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El sonido del disparo sonó por todo el lugar, haciendo eco en las paredes del sótano. Con el olor de la cordita y fría temperatura del invierno en Canadá, el escenario se volvió más lúgubre de lo que ya era.

La empezó a correr rápidamente por el sucio piso, las personas presentes ni se inmutaron con el cadaver frente a ellos. Esa imagen tan común como el desayuno de cada día. E incluso si el desborde de los órganos les había causado una mínima de incomodidad, optaron para guardar sus propios pensamientos para si mismos.

Guardando su pistola y quitándose los guantes del líquido rojo, Yeonjun gesto desinteresado que le indicó a sus hombres para levantar el cuerpo.

— Señor —Llamó uno— La reunión con el señor Claire es en dos horas.

—Cancélala —Respondió el alfa mientras prendía un cigarrillo. Exhalando humo observó intentaban no ensuciar sus trajes al cargar al hombre muerto. Era prácticamente imposible, porqué la cabeza había quedado destrozada.

—Señor esta reunión es impor..tante —Se trabó cuando el turco le dio una mirada irritada— Está bien, déjeme encargarme.

El hombre que pronto se convertiría en un cadaver más en el mar tenía una deuda de más de tres años con ellos y había escapado de Europa a Canadá para no pagarla, usualmente el turco no tomaría gran importancia a ese tipo de situaciones, pero el hombre había matado dos de los suyos en el proceso de huida, cosa que no tenía perdón para Yeonjun.

Dando una última mirada al cuerpo, tarareó las opciones en su cabeza con tranquilidad.

—Encárguense de la familia también —ordenó mientras se retiraba del lugar.

Al salir de detuvo un momento para estudiar la nieve en el aire. Cerro los ojos disfrutando el frío en su cara y la frescura en el ambiente, sus subordinados también se detuvieron, esperando cualquier orden de su parte. Con un suspiro cansado entro al Bentley con sus hombres siguiéndole el paso. Cuando el auto inició su transcurso, el alfa se percató de la sangre seca en sus manos.

•••

El omega miraba nervioso de un lado a otro, poniendo especial atención en las esquinas o los lugares abiertos en el aeropuerto. Los nervios le carcomían, provocando que sus feromonas tuvieran un olor ácido; haciendo que las personas a su alrededor notaran su nerviosismo palpable. Estaba seguro que su padre mandaría gente a buscarlo apenas se haya dado cuenta que no estaba, Chanmin podía imaginar su rostro colérico provocado por las "insuficiencias" de su hijo como omega.

Se supone que esa misma noche conocería a su prometido, el cual era incomparablemente millonario y absolutamente prepotente, dado que había pospuesto su reunión más de tres veces. Sin siquiera conocerlo Chanmin aseguraba que era una persona de carácter zafio y no pensaba enredarse con tal falto de modales.

"¿Qué se creía?"

Con el corazón latiendo a mil y su mano temblando al entregar su boleto de un vuelo sin regreso a Inglaterra, Chanmin sintió que respiraba una vez sentado en el avión; había dado un gran paso a su salvación de un matrimonio que claramente no lo haría feliz.

Como era costumbre en las familias de alta sociedad, los matrimonios arreglados no eran una cosa del siglo pasado. Su padre no dudó un segundo cuando encontró el perfecto Alfa para su querido y único hijo.

El perfecto Alfa que los salvaría de la bancarrota que estaban viviendo.

Las malas jugadas de su padre y las apuestas diarias llevaron a su familia en declive, apunto de perder todo en corto tiempo, el hombre tuvo que buscar opciones de último momento, ofreciendo a su hijo a sus socios más grandes. Cuando su padre le anunció sus planes para levantar el numero de su familia, se sintió enfermo. Había vivió toda su vida tratando de complacer a su papá para cubrir las imperfecciones de no nacer como alfa para hacerse cargo de los negocios familiares; sin embargo, no estaba dispuesto a casarse con un viejo millonario al que no se le pararía en cuatro años.

Mafia Roja : Choi YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora