Capitolo Quindici

4.1K 361 3
                                    

        —Home Sweet Home—

Volterra es precioso. Un lugar encantador, lleno de personas que viven su vida en la cotidianidad y disfrutan su vida bajo el sol.

A Lauren le hubiese encantado visitar Volterra con su madre si hubiese sabido de ella antes, y tal vez, solo tal vez, nunca haber ido a ese espantoso viaje a España.

Pero incluso si Lauren no tiene a su madre con ella y debe ocultarse bajo múltiples abrigos y guantes para que ningún rayo de sol toque su piel, le hubiera fascinado explorar Volterra. En cambio, en lugar de estar conviviendo con humanos en esas calles concurridas, está encerrada en un castillo con otras personas inmortales como ellas y tres lunáticos enamorados.

Eso sin contar de que después de que se mudó involuntariamente a este lugar sin una explicación todavía dicha, hay una o dos personas que le tienen un odio puro luego de la expulsión de las reinas del castillo.

¿Qué demonios tiene que ver ella en eso de todas formas? No es como si las hubieran hechado por ella ¿verdad?

Dios. ¿Cuándo la vida se volvió tan difícil?

Tesoro. Cosa hai così distratto? - Oh, sí. Olvidaba mencionar que desde que llegó estos tres lunáticos no se han apartado de su lado ni por un puto segundo e insisten en hablarle en italiano cuando ya dejó en claro que no entiende ni un carajo. Y eso que llegó a Italia hace una semana.

No puedo responderte, mi querido Aro, hasta me expliques qué demonios acabas de decirme. - Lauren estaba irritada, estar en un jardín gigantesco que casi podría considerarse un campo por lo alejado que está del castillo, con los tres reyes Volturi pegados a ella como pegamento y sin permitirle espacio personal la tiene de los nervios.

No es que Lauren se sienta incómoda con ellos pero su cariño excesivo y sin explicación no sabe cómo tomárselo. Además de que se alegra estar usando mucha ropa hoy para evitar que Aro se inmisculla en su mente como cuando llegó a Volterra por primera vez... Otra vez.

Lo que Aro quiso decir, amada mía, es que nos expliques qué atormenta tu linda cabecita. - explicó Caius con su cabeza en los muslos de Lauren. Su comportamiento tan cariñoso y amable le da miedo por en comparación que es con los demás.

Lauren soltó un suspiro innecesario y fijó su vista en el sol que se va ocultando poco a poco tras el castillo. La poca piel que tiene expuesta deja de brillar poco a poco mientras más la luz se convierte en sombra. Marcus le acaricia el rostro como intento de que vuelva a la realidad y funciona.

He estado aquí por una semana... Y aún no sé el motivo de eso. - explica Lauren y si aún no estuviera con sus pensamientos un poco idos se hubiera dado cuenta de la ligera tensión en el aire.

Bueno, eres un recién nacido, necesitas algún tipo de supervisión para evitar que te sometas a la locura de la sangre. - le responde Aro a Lauren, la chica todavía estaba muy distraída con sus ojos puestos en el sol pero supo de inmediato que la razón carecía de base.

Peter y Charlotte eran suficiente supervisión para mí. Se encargaron personalmente de enseñarme sobre mi nueva condición y todo lo que conlleva. Además, ya tengo 2 años de recién nacido, mi sed de sangre no es tan intensa como antes y en ese tiempo nunca hice algo para revelarme a los humanos.

Eso no nos garantiza nada mi amor, la sed de sangre de un vampiro puede enloquecer incluso a los más antiguos.

Eso no es excusa Aro. - Lauren puede sentir que se está irritando cada vez más. Su atención abandonó al sol ya oculto en el horizonte y dirigió su mirada enfadada a Aro. — Si mi sed de sangre fuera la razón de porque estoy aquí, entonces los Volturi fueran solo niñeras de vampiros recién convertidos y en Volterra no existiría ni un solo humano. Además, aquí todos sabemos que Caius no tendría la paciencia para tratar con niños recién convertidos.

En eso tiene razón... - susurró el propio Caius aún en los muslos de Lauren en lo que Aro le enviaba una mirada de muerte.

Ignorando su comentario Lauren siguió.

Y esa estupidez de supervisión no explica también el hecho de que parecen estar cortejándome, ni la ausencia de sus legítimas esposas en el castillo. Que ya estoy harta de que las estúpidas de Corin y Renata me digan que todo fue por mi culpa.

¿¡Cómo?! - Caius gritó y saltó de los muslos de Lauren, su repentino estallido de ira la sobresaltó y le hizo preguntarse si cruzó la línea. — ¡Esto es completamente inaceptable Aro! ¿¡Cómo se atreven a comportarse de esa manera?!

Ciertamente decepcionante, y eso que le ordenamos que la trataran con el mayor de los respetos.

Lauren estaba confundida e inquieta. Sabe que metió la pata, no debería haberles gritado ni hablarle de esa manera, pero supongo que cogió confianza por la forma tan especial en que fue tratada, se olvidó que los reyes Volturi no son solo viejos que la trataban con cariño; son vampiros antigüos que lideran a su especie.

Lauren... - la voz profunda y ronca de Marcus llegó a sus oídos y se dió la vuelta con cuidado, cuando sus ojos se encontraron la pelea entre Caius y Aro fue solo un ruido sordo. — No es tu culpa tesoro. Arreglaremos esto, no vamos a permitir que seas tratada por debajo de la categoría que te mereces.

¿Y qué categoría me merezco Marcus? ¿Por qué estoy aquí?

Todo será explicado a su debido tiempo. - dijo Aro a su espalda, dejando suaves besos sobre su hombro cubierto. Lauren no sabe cuándo dejó de discutir con Caius. — Por ahora debemos encargarnos de reestablecer lo que desde un momento aclaramos.

Te dije que debías vigilarlas. Se llevaban demasiado bien con Sulpicia y Athenadora para que no reaccionaran así. - dijo Caius rencoroso.

"No entiendo ni un demonio y no sé si quiero entenderlo"

Tesoro. Cosa hai così distratto? - Tesoro qué te tiene tan distraída.

Por favor no se olviden de votar y comentar.

Bleeding Soul •|Volturi Kings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora