𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡:ღ Park Jimin es un bailarín que
llega al reino el cual Jeon Jungkook va a gobernar: ambos, sin poder evitarlo, comienzan a ser más cercanos y, por ello, el bailarín comienza a descubrir un secreto oculto de la familia real
«Nuestra sa...
⋰∴⋱∵⋰∴⋱∵⋰∴⋱∵⋰∴⋱∵⋰ «Las estrellas guiarán tu camino... y espero que en el trayecto estés conmigo» ⋰∴⋱∵⋰∴⋱∵⋰∴⋱∵⋰∴⋱∵⋰
---Pensé que no vendrías---confesó jungkook, quien estaba tumbado en la madera del suelo.
Jimin bajó la mirada algo apenado.
---Lamento haberlo hecho esperar, majestad---se disculpó.
---No te preocupes, has venido y eso es lo importante... ---respondió el peligris.
Se quedaron mirándose a los ojos, cosa que parecía estar volviéndose una pequeña costumbre de ambos, hasta que el azabache desvió la mirada.
---¿Qué tal le fue la reunión?---preguntó para romper hielo.
---Es lo de siempre: discusiones, precios, alianzas... y aburrimiento ---respondió simplemente.
El silencio volvió a inundar el lugar.
---Ven conmigo---ordenó el mayor.
Los dos caminaron hasta lo que parecía ser el jardín y el peligris le indicó que debía subirse al tejado por la rampa que se encontraba en la esquina por lo que subieron mientras el príncipe le sujetaba la mano al bailarín, excusándose con que podría caerse, bajando pronto al otro lado con otra rampa que había y siguiendo un camino de piedras que daba fin en un pequeño río.
---Siéntate conmigo ---dijo jungkook luego de sentarse en la hierba, palmeando justo a su lado.
El contrario asintió y cumplió la orden.
---Desde aquí se ven muy bien las estrellas, es uno de mis lugares favoritos---dijo después de unos largos y eternos segundos incómodos.
El bailarín levantó su cabeza para contemplar el cielo y, efectivamente, las estrellas se veían claramente.
---Es increíble---admitió éste.
El menor se arrodilló mientras apoyaba sus manos en el suelo para contemplar mejor el río, el cual era como un espejo que reflejaba las estrellas que estaban en el cielo.
---¿Cierto que es hipnotizador? ---pregunta el mayor, sentándose más cerca de él.
El azabache posó su mirada en su acompañante, quien se encontraba mirando el cielo y que, de un momento a otro, se tumbó.
Jimin dejó de apoyar sus manos en el suelo para apoyarlas en sus muslos mientras observaba al otro, que ya estaba con los ojos cerrados apreciando el sonido del viento acariciar la flora y el movimiento del agua en el río.
Su pecho subía y bajaba lentamente por la respiración y el reflejo de la luna junto al reflejo de la luz del río le iluminaban, dándole una especie de brillo donde sus mechones grises que caían a ambos lados de su frente también parecían tener cierto brillo natural.
El príncipe, al notar una mirada intensa en él desde hace un buen rato, abrió los ojos y se incorporó, devolviéndole la mirada.
---¿Pasa algo? ---preguntó.
Jimin negó rápidamente, volviendo la vista al paisaje.
Al otro lado del río había unas montañas, rodeadas de árboles con frutos y se podía ver la luna llena tratando de esconderse entre las gigantes colinas.
---Suelo venir aquí a relajarme o simplemente a pensar; es agradable y acogedor y como no suelen venir personas es tranquilo ---dice jungkook.
---Uhm, es precioso.
Continuaron en silencio un buen rato más hasta que el menor bostezó de sueño y, cuando se giró para pedirle permiso al miembro de la realeza para volver, éste se encontraba dormido y se sonrojó pensando en qué tan absorto se encontraba viendo el paisaje que no notó al mayor tumbarse de nuevo y caer dormido.
Acercó su mano con curiosidad para rozar sus dedos con la piel de la cara del príncipe y, al hacerlo, notó una especie de corriente eléctrica recorrerlo por lo que no pensó mucho cuando siguió con ello.
El tacto era suave, cálido, agradable... subió su mano hasta llegar al cabello del contrario para confirmar que era bastante sedoso y el tacto parecía a algodón.
Volvió a mirar las facciones de su rostro, analizando su mandíbula marcada o el pequeño lunar que tenía debajo del labio inferior; o el lunar en su párpado o su bonita nariz.
Al bajar su vista hacia su pecho, se sorprendió al ver una pequeña cicatriz más o menos donde las clavículas, el cual iba descubierto por llevar un hanbok algo holgado.
¿Era una marca de un corte de una espada?
Jadeó de sorpresa cuando el peligris le agarró la mano justo cuando iba a tocar la herida.
---Eh...yo... ---trató de explicar el azabache nervioso por la expresión impasible del contrario mas las palabras no querían salir de su boca.
---Seguro que tienes sueño, volvamos ---respondió el mayor, brindándole una pequeña sonrisa con una expresión que el otro no supo analizar, soltando su mano y levantándose.
El camino fue el mismo tan sólo que al revés...pero ahora el menor se encontraba confundido y con un montón de preguntas rondando en su cabeza.
---Alteza, yo...uhm, quería darle las gracias por esta noche.
El mencionado se detuvo y miró a su acompañante, con las mejillas rosadas.
---Gracias a ti por venir y acompañarme ---respondió con una sonrisa el mayor.
Jimin sintió enamorarse de esa sonrisa; tan curiosa y adorable a la vez.
---Ah sí, jimin, puedes tutearme y dejar de tratarme de usted si se te hace incómodo porque incluso yo prefiero que sea así...y si te preocupa que te hagan algo por eso ---hace una pausa antes de continuar, acercándose al otro--- tutéame cuando estemos a solas.
---Está bien... ---asiente, girando la cabeza para tratar de ocultar sus mejillas color carmín, despidiéndose para ir a su habitación a dormir.
El mayor, después de que se fuera el azabache, se tocó la mejilla, donde había tocado anteriormente el menor.
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