relato corto "Pérdida y un poco de engaño"

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Mí mamá me llamo para avisarme que mí abuelo Isaías había muerto por cuestiones naturales que no voy a detallar por acá, lo dijo con un tono triste y entre nudos, yo, por parte no me lo podía creer, no le dije mucho,con esa noticia no tenia ganas de nada así que me fui a mí habitación tratando de disimular mí tristeza. Permanecí hay durante horas llorando sentado en mí cama, pensando en el, me daba bronca, me enojaba y también me ponía triste ¿Por qué la gente muere? Es una pregunta tonta creo yo, porque algo no puede ser eterno, digo, ni siquiera el universo lo es, pero puede durar mucho ¿Porque el tubo que marcharse tan pronto? yo nunca he ido a un funeral, digo, nunca he ido al de alguien que conocía, con la que había hablado, que conocía a fondo, que amaba y admiraba, eso hacia que doliera mas y podia pensar que ese fue uno de los peores días de mi vida.
Hace una semana atras fue el cumpleaños de mí abuelo, lo festejamos con un asado en su casa, la pasamos bomba, en serio, pero no imaginaba que esa vez, ese día y justo ese dia fuese la última vez que lo vería, mí abuelo no presentaba ningún tipo de enfermedad que yo sepa, solo se fue, me daba bronca todo ya que esos dias, esa semana me la pasé sin hacer mucho y de haber sabido que nunca mas lo vería, si viajara en el tiempo, si pudiese habrazarlo con todas las fuerzas, y eso es lo que me enojaba y me ponía triste. Pasaron unas horas y esa misma noche fuimos al funeral de mí abuelo, creo que no hace falta aclarar que el ambiente era sofocante, triste y supongo que yo así lo sentía ya que lo quería mucho, demasiado, algo que tampoco me gusta de los funerales es el olor, creía que era por el fallecido pero resulta que no, ese olor moribundo proviene de muchas y demasiadas flores que poseen ese olor tan peculiar, tan espantoso, otra cosa, verlo así, tieso, muert... En fin, simplemente me rompía el corazón, ya no voy a detallar tanto el porque odio los funerales, de echo y según yo todos deberían odiarlos.

Pasaron unos días, ahora pasaba casi todos los días a todas horas en casa de mí abuela, acompañándola en su dolor y ambos tratando de curarnos, no quiero que el lector que esté leyendo eso crea que soy egoísta ya que mí papá también sufría por la pérdida de su papá pero el tenía a mamá en cambio yo era el único nieto varón de la abuela y sentía que era mí deber acompañarla. Lo que mas disfrutaba de estar en casa de mí abuela eran sus comidas caseras, también, sentarnos a tomar mate en la hermosa terraza de su casa y mirar la ciudad de Santo Tomé, o quizás ir a la costanera, a la abuela desde joven siempre le gustó pintar hermosos cuadros que para mí, un joven de catorce años sin experiencia en lo artístico, le parecía hermoso y sigo considerándolo hermoso, estar con Julieta, mí abuela era una forma de revivir los hermosos momentos que viví con mí abuelo y con mí familia en si. Cuando nos senta vamos en la terraza a tomar mate y charlar, lo más hermoso era ver cómo pintaba con acrílicos sobre un lienzo blanco y lo transformaba en nada que ver, para ser más directo les voy a decir que le daba vida a ese lienzo, en fin, la pasé muy bien, falte a clases como por dos meses hasta que ya no podía seguir faltando, creo que hasta pegaron carteles de "se busca" y todo, volví a la escuela renovado digamos y en cierto modo ya aceptaba un poquito más el que se aya ido y que mí abuela también no esté tan triste por su pérdida, seguí mis estudios con todo ya que había perdido tres o cuatro materias durante mí ausencia y todo estaba saliendo bien, pero entonces algo salió mal.

Yo no soy muy bueno en la pastelería ni nada por el estilo, pero con todo lo que aprendí con mí abuela, incluyendo un poco de cocina, hice una muy buena creación, una tortaza rellena con durazno y frutilla, decorado con chantilly y unas chispitas de colores. Esa torta era para mí abuela, no toque el timbre ya que tenía unas copias de las llaves, así que entre con los mejores ánimos y hasta ahora tengo esa imagen en mí cabeza, era mí abuela y un señor que parecía ser unos diez años menor que ella estaban besándose, nada del otro mundo, esa velada parecía ser muy romántica. La mire a ella, luego a mí, mire al señor y ellos me miraron sin decir una sola palabra, cerré la puerta con un golpe brutal y salí con mí torta echa con tanto amor y ya tire al piso embarrando el pavimento del hermoso patio que tenía mí abuela, era una mezcla de furia, irá, ella todavía tenía que estar de luto, pero... No... Andaba de... ¿Hace cuanto que estaban juntos? ¿Porque estaban juntos? Simple mente no entendía y no quería entenderlo, salí golpeando el portón de la entrada y me fui a mí casa. Después de eso no la quería ni ver, me daba asco y simplemente no quería comprender la situación, pensé seriamente en decirle a toda mí familia pero una vez que se me pasó un poco el efecto de la bronca decidí no decirle a nadie, no ayudaría en nada, solo seguí normalmente con mí vida.
-Rosmery Medina- creado desde el aire

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