Capítulo Catorce

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En el presente:

Jennie's POV

Habían pasado dos semanas desde que había visto a Lisa. No había estado en el gimnasio en los días que fui y yo había sido demasiado insensible para importarme. No la culpo por odiarme. Lo que hice estaba mal y no estaba segura de sí habría sido capaz de perdonarme a mí misma tampoco. Eso no impidió que doliera en el interior, por supuesto. El dolor era crudo y profundo.

Me sentía como si hubiera sido desgarrada y mis entrañas estuviesen colgando para que todo el mundo las viera. Haber llegado tan cerca de la felicidad de nuevo y perderla fue devastador. Estar con Lisa la segunda vez me confirmó lo que ya sabía. Ella tenía mi corazón. Lo tenía en sus manos y lo había aplastado cuando me colgó después de que le dije acerca del mensaje de texto. Sabía lo que había hecho estuvo mal, pero no había esperado que estuviese tan harta de mí.

Una parte de mí se preguntaba si tal vez había mentido esa noche. Tal vez ella realmente no había querido romper con Minnie. Tal vez la había amado. Tal vez yo era sólo un coqueteo. Una pieza fácil de carne. Había sido una chica joven de la universidad y básicamente me ofrecí a mí misma en una bandeja.

Hazme el amor. Toma mi virginidad.

¿Qué iba a decir la mujer no a eso? Me avergoncé de mí misma por haber sido tan fácil y luego dejarla dormir conmigo otra vez. Cerré los ojos mientras estaba sentada en el auto, demasiado nerviosa de entrar en el gimnasio. Hoy era el día del partido final entre Lisa y Channing. Quienquiera ganara representaría al club en los campeonatos. Rosé y yo habíamos hablado de ello y ambas esperábamos que Channing fuese el que representara al club. Hice un poco de investigación y descubrí que hubo dos personas que habían muerto en el evento del año anterior. Jisoo me dijo que algunos de los combatientes creyeron que eran una parte de los Juegos del Hambre e hicieron cualquier cosa para ganar, incluso si eso significa que alguien muera.

Tenía miedo por Lisa y que no quería que ganara. Una parte de mí quería rogarle que se retirase, pero sabía que no me escucharía. Estaba entrando al campeonato para darle dinero a la madre de Minnie. No había manera de que me dejara hablar con ella de eso. Salté de mi coche, lista para entrar en el gimnasio, cuando sentí a alguien tocarme en el hombro. Me di vuelta y mis ojos se abrieron con sorpresa.

—¿Bambam? ¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a ver a mi amiga patear algunos culos —se rió, pero sus ojos se veían preocupados.

—Me gustaría que no le hubieras dicho que hiciera esto —suspiré y sacudí la cabeza.

—Oye, ella va a hacer un millón de dólares.

—Si gana. —Lo miré.

—Bueno, me alegro de verte también, Jennie.

—Es bueno verte. —Le di un abrazo rápido—. Solo estoy preocupada. Personas mueren, tú lo sabes.

—Lisa sabe cómo cuidar de sí misma —Bambam se apartó de mí—. Estará bien.

—Eso espero.

—¿Has nadado desnuda últimamente? —Levantó una ceja, y yo le fruncí el ceño.

—¿Disculpa?

—Nada. Estaba recordando lo mucho que te gustaba ir a nadar desnuda aquellos veranos en Florida.

—No lo creo —mi corazón se aceleró mientras lo miraba fijamente—. El único verano fui a nadar desnuda fue la última vez que fui a la Florida y no estabas allí.

⌗𝐒𝐢𝐧 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora