sin sábanas y deja ver nuevamente su gran pene aún erecto.

- No pensarás bajar así, mejor date una ducha, no sé que hacer, me van a matar -
Dice Lu y se sienta en un extremo de la cama.

Manuel se acerca a ella y le besa la mejilla.

- Tranquila, no te dejaré sola -
Le dice Manuel al oído.

- Es que no conoces a mis papás, te van a correr y no quiero eso amor –
Dice Lucero preocupada.

– ¡¡APÚRATE LUCERO!! –
Grita la madre de Lu muy enojada.

Manuel se va al baño y se baña con agua fría para que su erección bajará, Lucero se cambia nuevamente y baja a la sala.

– Y qué, ¿acaso ese poco hombre corriente no bajará contigo?. Es un arrastrado, sin clase y sin dinero.
Llamaré a tu padre, que vergüenza, lo vamos a denunciar, por pedófilo –
Le intenta dar una cachetada a Lucero y ella la detiene agarrándole la mano.

– No voy a permitir a qué me dejes ser infeliz y no lo puedes denunciar, porque yo lo amo y yo hago el amor con el por mi propia voluntad y eres la única a la que le molesta la clase social, mi papá es diferente a ti y sólo te hace caso para no molestarte, estoy harta de vivir así–
Lucero agarra aire y en eso baja Manuel.

– Señora, con todo el respeto que se merece... –
Manuel intenta terminar lo que iba a decir pero Doña Lucero comenzó a discutir y estaba roja del enojo.

– ¿RESPETO? que rayos va a saber usted de respeto si se metió con una jovencita menor de edad, mucho más importante que usted, usted es un vulgar sin nada que ofrecerle a mi hija –
Dice Doña Lucero gritando.

– ¡No te voy a permitir que le hables así! –
Dice Lucero al borde de volverse loca.

– ¡¿QUE SON ESOS GRITOS?! – Aparece el papá de Lucero.

– ¡ESTE JARDINERO DE QUINTA SE A ESTADO APROVECHANDO DE NUESTRA HIJA Y LA OBLIGA A ACOSTARSE CON ELLA! –
Dice la madre en su modo más desesperado.

– ¿Cómo que la obliga? –
Don Antonio voltea a ver a Manuel.

– No, momento. ¡YO NO OBLIGÓ A NADIE!.
Su hija y yo nos amamos –.

– Eso es cierto papá, el no me obliga, yo lo amo–
Lucero suelta unas lágrimas ya que sabía que acabaria todo eso.

– No es de tu clase social y no puedes mantener una relación con este señor que no respetó que eres la hija de sus patrones, tu estás despedido no quiero que vuelvas a poner un pie en esta casa y menos cerca de mi hija –
Dice don Antonio furioso

– Si te acercas a ella una vez más no vivirás para cortarlo, desgraciado depravado sin modales! –
Dice la señora mientras veía fijamente a Manuel y inmediatamente llegan unos guardias para sacarlo de la gran casa.

– ¡¡QUE CLASE DE CORAZÓN TIENEN!! –
Grita Manuel desde afuera mientras Lucero solo lloraba y subió corriendo a su habitación

El hermano de Lucero había escuchado algunas cosas ya que estaba a punto de entrar cuando sacaron a Manuel de la gran casa.

Entra y ve las caras de sus padres y decide subir a la habitación de Lucero para preguntarle que había sucedido y solo logra escuchar un llanto demasiado triste tras la puerta.

EL JARDINERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora