Capítulo 34- Hazel

17 5 0
                                    

─ ¡Eres tú! ─ Aaron estaba sorprendido ─. Eres la chica que vi en el parque. ¿Tus ojos no eran de otro color?

Sentí alivio por una parte al saber que él no me había descubierto. Pensé que me descubriría, pero no fue así. No sabía qué responder ante su pregunta. De hecho, ni siquiera podía hablar.

─ Escucha, déjala en paz, por favor. Es mi novia. ─ me sorprendí ante la respuesta de Derek. Myri, sin embargo, hizo un mohín de extrañeza respecto a sus palabras, al que yo le respondí con otro mohín, dándole a entender de que era mentira. Ella lo comprendió y asintió suavemente ─. Creo que lo que buscan no está aquí. ¿Se podrían retirar? Estábamos en un momento íntimo.

Mis mejillas picaron. ¿Íntimo? ¿No había otra excusa?

─ Claro. Sentimos las molestias ─ Aaron se disculpó educadamente y tragó saliva ─. Tengan un buen día.

Cuando estos se fueron, Derek me miró insolente y desafiante.

─ Me dijiste que nadie te había visto. ─ Cruzó sus brazos ─. ¿Por qué me has mentido?

─ Es mi problema ─ abatí molesta ─. Además, ¿novios? ¿No podíamos ser hermanos? Mira, da igual. Me voy a mi habitación. Cualquier cosa, me avisas.

─ Bien.

Fui a mi habitación y tomé mi teléfono para revisar si mi cómplice me había dejado alguna llamada y, en efecto, tenía dos llamadas suyas.

─ ¿Myri? ─ expiré ─. Siento no responderte, no he visto el teléfono.

─ Tranquila, Hazel ─ su voz metálica sonaba preocupada.

─ ¿Qué necesitas? ─ inquirí nerviosa.

─ Aaron mandará a dos guardias a revisar la casa en la que estáis. ¡Huid de allí! ─ susurró en un grito ─. Debo colgar, no quiero que sospechen. Suerte.

─ Adiós y muchas gracias. Suerte a ti también. ─ Tragué grueso.

Ambas colgamos y salí de mi cuarto para ir al de Derek.

Abrí la puerta de su cuarto.

Se me heló la sangre.

En la mano, tenía un arma de fuego.

─ ¿Qué... haces con un arma? ─ indagué atónita ─. Piensas... Piensas matar a Aaron. ─ Solté. Se me formó un nudo en la garganta.

─ Hazel, no voy a cargarme a nadie ─ él la guardó y cuando el arma salió de mi campo de visión, me corrompí suavemente ─. Solo la tengo de defensa. No mataría a mi hermano.

─ Si tú lo dices... ─ no tuve más remedio que creerle.

─ ¿Para qué has venido a mi cuarto?

─ Aaron mandará a dos guardias a revisar la casa... ─ desvié la mirada ─ . Debemos huir de aquí.

Abrió los ojos como platos.

─ ¡Mierda! ¡Rápido, prepara tus cosas!

♕♕♕

Ambos empaquetamos nuestras cosas dentro de nuestras mochilas. Esta vez, no llevaba mi peluca, ya que llevaría una chaqueta grande, negra y con una abundante capucha. La misma que me tendió el primer día que nos vimos.

─ ¿Ya estás? ─ su piel estaba algo más pálida de lo normal ─. Recuerda ponerte la capucha cuando salgamos.

─ No me gusta esta ropa...

─ Esto no es el palacio ese donde vivías. ─ Me miró serio ─. Donde tenías cuarenta vestidos para un día. Esta es la realidad, y tú has decidido escapar. Vámonos.

¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora