Y aquí estamos de nuevo, otra mañana dónde se preparan los tamales y los atoles. Dónde Clara le aventaba otra hoja de tamal a Lauren en la cara.
Ya después de recibir la bendición por parte de su madre, Lauren salió a vender. Una nueva aventura para nuestra jalapeño. Esta vez tenía más tamales y atoles por vender, pero no le preocupa, porque confiaba en que los nuevos clientes le comprarían el doblé que ayer.
Mientras tanto, nuestra querida Pelos, estaba roncando y soñando con su amada tamalera. Lo sé, quieren saber el sueño de Camila, la verdad yo también, así que vamos al chisme.
*En el hermoso sueño de Camila*
-¡Oye! Detente, quiero comprar un tamal.- decía una muy apurada Camila que casi se partía la madre al salir de su casa. Mientras veía que Lauren se estacionaba para despacharla (no lo mal piensen, personas pecadoras).
-¿Estás bien? Por un momento creí que besarías el piso al salir.- dijo una Lauren preocupada.
-Sí, sí, gracias por preguntar. Am...yo... quisiera un tamal...tan bueno cómo tú.- dijo nerviosa y sonrojada Camila.
-Eso será un poco difícil, porque dudo que exista un tamal tan bueno cómo yo.-(quisiera esa autoestima) le contesto con voz seductora Lauren. -Pero yo quisiera darte más que un tamal... quisiera darte...mi número.- agrego Lauren. Y ya con eso tanto Camila cómo nuestras personas lectoras andaban pensando de todo.
-Tu puedes darme todo lo que quieras.- respondió Camila sin pensar.
-Tal vez lo haga.- dijo Lauren mientras se acercaba lentamente al rostro de Camila. Cuándo estaban casi por rozar sus labios...Camila tropezó con la vaporera.
*Termina el hermoso sueño de Camila*
Cosas que posiblemente le pasen a nuestra Pelo. De momento, mientras ella soñaba con ese momento, Sinuh le estaba gritando desde la cocina un -¡Mija, ya levantate! ¡Tienes que desayunar está vez!.- pero se necesitaba más que un grito para despertar a Camila.
-Ay está niña, otra vez se irá sin desayunar. Espero pase la chica que estaba vendiendo tamales ayer, para que esta floja se compre uno.- decía Sinuh mientras le servía unos huevos revueltos a Sofía y Alejandro.
-Seguro que sí, sino que se compre un pan con los Hernández.- dijo cómo si nada Alejandro. Después de eso, Sofía se fue a la preparatoria, Sinuh y Alejandro se fueron a la peluquería, Camila... bueno ella se despertó cuando escuchó la puerta cerrarse.
Apenas se despertó, Camila se baño, lavo los dientes, se puso su "ropa de dormir" más sensual que tenía, porque no quería salir con la camisa de "mi recuerdo de Acapulco" manchada de cloro, para ir a comprarle tamales a Lauren.
Mientras nuestra Pelo se arreglaba, Lauren iba saliendo con su triciclo para ir con sus primeros clientes del día. Solo que ahora había algo nuevo, la casa dónde antes vivía el chorizos, estaba siendo ocupada por otra persona. Aquella persona apenas estaba pasando sus muebles, no eran tantos, lo que llevo a pensar a Lauren que la chica era foránea.
Porque en efecto, la ex casa del Chorizos estaba siendo ocupada por una chica, y no cualquier chica.
-¡Oye, oye, sí tú, la de los tamales! Más te vale que no sigas pedaleando, hablo enserio. Dios, ni que te fuera a robar.- decía aquella chica nueva del barrio, casi sin aire de tanto gritarle a nuestra Jalapeño.
-Pues ya no estaba pedaleando, solo me estaba estacionado. Y sé que no me vas a robar, tendrías al menos otra cosa en la mano, en lugar de un monedero de elote.- dijo de manera obvia Lauren.
-Punto para ti, chica ojos de moco. Mira, solo quiero 2 tamales, uno verde y uno rojo, bueno y un atole de chocolate. Esto de la mudanza me tiene hambrienta.- dijo la chica misteriosa no tan misteriosa.
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Tamales Jalapeño Pelo
Hayran KurguCada mañana, justamente a las 9:00 a.m. Lauren Jalapeño tiene que salir a vender tamales para poder continuar con sus estudios universitarios. Lo que no sabe, es que Camila Pelo, se levanta a las 8:00 a.m. para poder observar a lo lejos a Lauren Jal...