Narrador.
Ha decir verdad el uniforme no se le veía nada mal, unos pantalones de color gris, camisa blanca fuera del pantalón, corbata de color negro y zapatos del mismo color, sin mencionar el blazer con el logo de la escuela en la parte del pecho.
Luego de presentarse frente a 30 abortos no realizados fue a sentarse atrás de la sala en un rincón apartado de los demás, frente a él se sentaba un chico de cabellos rubios y ojos azules que no dejaba de hablar acerca de las palomitas y lo ricas que eran con caramelo.
— ¿No eres de hablar mucho no?
— Eh... yo-.
— Da igual — le interrumpió — Me agradas Jeffrey, en fin, hay una fiesta más tarde, ya sabes, puedes pasar por ahí, es en mi casa deja y te anoto la dirección — este tomó el cuaderno de Izzy y escribió la dirección poniendo más abajo su nombre.
— Uh, ¿Steven? Es.... Martes, ¿no te parece tonto?
— ¿Y? Ya verás que divertido será, la pasaremos de maravilla, eres mi nuevo amigo — El rubio le guiñó el ojo y salió de aquella sala, minutos después sonó un pitido dando a entender que era recreo.
Más tarde dieron la hora de salida, Michael esperaba fuera del colegio al azabache para ir juntos a casa, tal y como se lo había pedido Elmer. Izzy caminaba rápido por lo cual Michael tenía que correr para alcanzarlo y no perderle.
— Espera, tenemos que volver juntos — dijo el más alto mientras lo tomaba del brazo — Elmer me pidió que no te dejara solo de camino a casa — dijo en un tono irritado.
— Está bien, sé el camino de memoria — se zafó del agarre de manera brusca.
— Te acabó de decir que tenemos que volver juntos ¿Que no entiendes? — dijo tomándolo nuevamente del brazo mientras lo tiroteaba para que caminara rápido.
Izzy solo calló, no quería problemas con el, si la única solución era hacerle caso en todo para que no discutieran y llegaran a los golpes como la última vez, pues tendría que cederle. Al llegar a casa el rubio por fin soltó su agarre, haciendo a Izzy suspirar de manera pesada, antes de entrar se le acercó.
— Mira, se que Steven se te acercó hoy, y te invito a su fiesta... si en algún momento pensaste que sería buena idea ir, déjate de tonterías y quédate en casa ¿Bien? No arruines esto — dijo mas serio de lo usual, algo que le causó un poco de gracia al azabache.
Luego de esa pequeña conversación entraron dejando ver a Sonja descansando en el pecho de Elmer mientras que él estaba viendo televisión.
— ¿Que tal tu primer día en la escuela campeón? — preguntó Elmer.
— No puede decir más de dos palabras, seguramente le fue bien — dijo el blondo con ironía.
Hubo un silencio de unos segundos.
— ¿Elmer? Michael irá a una fiesta hoy, ¿Puedo ir con el? — el rubio abrió los ojos como plato.
— ¡Claro que si!
— ¿No hablas en serio verdad? ¡No conoce a nadie de ahí! No quiero que vaya conmigo — dijo Michael.
— No seas así, es un buen momento para que Izzy socialice, ademas, podrán... ya sabes, acercarse más como hermanos — este sonrió.
— Hermanastros — corrigieron al unísono.
[...]
— ¿Cuanto te vas a tardar? — El rubio golpeaba insistentemente la puerta del baño — ¡Sal pronto!
— Listo, vámonos — dijo Izzy mientras salía del baño bien arreglado.
Luego de avisar que ya iban de salida caminaron unas cuantas cuadras, antes de llegar a la casa de Steven se encontraron con los amigos de Michael, aquel colorín afeminado y el moreno de abundantes rizos.
— ¿No nos presentarás a tu hermanito? — pregunto el moreno.
— Nadie quiere conocer a este raro, ustedes no son la excepción — dijo de manera grosera.
— Yo si quiero — habló nuevamente el moreno — Mi nombre es Saúl, para los amigos Slash, claro tú puedes llamarme como quieras — sonrió amable.
— Mi nombre es Jeffrey, puedes llamarme Izzy — dijo en un murmuro.
— Genial, Izzy este es mi amigo Axl, ten cuidado suele ser un pesado — este recibió un golpe en el brazo por parte del pelirrojo.
Minutos después llegaron a casa de Steven habían bastantes personas fuera y dentro de esa casa, vomito en el pasto, latas de cerveza en todos lados, adolescentes casi teniendo sexo en el patio y una ventana rota, lo normal.
Casi al instante Izzy se separó de aquel grupo, sabía que sobraba allí, se adentró en la casa por la cocina y ahí estaba Steven quien lo recibió con un vaso de 90% alcohol y un 10% de jugo de piña, si bien no conocía a nadie el rubio de pequeña estatura nunca lo dejó solo, por primera vez en mucho tiempo Izzy tuvo una conversación que duró más de unos minutos.
Luego de unas horas, habían al rededor de 40 personas en casa, por lo cual decidieron jugar algo para despedir la noche, aquel juego era de lo más inofensivo únicamente dependía de las dos personas que entraran a aquel armario, ¿Te suena conocido el juego?
7 minutos en el paraíso es un juego fácil, se escribe el nombre de las personas que participarán en un papelito por separado, dichos papeles se mezclarán y se sacarán dos, aquellas personas que salieron deberán entrar en un espacio oscuro y cerrado por 7 minutos donde podrán hacer lo que quieran, el chiste es que nadie sabrá qué pasó durante ese tiempo en el armario.
Para sorpresa de todos, Izzy decidió participar en ese jueguito para pubertos calientes, ¿Estaba borracho? Un poco, si, ¿Se arrepentiría después? Tal vez, ¿Tendría resaca para mañana? Si, eso era más que evidente. El juego comenzó todos estaban nerviosos y otros eufóricos, y luego estaba Izzy, quien estaba en un viaje astral por lo cual no prestó mucha atención cuando en los papeles salió su nombre y el de su hermano, ¿Coincidencia?
Cuando por fin puso sus pies en la tierra ya estaba encerrado en un armario pequeñisimo junto con su hermanastro quien lo miraba con cierto desprecio, y enojo en su mirada.