Que hubiera pasado si Sasuke y Itachi tuvieran una hermana mayor (Obito Y Tú)

20

Nozomi

Al despertar ya era de día, al poco rato después de despertar una enfermera me trajo el desayuno, yo agradecí y comencé a comer

Al aburrirme tome una pequeña libreta que se encontraba sobre el pequeño mueble que estaba al lado de la cama y un lápiz que estaba al lado de esta y empecé a dibujar

Rato después escucho como la puerta es abierta, al alzar la mirada de aquella libreta observo a Itachi acompañado de Shisui y con Sasuke en brazos

- Hola onēsan - se acerco quedando al lado mío - quise que vieras a Sasuke - me lo paso y yo lo cargue -

Al tenerlo en mis brazo lo sentí mas pesado que la ultima vez y estaba mas grande, el me vio con los ojos bien abiertos, tomo un mechón de mi cabello, lo jala y ríe, sonrío lagrimeando, lo abrazo contra mi pecho y el se acurruca en el, ya estar calmada limpio las lagrimas que se me salieron, intente quitarme a Sasuke del pecho pero al parecer esta cómodo, y cada vez que intentaba quitarlo el solo se quejaba, los chicos se ríen por sus reacciones y yo me rindo

- Al parecer no va a soltarte onēsan - dijo riendo mi otro hermano -

- suspire cansada de intentar - Es tan terco como papá

- Es tan terco como tu - dijo sin dejar de reír -

- Ja-ja muy gracioso - dije con cara de pocos amigos - como has estado Shisui ? -

- Pues genial, entrenando para volverme tan fuerte como usted Nozomi-san - dijo con una sonrisa -

- Eso es estupendo, pero que te había dicho acerca de los honorificos - el se apeno y miro el suelo con un pequeño sonrojo -

- L-lo siento Nozomi - dijo rascándose la nuca -

- Tranquilo no me molesta - le sonreí con ternura - te quiero agradecer

- Y eso por qué ? - pregunto confundido -

- Por cuidar de mis hermanitos mientras no estaba - dije acariciando la cabeza de Sasuke -

- No tienes que agradecer, para mi es un gusto - me dijo sonriendo -

- Aun así, gracias Shisui - le dije sin dejar mi sonrisa -

Él solo asintió, nos quedamos hablando de cosas triviales, academia, entrenamientos, comida, etc. Ellos se quedaron hasta medio día después se fueron, poco rato después de que se fueran me trajeron la comida y la enfermera me dijo que en unos momentos una doctora vendría a revisarme y a cambiarme las vendas y yo solo asentí

Un pequeño lapso de tiempo después de que la enfermera me trajera mi comida la puerta se abre dejando ver a uno de los tres legendarios sannin, la reina de las babosas, Tsunade Senju

- Te vez mejor Nozomi - me dijo con una sonrisa -

- Gracias a usted Tsunade-sama, usted me revisara ?

- asintió sin dejar su sonrisa - Ahora por favor quitate la bata

Le hice caso y ella retiro las vendas, al ya tener descubierto el pecho ella dijo que mi herida ya había sanado

- Ya puedes irte, solo no hagas demasiado esfuerzo, todavía no puedes hacer misiones, se lo informare al Hokage, tu ropa esta en ese cajón - apunto a un cajón al lado de la camilla - tu puedes irte tranquila, yo llenare tu expediente

- Muchas gracias, por todo Tsunade-sama - hice una inclinación de cabeza -

- No tienes por que agradecer, solo hice mi trabajo - me sonrío - te dejo para que te vistas - salió de la habitación cerrando la puerta -

Yo camine al cajón y saque mi ropa, camine al baño y adentro me mire en el espejo de cuerpo completo, tenia una cicatriz en mi abdomen de cuando evite que Rin muriera, otra en el hombro derecho de cuando estaba en una misión de raíz, y otra en mi pecho de cuando ese idiota me controlo, dejando de pensar en eso me cambie y salí del baño. Al salir de la habitación camine a la salida, pero en ese pequeño transcurso de tiempo personas me agradecían, yo ya sabía el por que pero se sentía extraño, al salir del hospital tarde unos segundos en acostumbrarme a la luz del sol

Al acostumbrarme camine al distrito Uchiha, igual que en el hospital personas me agradecían, y yo solo asentía con una sonrisa, al llegar camine a mi casa, al llegar entre quitándome los zapatos, no escuchaba nada así que supuse que la casa estaba sola, subí a mi habitación y al entrar todo estaba tal y como lo deje, suspire con nostalgia, mi mente me dice que justo hace unos días estaba en mi habitación, pero mi cuerpo me dice que no e estado hay desde hace mucho, me senté en mi cama pensando en las cosas que habían pasado

Aun no lograba procesar todo, un poco frustrada salgo de mi casa en dirección a la torre Hokage, en el camino fue igual que el anterior, personas agradeciendo, al llegar tan rápido como pude llegue a la oficina del Hokage, toque la puerta y recibí pase, al entrar cerré la puerta tras de mi

- Nozomi, que gusto que ya estes mejor - dijo dejando de lado los papeles - que necesitas ?

- Antes que nada - coloqué un sello de silencio - ese día le dije que le explicaría del como es que había sobrevivido - el se puso serio y presto completa atención - recuerda el jutsu del que le había contado - el asintió - fue gracias a el

- Pero no logro entenderlo, invocaste al Shinigami (Dios de la Muerte), como es que un jutsu puede burlar a la muerte misma - dijo sin dejar su seriedad -

- Se lo explicare con detalle - me senté en una pequeña silla que había en la oficina - todo comenzo ...

•

•

•

•

•

•

Salto de Tiempo

•

•

•

•

•

•

- Ahora entiendo todo - dijo suspirando con cansancio -

- Ahora también entiende el por que estaba haciendo esas preguntas hace unos días, y el por que necesito los pergaminos -

- suspiro - Como ya te había dicho antes puedes tomarlos - saco un pergamino y escribió algo - unos ambus custodian la entrada, dales esto y te dejaran entrar sin problema - me extendió el pergamino, lo tome y lo guarde, ya iba de salida un tanto apresurada - Nozomi - me detuve con la mano en la perilla - prometeme que jamas, bajo ninguna circunstancia, volverás a utilizarlo

Me quede callada por unos segundos procesando esas palabras

- Nozomi ..

- Lo prometo - lo vi por encima de mi hombro con una sonrisa - no tengo pensado irme tan pronto

Salí de la torre Hokage para ir donde se encontraban los pergaminos prohibidos. Dentro de la montaña Hokage, tras pasar por todos los pasadizos secretos llegue a una puerta, al dar un paso mas dos ambu ya tenían sus katanas en mi cuello, pero ni me inmute

- Son una enviada del Hokage - dije sacando el pergamino de entre mis ropas -

Uno de ellos tomo el pergamino y el otro ni se movió, al terminar de leerlo ambos guardaron sus katanas y uno abrió la puerta, al entrar se cerro. Todo estaba oscuro así que expulse un poco de chakra de fuego de mi mano para lograr ver, estaba buscando el interruptor para encender las luces, al verlo lo encendí y las luces se encendieron

Al estar todo iluminado pude ver mejor las enormes estanterías llenas de pergaminos y libros viejos, suspire de solo imaginar lo cansado y tardado que seria esto. Sin perder el tiempo puse manos a la obra e hice cinco clones de sombra para que reducieran un poco el trabajo