-¡Entre! Ramírez, ayer estuve en el club Panam's. Bebí mucho y hablé demasiado.
Tenía mucho que contarle a mi buen asistente, también conocido como el Doctor Ramírez. El caso que nos ocupaba no tenía demasiadas pistas, y a veces hay que saltarse el secreto de sumario que impone el juez para conseguir un sumario más grande... Así que tuve que explicarle a mi fiel compañero Ramírez como sucedió:
-Ya sé que no te gustan mis métodos, pero este caso es demasiado extraño: un alumno solitario, por no decir marginado, muerto en un instituto, en el que hay bastantes alumnos problemáticos, pero que hasta la fecha no han cometido ningún crimen. Si no fuese porque ese día todos los alumnos del instituto estaban juntos en una representación teatral en el salón de actos, les habría considerado principales sospechosos.
-Estoy contigo Hernández, pero dime, ¿había necesidad de pasar por el club Panam's?
-Sí. Tenía que pasarme por esa taberna de mala muerte en la que está la base de datos más grande de la ciudad, más grande que el historial de mi navegador web del ordenador. Lo único que no me gusta de ese antro es que siempre acabo tomando una copa de más y diciendo cosas que no debería. Saben que soy una fuente de confianza. Así que siempre me invitan a una copa de Whisky, y yo no la rechazo. Aunque por lo menos saqué algo de información. Como sabrás Ramírez, el instituto de la escena del crimen tiene un aparcamiento para los profesores. Veintidós plazas ocupadas todas las mañanas lectivas, incluidas las del día del crimen. Pero ese día no había veintidós coches, sino veintitres. Uno de más. Nadie se percató de ello, menos un alumno compañero del asesinado. Eso es lo que me han dicho. Haremos una visita a ese chaval ahora.
-Pero comisario, hoy es lunes y son las diez de la mañana. ¿Piensa interrumpir la clase por preguntarle a este chaval? Has caído muy bajo, Hernández...
-Chorradas Ramírez. Este se me presenta un caso peculiar...Ramírez me siguió hasta el instituto. Entramos por la puerta y allí nos encontramos con el conserje. Un tipo amable, que al enseñarle la placa de policía, nos dejó el camino libre, y nos indicó donde estaba la clase del que iba a ser mi primer interrogado en este caso.
Parecía que estaban dando clase de Matemáticas, ya que la pizarra estaba llena de ecuaciones, que nadie estaba corrigiendo en su cuaderno... Aunque la llegada de Ramírez y yo cambió el ambiente. Se oía como la gente decía: "¡por fin algo interesante!" El profesor, extrañado, nos dejó llevarnos al chaval a la sala de guardias. Allí vimos a los alumnos problemáticos, que como no, estaban expulsados de sus clases. Aunque por los menos allí había silencio. Empecé las preguntas:
-Dime, ¿cómo te llamas?-Sergio, y tengo catorce años. Así vamos avanzando...
El chaval parecía espabilado...
-Entonces voy a ser directo: ¿Por qué te fijaste en qué había 23 coches, y no 22?
-Porque me aburría, sinceramente. Antes de la representación teatral teníamos clase. Estaba aburrido y miré por la ventana. La calle estaba desierta, no como el aparcamiento del centro. No cabía ni un alfiler, y me fijé en algo: había un coche nuevo. Un BMW X5, un coche que ninguno de los profesores se puede permitir con su sueldo. Fue un presentimiento, ¿sabe? Yo quiero ser como usted, resolver misterios. Así que decidí contar los coches. Y había 23. ¡23 coches! ¿Raro, verdad? Estaba tan ensimismado, que se me pasó la clase volando. Para cuando me quise dar cuenta, ya estaba en el salón de actos. Y entonces se oyó el disparo. La obra se paró, el griterío del alumnado no dejaba poner calma, y solo pudieron salir el director y dos profesores más a ver lo que pasaba.
-Gracias por tu aportación, muchacho.
-Gracias a ustedes, que me han liberado de esa cárcel repleta de números.
-Vuelve para clase, anda.
-Esta visita nos ha servido de mucho, Ramírez.
-¿Si? Solo hemos descubierto una cosa: que había un coche de más.
-No, hemos encontrado a un compañero del muerto que se fija en los diminutos detalles que pueden resolver este caso. Porque estoy seguro de que apuntó la matrícula, y no nos la ha querido decir.
-¿Por qué no se la has preguntado?
-Porque lo habría negado. Lo que vamos a hacer es seguirlo después de clase, para ver lo que hace. Y mientras, vamos a interrogar a los profesores y al director que se encontraron el cuerpo.
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El Comisario Hernández
Mystery / ThrillerLos pequeños misterios de un comisario madrileño.