Capítulo diecinueve

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Había pasado una semana que Riki no regreso a la casa de JungWon, este último estaba deprimido por la desaparición del fantasma que no tenía ganas de hacer nada.

—Wonnie, tienes que comer.

—No tengo hambre.

—¿Por qué no?

—No tengo apetito.

—Tal vez Riki quiere tiempo a solas, es como una persona como cualquier otra después de todo.

—Me abandonó.

—Tal vez se fue con un amigo, no lo puedes prohibir estar con su amigo.

—No lo hago, pero ya pasado una semana y no aparece ¿y si le pasó algo? ¿Y si ya se fue? ¿Y si encontró a la verdadera persona que lo ayude con su misión y ya está descansando?

—Dudo que pasará eso.

—¿Y si tal vez es así y no exagero?

—Fuiste una persona importante en su vida ¿Crees que se iría sin despedirse?

—Tal vez...

SuNoo suspiró por no sabe cuanta vez al día, las conversaciones con JungWon se consistían en eso desde que Ni-ki no llegó a casa desde ese día.

Su mejor amigo comenzó a lagrimear por lo que lo abrazó rápidamente, acarició su cabeza y comenzó una canción de cuna.

—Será mejor que duermas ¿si?

Solo quería que Riki volviera para que su amigo vuelva a ser feliz.

[ el fantasma bailarín. ]

JungWon se levantó a mitad de la noche, supuso que SuNoo ya se había ido y que estaba solo. Miró a su alrededor, volteó a ver el reloj y efectivamente ya eran las 12:00.

Se puso un abrigo, el viento entraba un poco por la ventana haciendo que haga frío. Fue por un vaso de agua, hasta que sintió una brisa recorrer su cabello.

Miró hacia la puerta de entrada, sentía como alguien lo jalaba para que salga y así lo hizo. Abrió la puerta de madera, el viento lo inundó aún más y puso un pie fuera de casa.

Caminó sin camino fijo hasta llegar al parque, los faros alumbraban esta y todo era sereno. Vio a un chico a lo lejos, este se le hizo conocido.

Caminó hacia él y tomó asiento a su lado, el muchacho no lo volteó a ver, JungWon supo quien era.

—¿JaeMin?

Por fin ganó su atención, el chico estaba un poco sorprendido ya que no sabía de dónde se conocían.

—¿Qué haces a estas horas solo en las calles?

—¿Quién eres?

—Soy JungWon, un gusto.

Na suspiró y miró hacia otro lado, JungWon no dijo nada ya que sospechaba en que estaba pasando el otro.

—Siento que algo me falta, no lo sé, desde hace unas semanas vengo todos los días a ver si esa persona puede regresar, pero no sé quién es...

—¿Te refieres a JeNo?

—¿JeNo? ¿Quién es JeNo?

«Cuando un fantasma cumple su misión, el destinado que lo ayuda pierde la memoria.»

Sonrió levemente y negó colocando sus manos en los bolsillos de la chamarra.

—Un amigo en común... lamentablemente falleció.

—¿Nos conocimos por él?

—Algo así, yo soy amigo de su amigo, solo nos vimos una vez entre los cuatro por eso es que te recuerdo.

—¿De que falleció JeNo?

—No sabría que decirte, no lo sé... pero sé que él era cercano a ti y te protegía mucho.

—¿En serio? ¿Por qué no lo recuerdo?

—Tal vez te dolió mucho que lo quisiste bloquear de tu memoria... te puedo asegurar que sea donde esté ahora, él siempre amará.

JaeMin sonrió ante la idea a pesar de que no recordara nada, miró a JungWon nuevamente.

—¿Tú has perdido a alguien?

—No, aún no, pero tal vez la persona se vaya en dos meses más...

—¿Sufre de una enfermedad grave?

—Algo por el estilo... por eso quiero estar con él todo el tiempo que sea necesario.

—Lamento por lo que pasas, en serio, debe ser duro tener a alguien que pronto se va a ir —colocó una mano encima de la suya.

—Gracias, pero supongo que cuando eres consciente duele menos —mintió—. Creo que es momento de que nos vayamos ¿te acompaño a casa?

—No creo que sea necesario, mi amigo debe estar viniendo por mí. Siempre viene.

Justo en ese instante llegó un chico un poco bajo o bueno casi la altura de JungWon, JaeMin se levantó y se dirigió hacia él.

—Siempre vienes, te puede pasar algo.

—Estoy bien RenJunnie —sonrió—. Él es JungWon, un amigo.

—Un gusto JungWon, soy RenJun.

—El gusto es mío RenJun.

—Ya nos vamos, adiós JungWon, gracias por cuidar de JaeMin.

Ambos chicos se fueron, JungWon suspiro y decidió irse nuevamente a casa. Una vez cerrando la puerta sintió una brisa rara.

Miró hacia una esquina y lo vio.

—¿Ni-Ki?

el fantasma bailarín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora