NO TAN FÁCIL

Splinter

Clarissa, cierra los ojos, no quería demostrar miedo, ella piensa que ya ha pasado por mucho como para venir ahora y parecer grosera con eso, aquello, él. Ni siquiera sabía, como debía llamarlo.

En la percepción tan aumentada que el maestro tiene, puede ver la tensión en el cuerpo de Clarissa, que en ese momento le da la espalda a él. El Maestro Splinter, prefiere guardar silencio y darle el tiempo que ella necesite para agarrar valor y mirarlo. No es fácil para los humanos comprender los misterios, algunos tienen la conciencia alerta y otros simplemente están dormidos, por no mencionar algunos que están en coma absoluta, hay humanos tan lógicos que experimentar cosas que no pueden explicar les asusta y prefieren ignorarlas, puede que Clarissa es de ese tipo de humanos.

— Mira Clarissa, el es el maestro Splinter, padre de Miguelangel, Raphael, Leo y Donnie- Luccia se acerca y pone su mano en el hombro de la temerosa chica. Todos podían ver lo nerviosa que estaba.

Clarissa mira casi suplicante a Luccia. Ella agarra valor y voltea para ver a la persona que la saludo, Clarissa no dejaría que su temor a esos animales, la hiciera parecer una maleducada. Al darse vuelta sus piernas flaquearon por un momento, sus ojos se abrieron grandes, y la respiración se agitó, en eso un suave mano toma la suya, y es Luccia, que con ese gesto le da ánimos.

— B.. Buenas Tardes - dice Clarissa con dificultad.

Splinter la observa por unos segundos  antes de contestarle.

— Mi apariencia, te asusta ya que me veo como uno de tus mayores temores - le dice el anciano mientras se acaricia su larga barba. — Tomemos está oportunidad, para empezar a sanar ese temor, pequeña - el maestro habla pausada y calmadamente, casi hipnotizante, y Clarissa se siente menos nerviosa.

—Gracias, dís..disculpe, fui muy descortés. - ella estaba muy apenada realmente, aunque aún nerviosa.

—Mickey-llama Leo a su hermano que iba unos pasos adelante, pero un poco atrás de Raphael y Donnie . —tal vez no sea el momento, pero podemos aprovechar este tiempo - le dice su hermano mayor a Miguelangel, con una sonrisa.

—Claro Leo.. ¿Que quieres hacer?... ¿Adivinanzas mientras caminamos? - Mickey confundía, pasar el tiempo con aprovechar.

—No exactamente - le contesta Leo —En realidad tengo una pregunta, la forma en que Clarissa y tu se conocieron -

Miguelangel lo miro por un momento, y luego le responde —Claro.. La primera vez la salve de un tipo, ella perdió sus lentes de contacto, así que no me miro bien , se desmayo, pero no por mi- le contesta el inquieto hermano menor . — Y otro día - continuó Mickey, después de una breve pausa - la vi en una disco bar que me gusta, se armo una pelea, Clarissa estaba muy borracha, no tolera el alcohol y bueno ella se puso juguetona, y... - Miguelangel se detiene y lo mismo hace su hermano de azul. —¿Por qué me preguntas todo esto? - la mirada de Mickey, interroga a Leo.

—¿Que sientes por Clarissa Mickey?... ¿Estás enamorado? -

Miguelangel observa a Leonardo la pregunta lo tomó por sorpresa . —Sigamos caminando, no perdamos de vista a Rafa, y a Donnie-. Leo reunida la marcha, seguido dos pasos más atrás por su hermano.

¿Estaba el enamorado? ¿Que es estar enamorado en primer lugar ? Claro que Miguelangel, podía tener la noción de estar enamorado al ver a sus hermanos, pero entre ellos nunca habían hablado de reconocer ese sentimiento.

—No lo se Leo- un tinte de tristeza en la mirada baja del ninja, se refleja en su rostro. —Ella es hermosa, esa noche con ella fue, uf magia. No se si es solo una atracción física, obviamente de mi parte. Se suponía que después de esa noche no sabría ella nada de mi, nunca.

—Mickey-Leo le mira con reclamo.

—Lo se, se que me dirás, no pude evitarlo, fui irresponsable, lo sé. Y de verdad, me gustaría  llevarme mejor con Clarissa, pero ella, no puedo. Cuando voy a su departamento, solo estoy ahí, a duras penas se que su helado favorito es chocomenta, no se mucho más de ella. Clarissa no es cariñosa, al contrario, es tímida, reservada, solitaria. - Mickey se detuvo, por primera vez hablaba de los defectos de alguien.
—Simplemente, somos muy diferentes. ¿Que siento por Clarissa? Responsabilidad  Leo, creo que eso es todo, y tengo la responsabilidad de que seré padre, y yo no sé como haré para criar a este bebé, si no siquiera se si estaremos juntos para lograrlo, no como Donnie y Rina, ellos están juntos, crían a Nikola juntos. - el rostro de Miguelangel cada vez se veía más triste. —Si me gustaría que ella fuera mi pareja... Claro, si me gustaría, pero no hay conexión entre nosotros, y yo quizás podría crearla, lo he intentado, pero ella; simplemente no me acepta. Asi que Leo... Prefiero no enamorarme, eso dejaría un vacío aquí.- Mickey toca su pecho — Quizás, solo tendremos al bebé y seremos amigos. -

Leo se le estruja el corazón, ver así de abatido a su hermano, y a pesar de todo eso que el siente, toma la iniciativa de buscar una salida, sin temor , porque  igual que todos ellos desean ver a sus esposas, el quiere verla. En verdad, Leonardo deseaba, que Miguelangel nunca sienta ese vacío, que alguna vez experimentó.

Los dejaremos, solos un momento, para que puedan hablar, les dice Rina, a Clarissa, y a él maestro.

Mientras Clarissa ve alejarse, por un pasillo a Rina y Luccia, no se atreve a voltear.

—¿Clarissa? - la calmada voz del maestro, llama a la mujer, para que lo mire.

Clarissa, escucha, y demora unos leves segundos en voltear la cabeza.

—Por favor, siéntate. Hay algunas cosas que deseo preguntarte - Splinter le hace una señal con su mano, la cual mira Clarissa, antes de aceptar la invitación. — Se que todo lo que esta viviendo debe ser difícil, incluso desde el momento que te enteraste de quien o que es mi hijo — el maestro rata, hace una pausa y suspira.

Clarissa, lo mira unos segundos y baja su mirada a sus manos sobre su regazo.

—Si lo fue - ella contesta con sinceridad, este ser calmado, parece sabio, y además no es secreto que las circunstancias de ellos, no son planeadas.

El anciano hace una pausa, y dice después de un suspiro — Miguelangel es un buen chico, pero su irresponsabilidad involucró a una persona inocente, alguien que no esta preparada para vivir este mundo — se  forma por unos segundos el silencio. —Lo siento - el buen maestro realmente lamentaba la situación, incluso no dijo nada el día que Mickey les dijo que sería padre, su edad le indicó prudencia y silencio, no pudo evitar pensar en otro segundo milagro, pero ahora al ver de frente a esta mujer, poco receptiva a este mundo y a ellos, no podía evitar pensar en la relación de su hijo, el bebé, ¿como vivirían como familia?

—Dime Clarissa... ¿Que sientes por mi hijo Miguelangel? —

¿Que siente ella por Miguelangel?, hasta ahora nadie le había preguntado, ni ella misma se lo había cuestionado, tal vez por que parecía lógico, el la embarazo, él debía estar a su lado, pero ¿tenía Miguelangel algún deber?

— Si se refiere a un sentimiento como amor, pienso que no es eso lo que hay entre nosotros, supongo que solo estoy, y dejo que él esté, por que al final es el padre de este bebé y es verdad que al inicio fue terrible entender  lo que él es y que nosotros... —Clarissa hace una pausa y suspira —  solo, quizás nos hemos acostumbrado uno al otro -

— Me alegra que seas sincera, y a pesar de todo, te agradezco tu gran esfuerzo, por estar aquí, por hablar conmigo, y por aceptar a este milagro, otro pequeño como Nikola—

Clarissa sintió ternura por ese anciano, que como cualquier padre no importa la edad se preocupa por su hijo.