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Neville era un adolescente algo torpe. Era más alto que sus compañeros desde el primer año hasta el cuarto. Era regordete y adorable hasta el verano antes de su estirón, en el que creció y ganó una apariencia ligeramente esbelta la cual siguió teniendo hasta el segundo año. Sus brazos y piernas eran largos y nerviosos, siempre agitando y golpeando las cosas, solo un poco fuera de su control, como si no pudiera decir donde estaban en cualquier momento dado. Pasó el verano entre el segundo y tercer año de hogwarts perdiendo el tiempo con Seamus y el primer semestre del cuarto año pasándolo como el resto, posiblemente con más frustración sexual y hormonal que cualquiera de ellos estaban acostumbrados.
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Durante las vacaciones de invierno, él y su padre tomaron unas vacaciones para visitar a sus primos lejanos a una cabaña en Paris. Seamus se rio de su pelo largo cuando regresaron y le preguntó qué tan quedado su cara con el sol del invierno. No se dio cuanta que la gente le miraba más de lo normal cuando le hablaba a Ginny, Seamus e Dean sobre sus plantas en el almuerzo. Él estaba acostumbrado a que sus compañeros le miraran mal por hablar demasiado alto y gesticular con demasiada violencia.
Neville: Y entonces Brianna simplemente lo lanzó por encima su hombro como una mochila, no estoy bromeando -terminó riendo, nunca olvidaría a su primo de cinco pies de altura contra las 290 libras de ella cargando a su hermano sobre su hombro-
Seamus: Wow, eso es impresionante -dijo mirando nervioso a Ginny-
Ginny: En realidad es una maniobra bastante básica, se los podría mostrar a ustedes chicos en algún momento.
Una servilleta arrugada aterrizó en el plato vacío de Neville.
Neville: Buen tiro idiota, lastima que y termine de comer -espeto, levantándose para voltear el plato en la basura-
No vio a Michael Corner quien había arrojado la servilleta, verlo tirar su numero que él había escrito cuidadosamente, con el rostro consternado pero Seamus lo vio e ignoró.
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Neville estaba esperando que las calabazas de espagueti se terminar de calentar, cuando sonó el timbre de la casa. Fue un poco alarmante ya que los Finnigan generalmente entran por sí mismos y eventualmente los ayudantes del Auror tienden a usar sus puños para tocar la puerta. Neville miro a su padre que lo miro y se encogió de hombros, quien acababa llegando a casa ni siquiera se había cambiado su ropa formal del trabajo, Neville suspiro y fue abrir la puerta.
Neville: Oh, hola -dijo algo sorprendido, cuando abrió la puerta era Hanna Abbott-
Hanna: Hey -dijo alegremente- yo estaba, um.. -sus ojos se movieron por un momento a encima de su hombro, su cara se puso roja- Quería preguntarte...que.. -sus mejillas estaban aún más rojas y su mirada cayó a sus pies- Preguntarte si tenías los apuntes de pociones y si me las podrías prestar.
