Autora: Tumblr, d-targaryenshoe (Shamira)Calor Capturado
Resumen: tener un tío que está totalmente enamorado de ti nunca es fácil de ignorar, ¿verdad?
*****
Allí estabas, de pie al borde de la cama de tu padre, con el sentimiento de tristeza y nesciencia, sin saber que vendría después ni cuentos días le prometió al hombre.
Todavía era tu padre, el esposo de tu madre que ya te había dejado en esta vida, y aún así sentías que eras tú quien tenía que cuidarlo.
Y así lo hiciste, en verdad cuidaste a tu padre, ya habían pasado dos quincenas contigo durmiendo en la cama de tu padre. Temiendo que cuando despertarás, tu padre hubiera caído en un sueño interminable. Muerte.
"Hija, t/n, si tan solo pudieras..." Viserys señaló con la mano hacia la jarra de agua que estaba en la mesita de noche. " Espero que no te importe, querida".
Sonreíste suavemente mientras agarraba la tela, humedeciéndola en la jarra antes de frotar ligeramente el trozo de tela contra la frente de tu padre, tratando de deshacer su cuerpo del calor lo mejor que pudiste.
"¿Esto sirve de algo, padre?" Preguntaste, colocando el paño en la jarra, frotando ligeramente el hombro de tu padre para tranquilizarlo. "Esto es lo único que el Maestro me permitirá hacer".
Viserys asintió lo mejor que pudo, ya que uno de sus ojos estaba cubierto con vendajes, pero alargó su mano hacia ti para que la sostuvieras. "Debes cuidar a tu hermana, t/n, necesito tu palabra al respecto".
Mirando tu mano que sostenía la de tu padre, asentiste con la cabeza, poniendo tus labios en su mano, sonriéndole. "No temas, la protegeré con mi vida".
"Debes buscar lo que está vida tiene para ofrecer, querida". Hablo en voz baja, mirando el techo. "Pero una última cosa para poner en tu mente. No sé involucren en rumores o interacciones con Daemon, no tiene un lado bueno para estar". Tu padre casi suplico, abriendo el ojo lo mejor que pudo.
Aunque en el fondo de tu corazón, tu mente sabía que mantenerse alejado de tu tío sería algo muy difícil de hacer, como si en este momento tu padre no estuviera en posición de iniciar una discusión.
"Seguramente, Su Gracia, debo agradecerle la advertencia". Accediste, apretando la mano de tu padre en señal de agradecimiento a pesar de que los asuntos de tu corazón decían otra cosa. "Debes descansar".
Soltando la mano del Rey, te levantaste de la cama, dirigiéndote hacia la puerta, echando una última mirada a tu padre, notando cómo se dormía.