Estaba totalmente saturada. Necesitaba gestionar mis emociones y decidí ir a la zona "más natural" en los alrededores de mi pueblo. Para ello, tenía que pasar por la zona de fiesta, la cual no me gustaba nada, y además hoy estaría llena de gente, ruido y con peste a gente pérdida en las drogas. Sólo con pensarlo ya tenía ganas de potar, pero pasado aquello, podría tener mi tiempo de tranquilidad y gestión emocional.
Era un pequeño bosque, no muy poblado de árboles, pero el único cercano protegido medianamente de la contaminación, la vida humana y su estrés constante.Una noche más, al pasar por allí, bastante centrada en la música de Kate Bush con los cascos, me pareció escuchar a alguien llamándome. Me giré y era una chica que tenía sobre mi edad, en unos primeros segundos entre en pánico porque empezar las interacciones sociales no es lo mío, pero tampoco quiero ser borde con la gente así que me giré a ver qué quería de mí.
- Hola tía, perdona, pero acabo de salir de éste antro de gente borracha y extrovertida, y me siento mareada. He bebido, pero creo que no tanto
+ ¡Uy! ¿Quieres que llame a alguien cercano a ti? - Le contesté, rápidamente, preocupada - Vamos a algún sitio donde puedas estar un poco más tranquil...
- No, qué va, si no te importa preferiría dar una vuelta lejos de todo esto. Y tú pareces de fiar. ¿Sabes de algún sitio tranquilo y que esté cerca para no molestarte mucho tiempo?
+ ¡Uh¡ - Pues justo me iba a desconectar un poco a un lugar que no está muy lejos de aquí. Es natural y me ayuda en los momentos difíciles.
- Genial...tu también lo necesitas? Entonces esto ha sido un poco el destino, ¿No?
Mientras andábamos hacia el lugar, entramos un poco en confianza hablando sobre cosas personales, ya que la situación se me hacía un poco difícil por mí ligera introversión.
- Sé que esto puede ser un poco raro...pero la verdad es que me considero bastante extrovertida y me es fácil conocer gente. Si para ti es incómodo...
+ No, no, tranqui...yo la verdad es que soy bastante introvertida, pero la verdad es que has transmitido confianza y no te iba a dejar allí tirada pasándolo mal. Bueno, tengo que sincerarme diciendo que esto es un poco raro y poco en común en mí, ya que me cuestan bastante las interacciones sociales, al contrario que a ti. Pero también esto es una situación especial, necesitabas mi ayuda y no te lo voy a negar.
- Lo entiendo perfectamente, si en algún momento te agobio me lo puedes decir con confianza, no me lo tomaré a mal. Y muchas gracias, has aparecido como una gran suerte para mí. Empezemos por lo típico...¿Cómo te llamas?
+ Oh claro, saber nuestros nombres es un paso importante. Mi nombre es Keeila. Tengo 23, ¿Y tú?
- Qué nombre más curioso...y bonito. Mi nombre es Duna y tengo 22. ¿Y vives en este mismo pueblo?
+ Sí, con mi familia...este año me lo estoy tomando un poco tranquilo, porque no sé muy bien el tema de a qué dedicarme y esas cosas. Intento buscar trabajo y mientras hago cursos de desempleo que me van surgiendo. Idiomas, tecnologías... son bastante entretenidos. Más que la universidad y esas cosas, para mí.
- Ya ves, tía, yo estoy trabajando. Empecé la universidad pero no me gustó nada. Vivo desde hace poco compartiendo un piso con otros trabajadores...la verdad es que me gusta mucho más esta vida que la de estudiante. Tengo mi dinero, mi espacio personal...no me preocupo por cumplir unos estándares de estudiante y esas cosas. Y de vez en cuando, también me pongo a estudiar algún curso.
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HISTORIA SÁFICA EN PROCESO
RomanceAños 80. Romance. Sáficas. ¿Qué más se puede pedir?