41 ♥︎

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Reclamar mi regalo de nochebuena no fue tan... no fue como esperaba.

Scarlett aún tenía miedo de hacerle daño al bebé, pasamos toda la madrugada hablando de si era correcto o no.

Al final solo caí rendida a su lado, llegaban los momentos del día donde siempre me ganaba algo, el hambre, el sueño o el apetito sexual. 

Pero siempre había algo.

- ¡JODER, HOY ES NAVIDAD! -caí sentada en la cama.

Como de costumbre ella no estaba a mi lado, fui lo más rápido que pude a darme una ducha y cepillar mis dientes. 

Bajé las escaleras para encontrarme con Sparky vestido de duende. 

- ¿Quién te hizo esta travesura? - me arrodillé para acariciarlo mientras movía su colita- ¿Mami te hizo esto? Que mala, ¡pero te ves tan adorable! -empezó a ladrar lamiéndome mi cara.

Me puse de pie y Sparky salió corriendo a toda velocidad a la sala.

Asomé mi cabeza para ver a Scarlett sentada frente al árbol de navidad vestida de santa claus. 

Puse mis manos tapando la boca sonriendo, estaba sumamente sorprendida.

- ¿Y qué es todo esto? -dije sonriendo.

- ¡Navidad! -dijo poniéndose de pie- Sé que no es lo que querías, pero -señaló todos los regalos a su alrededor- espero esto llene una parte de lo que querías. 

- Es más de lo que pedí.

Scarlett corrió hacia mí tomándome en sus brazos girándome por el aire. 

- Te amo tanto, Elizabeth -dijo chocando su frente en la mía.

- Te amo -pegué mis labios a los suyos.

Su lengua pidió permiso para entrar a mi boca, gustosamente la deje entrar. Los besos se seguían profundizando, el miembro de Scarlett chocaba con mi entrada y yo solo quería arrancar, ahora ridículo, traje de santa claus.

- No podemos -se separó abruptamente de mi. 

- Scarlett -me quejé- que al bebé, que ni aún es bebé, no le pasará nada. Dime que no vas a preguntarle antes a la ginecóloga si se puede o no -giré mis ojos. 

- Así es -me dejó en el suelo- Además, hay cosas más importantes que hacer que tener sexo. 

- ¿Qué acabas de decir? -dije sorprendida. 

- Que...-pensó un rato- Nunca pensé que dijera eso en mi vida -rió.

- Rara -negué con la cabeza. 

- Ninfomana -dijo por lo bajo.

- ¿Disculpa? -dije haciéndome la ofendida.

- No dije nada que no es cierto -alzó sus manos.

- Si es cierto, pero es por tu culpa -me senté en el sofá.

Ella se arrodilló frente a mi.

- ¿Algo más por lo que quieras echarme la culpa? -empezó a acariciar mi muslo con la yema de sus dedos.

Pequeños choques eléctricos empezaron a ocurrir en mi cuerpo. 

- No me provoques para luego dejarme toda caliente -alejé su mano. 

- ¡Bien! Lo que la reina desee -se puso de pie riendo.

- Te odio -me quejé.

- Me amas -dijo buscando en los regalos.

- No sé mentir.

- No, no sabes -rió- Aquí tienes -me tendió una caja.

- ¿Qué es? -dije meneando la caja. 

¿Solo es actuación, no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora