Si tuviera una lista de las incontables veces que me pregunté cómo funcionan los corazones rotos, sería infinita. Es inexplicable cómo un corazón puede romperse una y otra vez, incluso cuando sana y piensa que está fuera de peligro, ahí es cuando más duele y vuelve a romperse. Cuando entra en el bucle silencioso, es difícil salir de él, pero no imposible. El cansancio de luchar lo inunda todo, las lágrimas del vacío abordan el camino, la oscuridad del día extraña la razón y la propia mente se encuentra ante la duda. No se distingue lo real o lo ficticio. En pocas palabras, el corazón está partido. Y, aun así, sigue latiendo, sigue dando vida, no se rinde. Aun así, sigue ayudando a los demás por delante de sí mismo, sigue escuchando a los demás por delante de su propia voz, sigue queriendo a otros por encima de él. Es impresionante el poder de un buen corazón en tales condiciones, porque sigue viviendo por y para los demás en vez de por sí mismo y para ser feliz. En mi opinión, la nobleza de un corazón roto.
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La nobleza de un corazón roto
Poesía¿Alguna vez has visto un corazón roto? ¿Alguna vez has sentido un corazón roto? Extraño, porque cuando un alma se rompe, no grita. Solo hay silencio. El corazón está cansado de continuar el camino, del dolor que implica vivir. Aun así, antepone a l...