Capítulo 1

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Todo era oscuridad, la cual llegó después de varías escenas repletas de movimiento y frenesí, lo único que recordaba era su cuerpo cediendo ante la gran presión que su nueva transformación le había otorgado, si bien fue funcional y efectiva, no estaba contento con las secuelas.

_Ichigo..._

Escuchó una voz hablarle, le era bastante familiar, demasiado.

Ichigo...!_

Volvió a pronunciar su nombre, ahora con más rudeza y cierta molestia.

Estoy aquí! ¡Así que abre los ojos de una jodida vez pezado de animal!_

Así como le gritaron, eso hizo, abrió sus ojos rápidamente, mostrando sorpresa, para después pasar al dolor.

_¿Q-Que diablos...? M-Mi cuerpo...maldición como du-duele..._ Dijo, con notoria dificultada al hablar.

El dolor era insoportable a más no poder, debía darle las gracias al maldito de Aizen Sosuke, sin él esta agonía no estaría presente en todos sus músculos.

Sus ojos cafés inspeccionaron la zona actual, un techo pintoresco fue lo que vio aunque tenía un toque elegante y sagrado, para luego levantar lentamente su mano derecha, abriéndola y cerrandola un par de veces hasta que la bajó.

_(Apenas puedo sentir mi energía espiritual fluyendo, creo que aún no desaparece)_ Pensó aún con su vista en el techo.

De nuevo miró hacía abajo, notando que estaba sin la parte superior de su Shihakusho el cual estaba prácticamente hecho pedazos, solo conservaba la parte inferior de la cintura para abajo como ropa. Su abdomen estaba lleno de vendas al igual que su brazos derecho, le seguía doliendo, pero quien sea que lo cuidó, lo hizo bien.

Se incorporó en la cama en la que estaba, mirando la habitación, una pequeña pero cómoda recámara, ¿En donde estaba metido?

_¡Oh estás despierto, es un alivio!_ Una voz lo sacó de sus pensamientos.

Miró como en la puerta de la habitación una chica ingresaba, era rubia de coletas, ojos azules, vistiendo alguna clase de uniforme de enfermera, aunque, tenía más pinta de ser una iglesia, no estaba seguro.

_¿Como estás? ¿Que tal te sientes? ¿Aun tienes dolor?_ Fueron las preguntas de aquella chica de aspecto angelical.

Kurosaki Ichigo, definitivamente no sabia con quien trataba, en su vida vio a alguien como ella, no la conocía claramente, pero según lo ponía las circunstancias, ella le ayudó, notó como su rostro demostraba preocupación, además de parecer cansada.

_Estoy algo mejor, supongo que te lo debo todo a ti_ Respondió Ichigo con un rostro algo inexpresivo, como solía mostrarse de vez en cuando.

No mentía, ahora se sentía mejor que antes, cuando peleó contra el ex-capitan traidor, y activar el Saigo no Getsuga Tensho, digamos que su cuerpo sufrió algo en ese lapso de tiempo, no fue del todo amigable.

_¿Pero como puedes decir eso al estar en esas condiciones? Debes ser honesto y decirme si te duele algo, ¡Así puedo ayudar!_ Ella exclamó con cierta molestia en su angelical voz.

Ichigo cerró sus ojos para luego suspirar, de verdad, ella parecía una buena persona que estuvo dispuesta a ayudarlo, pero era algo desesperante.

_Ya te dije que estoy bien, ten mi palabra de que no estoy jugando_ Dijo el Shinigami sustituto con cierto hartazgo.

Miró nuevamente el rostro de ella, no se le veía ni un 0,5% de convencimiento.

El Shinigami de TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora