"Sigue el camino de piedras..."

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Todo empezó aquel 19 de octubre de 1987, el día en el que me llevaron a De Pride Isle por el simple hecho de pensar "diferente". Mi padre me llevó a ese manicomio cuando no faltaba mucho para que anocheciera, mientras seguíamos un camino de piedras. Cruzamos un puente con un par de maderas rotas y, después de caminar por un largo rato, llegamos.

El hospital se encontraba en la cima de una montaña y era un lugar demasiado grande. Una vez entramos, una enfermera se nos acercó y nos preguntó que necesitábamos. Mi padre respondió que me venía a internar por qué estaba "loca". La enfermera me agarró de la mano y me llevó a un lugar donde me dieron un uniforme para luego llevarme a una habitación en la cual ya habían otras 4 personas.

Al principio todo parecía normal, pero a los pocos días empecé a sentir que me volvía loca, porque se me empezó a mover el brazo, no salía nunca del lugar y me encerraban un par de minutos de vez en cuando, lo que para mí parecían horas.

Las enfermeras tampoco ayudaban bastante. Trataban horrible a uno haciendo cosas como encerrarnos por horas o incluso días, y eso no me ayudaba mucho que digamos. Una vez estuve encerrada por 3 semanas y media y de no haber sido por la enfermera Melanie (la cual era la única que trataba a los pacientes con cariño) hubiera estado más tiempo.

Durante las noches las enfermeras revisaban si había alguien despierto o fuera de su habitación. Si te descubrían, te encerraban por el resto de la noche. 

Con el paso de los días, todo iba peor. Las enfermeras eran racistas y te decían "gord@" por tener un cuerpo no muy delgado. Además, golpeaban a uno y eso me hacía tenerles odio, ya que no había excepción y no era facil ocultar porque las mujeres usaban faldas que llegaban a la mitad del muslo y los hombres pantalones cortos le llegaban a la rodilla, así que las enfermeras golpeaban la parte de las pantorrillas a propósito.

He tenido la suerte de que no me golpearon tanto como mis compañeros, los cuales casi vuelven con piernas quebradas...

A los 3 meses ya me encerraban 2 veces por semana y esos encierros duraban desde después del desayuno hasta antes de la cena. Una vez ya casi tenía un año en el lugar, la enfermera Caroline me encerró por una semana, la cual apenas comía y me golpeaba constantemente con tablas de madera.

En estos 2 años en los que estuve encerrada solo he llegado a tener confianza en la enfermera Melanie y mis compañeros de cuarto, de los cuales Susie era la que mas me caía bien. Susie Susans era una chica de pelo de color nergro y ojos de color verde, quien tenía una personalidad alegre y parecía no tener algún problema mental, pero casi mató a golpes a un niño de 4 años por un ataque de ira. Luego en amistades seguía Lewis, Mike y Emilie...

A medida que pasaban los días, mi poca cordura ya se estaba yendo. Sentía verdadero miedo cada vez que me encerraban y empezaba a llorar y gritar a lo loco, y en mis últimos encierros cada vez que salía golpeaba hasta hacer sangrar a la enfermera que me abriese la puerta (excepto Melanie). Y hablando de enfermeras... hablemos de las mas maltratadoras...

Caroline (la que me encerró por una semana) era de pelo marrón tirando a rubio y ojos rojos. Usaba un uniforme de enfermera como todas (el cual era un vestido blanco que llegaba a las rodillas con zapatos de taco. El vestido estaba decorado con algunos detalles en el final de las mangas y las iniciales en el centro del pecho de color dorado). Las otras 2 (las cuales eran las gemelas Millie y Winnie) eran de una tez un poco morena, pelo rubio tirando a castaño y ojos celestes.

Aquellas gemelas 'ie' eran una mi3rd4 viviente. Siempre se burlaban de tu peso diciendote: "ay, cariño, deberías hacer mas ejercicio, es que estás un poco gordita", cosa que le hacía daño a varias chicas en el lugar. En conclusión, se comportaban como las típicas chicas populares de la secundaria estadounidense.

Y ahora, la mejor parte de mi estadía en aquel infierno en la tierra: el día del escape. A la mañana desayuné e hice algunas cosas como hablar con mis compañeros sobre el escape, a lo cual ellos accedieron. Luego Lewis falsificó una carta para Lady Manuela, la mandamás de las enfermeras, que decía que la enfermera Melanie tenía que recoger a un paciente porque este no se dejaba llevar al hospital, a lo cual ella accedió alegremente.

Pasaron las horas y llegó el anochecer y con él la cena. Una vez ya habiamos cenado, fuimos a nuestra habitación como siempre y esperamos a que sea la hora de dormir, la cual llegó a los pocos minutos. 

Salí de mi habitación y entré a las cocinas para agarrar un cuchillo y con él darme el lujo de aseinar a las enfermeras que se me cruzaron en el camino, quienes solo tuvieron una o 2 puñaladas en el cuello, excepto Caroline...

Con la enfermera ya mencionada decidí darme tiempo de acuchillarla 20 veces en el estómago y luego cortarle en los brazos, la garganta y las piernas para luego con su sangre escribir en una pared cercana «sigue el camino de las piedras».

Luego volví con unos cerillos y un bidon de gasolina. Desperté a mis compañeros y les dije: "¿Me ayudan a acabar con el lugar? No creo poder hacerlo sola"

"¡Vas a quemar el lugar!" estalló Lewis, quien fue callado por un 'shh' de Emilie.

"No lo grites a todo volumen"  le regañó Susie "las enfermeras nos van a escuchar"

"No creo que lo hagan" dije. Todos me dirigieron la mirada

"No me digas que-"

"Así es, las maté a todas" confirmé

"Cómo fue que..." empezó a decir Susie "o-olvídense, solo incendiemos el lugar"

"Me gusta como decides las cosas, Su" la felicité "tu y Mike vayan a llenar de gasolina el ala oeste, Lewis, Emilie, encargense del ala este, yo me encargaré de incendiar la sala de la entrada" dije para luego marcharme.

Lamentablemente el plan no salió como esperaba, ya que Mike y Emilie se perdieron en el fuego mientras intentaban escapar, Susie murió en frente de mis ojos al ser 

"¡Susie!" grité, preocupada. Empezé a correr hacia la entrada del hospital psiquiatrico cuando Lewis me agarró de la mano "¡¿Qué haces?!" le grité, mientras lo miraba a los ojos.

"¿Acaso no viste que murió en frente tuyo?" me preguntó Lewis, un poco molesto y haciendo que lo dejara de mirar con enojo y mirara de vuelta a la entrada del lugar, esta vez con lágrimas en los ojos.

"Pero... Mike y Emilie siguen vivos, ¿verdad?" 

"Si lo estuvieran estarían con nosotros"

No podía contenerme mas, así que simplemente abrazé a Lewis, quien acariciaba mi larga melena castaña tratando de consolarme...

Nada había salido como lo planeado ese día, y no dejaría que volviera a suceder... al menos no con alguien que era importante para mi...



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