Bien se, aunque lo quise ignorar:
Tengo tu recuerdo en cualquier lugar,
bien se que aún en mi lápida,
no podría de tí escapar.
A ello ya me resginé,
esta mi verdad será...
Fué un día cualquiera de ayer,
pero final no tendrá,
a esta dulze servidumbre
mi triste corazón se acostumbrará.
Cada día el mundo empequeñece,
o más grande me eres tú.
Mi mente con tu recuerdo palidece,
me cubres más que el cielo azul.
Si pidiera desarraigarte, no querría,
a veces dulze el látigo al siervo es.
Y si lo hiciera, me desgarrarías,
no te volvería a ver.
Desde hace tiempo mis ídolos murieron,
Sus altares yacían abandonados.
Carecía de deidades, y mi gozo había encontrado.
Triste invasora fuíste de ellos,
mi alegría un día habrás esfumado.
