"La guerra es el infierno en el que el soldado elige vivir y también morir."
Castillo de Aren:
La expectativa hacia la reunión con los guerreros era baja, ya que sabía que eran hombres orgullosos y llenos de odio hacia él.
Para él, ser odiado por las personas no era algo nuevo, ya que pasó toda su vida siendo odiado por su propio padre.
Toma un trago de vino y coloca la copa nuevamente en la mesa que está a su lado para continuar pensando en un plan o en una forma de convencer a los guerreros.
Debido a la magnitud de sus pensamientos, no se dio cuenta que alguien había entrado a la biblioteca y lo observaba desde la distancia.
–Los guerreros han empezado a llegar, majestad..-la voz de su reina lo hizo girar su cabeza con rapidez para mirarla.-le he dicho al guardia que los deje pasar..-no lograba entender cómo es que sentía una mezcla de afecto y odio hacia esta mujer.
–Te lo agradezco, mi reina..-la criada le había contado sobre la aventura qué había tenido la reina afuera del palacio hacía varios días atrás y había mantenido el silencio para poder confrontarla cuándo llegará el momento indicado.Por más que trataba y trataba, le era imposible recordar si antes del tiempo actual, ellos tenido peleas en su matrimonio.
–Parece que cree que lo he hecho por usted, majestad..-ahí estaba otra vez esa actitud despreciable de la reina.-no lo hice por ti..-empezaba a creer qué aquella mujer con la que se había casado era solamente un recuerdo del pasado.
–No entiendo cuál es el problema que tienes conmigo pero no debes olvidar que tu deber es estar callada y actuar como lo que eres..-si la reina no recobra el sentido él le haría recobrarlo.
–¿Y para el gran rey de las siete regiones qué es exactamente lo que soy?..-ya se había levantado de su silla y se había acercado de forma peligrosa a su mujer.
–Mi mujer..-para él esa respuesta era suficiente para que la reina entendiera cuál era su posición en el reino.
–Dirás tu muñeco..-ya había tenido suficiente de los berrinches y la mala actitud de la mujer.Con rabia, tomó el delgado cuello de la reina y lo presionó con fuerza para dejarle ver quién tenía el poder aquí.
–Exactamente querida..-las lágrimas de la reina mojaban su mano pero ni aún así él mostraba compasión hacia ella.-tú eres mi muñeco y si yo digo que cantes, tu cantas o si yo digo que bailes, tu bailas..-tenía delante de ella a un monstruo, un maldito monstruo con el que la habían obligado a casarse hacía ya mucho tiempo.-si yo digo ten un hijo, lo tienes y si digo no tienes más, no los tienes..-dice antes de soltarle el cuello de un empujón que casi la hizo tropezar.-es así de simple, ya que yo tengo el poder sobre ti, sobre tu vida y sobre lo que será de ti..-cuando ella quiso huir, alejarse de ese hombre, él la tomó del brazo y la acorraló contra la puerta.-y si vuelves a olvidar cuál es tu papel en este reino, me aseguraré de que lo recuerdes nuevamente pero que esta vez no se te olvide..-al ver que ella no respondía, la tomó de la barbilla con fuerza y la obligó a que lo mirara a los ojos.-responde..-la firmeza en su voz hacía que ella perdiera el poco valor que había tomado para enfrentarlo.
–Como usted desee, majestad..-no entendía como verla salir de la biblioteca de forma tan sumisa de alguna manera lo hacía sentir que entre más la veía, el odio hacia ella aumentaba.♤
Ciudad del ciervo-[Región Norte]:
Había esperado por largo rato a qué la puerta del curandero se abriera y le permitiera conocer el estado de aquella por la que había estado bebiendo toda la noche.
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♤La última guerrera ♤ [En pausa]
Ficción General♤El mundo, tan pequeño e insignificante en la enorme línea de planetas, no es más que una bola llena de desastres y fuego, ardiente y consumidor fuego que ha devorado millones de cuerpos sin vida de los soldados caídos. Las antiguas leyendas cuentan...