Suspiró cansado mientras restregaba el sudor de su frente. ¡¿Por qué demonios pensó que esto de ser diseñador gráfico sería tan fácil?! Maldijo en su mente una última vez antes de que una notificación lo asustara. Tomó su teléfono y encendió la pantalla.
—No sabes cuánto quiero cogerte ahora mismo...— El mensaje lo sorprendió y sacó en él un fuerte sonrojo.
No sabía quién había mandado ese mensaje atrevido, era de un número desconocido.
—Lo siento... creo que te equivocaste de número.— contestó.
—Oh... ¿enserio? discúlpame, me dieron el número equivocado entonces.
—Jaja, no te preocupes.
Dejó su teléfono al lado con una pequeña sonrisa. Era de esas muy raras situaciones que pasaban cada vez que dos más dos es igual a tres, o sea, ¡nunca! siguió en su trabajo pero, ahora tenía esa pequeña espinita...
De verdad quería que alguien lo cogiera.
No quería sonar como un pervertido, pero la verdad es que extrañaba esa sensación de relajación luego de llegar al punto más elevado, y ya tenía mucho tiempo de no experimentarla. Seguía sonrojado por lo sucedido, y por mucho que quisiera hacer algo al respecto no quería hacerlo por sí mismo, quería que alguien se hiciera responsable de esa necesidad.
El tiempo pasó y llegó la hora de acostarse. La verdad es que lo que pensaba hacer era un tanto atrevido, pero le dio igual. La vida es una, ¿no?
—Oye... ¿sí lograste mandarle el mensaje a la persona correcta o puedo hacer que quieras pensar eso de mí?— dudó sobre si enviar el mensaje o no, pero, finalmente, lo hizo.
Se asustó, sorprendido por la pronta respuesta.
—¿Qué? No... no encontré a la persona correcta, además... no nos conocemos... ¿no te asusta eso?
—Las aventuras son divertidas, ¿no crees?
—Sin duda lo creo.— sonrió victorioso —Cuál es tu nombre?
—Félix. ¿Cuál es el tuyo?
—Changbin.
—Lindo nombre ;). Bueno, Changbin, antes de irme a dormir, te propongo que nos conozcamos un poco más.
—Acepto la propuesta, Félix. Que descanses.
—Linda noche.
¿Así, no más? ¿Tan fácil? pensó, sintiendo que ganó la lotería al haber conseguido fácilmente algo casual.
Esa no fue la última conversación. Comenzaron a hablar diario y a conocerse más entre ellos mismos. Descubrieron que ambos son hombres y aunque Changbin presentó un poco de duda al inicio, dijo que no tendría problema alguno con Félix. Pasaron tres semanas antes de que acordaran tener algo en persona.
—¡Buen día, Bin! ¿Te gustaría que fuéramos a un café y luego pasáramos por mi casa?
—Buen día, Félix. Me parece bien, ¿te es cómodo a las 2:30 P.M.?
—Cualquier hora me parece bien si es contigo.
—Eres todo un galán.
Moría de nervios. Moría de muchos, muchos, muchos nervios. Llamó a su amigo Jisung para que lo ayudara a escoger su ropa, y, aunque la llamada fue Jisung gritando ¡Vas a coger, vas a coger! por media hora, logró su objetivo. Vestía una camisa blanca un poco over sized, junto a un pantalón negro y sus típicos Converse.
Se dirigió al café y se encontró con Changbin, quien vestía una camisa negra pegada a su cuerpo, un pantalón de mezclilla y unos botines.
—Mierda que eres guapo— soltó Félix sin pensar y sin quitar la mirada del pecho del más pequeño.
—Oye, mis ojos están arriba.— sonrió Changbin —Tú también eres muy atractivo. ¿Pedimos el café?
—Vamos.
Tomaron el café y charlaron sobre cosas triviales. Les causaba mucha gracia lo extraña que fue la situación para conocerse, pero enfatizaban en que realmente no se arrepentían de lo sucedido. Félix dio el último sorbo de su bebida.
—¿Vamos ya a mi casa?— para Changbin, esto era algo como la bati-señal. Sabía lo que sucedería, y no solo por el hecho de que quería que pasara, sino también la cara lasciva con la que Félix preguntó aquello.
—U-uh... sí, vamos.
Se dirigieron al hogar del más alto. Changbin se sentía cada vez más fuera de lugar al ver como los edificios se veían muy, muy costosos.
El apartamento de Félix lucía muy caro. Era tan grande y tan elegante... lástima que terminaría hecho un desastre.Ni recién entraban y Félix ya había puesto sus garras sobre Changbin. Lo besaba de forma desesperada mientras el menor acariciaba su abdomen y lo despojaba de sus prendas.
—No sabes cuánto esperé por esto, besas muy bien— Félix mordió el labio de Changbin, sacando un gemido de este.
Bajó su camino de besos por el cuello y fue agachándose hasta llegar al cierre del pantalón. Lo bajó y sacó el miembro erecto del contrario y comenzó a jugar con él antes de lamerlo.
Ver a Félix tan juguetón excitó a Changbin, se veían tan sexy ahí abajo. Posó su mano sobre la suave cabellera rubia del, ahora, más bajo.
—No sabes cuánto quiero cogerte ahora mismo.
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Yarns | Changlix
FanfictionVarias historias cortas de distintos universos que tienen de protagonistas a Felix y Changbin. Disfruten!!