—Febrero uno, dos mil veintitrés. — Sunoo miró directamente a la cámara, su característica sonrisa no aparecía en sus labios. —Hay otro chico.
Los ojos de Sunoo cayeron hacia el teclado de su ordenador. Sus labios se apretaban en una línea recta y en el intento de hablar, sus dientes se hundían en su tierna carne y su lengua los humedecía.
—Su nombre es Park Sunghoon, casualmente también comparto la clase de economía los jueves y viernes con él y la de producción musical los martes con él y con Heeseung... — Desde su posición sentada en el piso de alfombra de su habitación frente a su cama, Sunoo llevó sus piernas hacia él hasta que sus muslos chocaron con su pecho y su mentón se recostó en sus rodillas. La luz que emanaban las lámparas a los lados de su cama apenas era suficiente para hacer visible su figura entre la oscuridad. —Este video debería ser acerca de lo bien que la pasé con Heeseung y del asombroso avance que hicimos para acercarnos el uno al otro, pero con la aparición de Sunghoon parece que la felicidad de ese día se desechó.
Una risa amarga brotó de los labios de Sunoo, reajustando la posición de su cabeza para ahora ser su mejilla la que estaba abultándose debido a la presión que ejercía el hueso de su rodilla sobre esta. Sus ojos contemplaban algo que la cámara no podía captar.
—Después de saber quién era, me tomé la libertad de obsérvalo en las clases de economía y.... no sé qué decir acerca de él. Negar su belleza sería incorrecto para mí, así que eso es lo primero que puedo decir. Sunghoon es hermoso, en el sentido de ser surreal, ni siquiera la palabra lindo, bonito o atractivo alcanzan para describirlo. Pero además de eso no creo que haya otra razón por la que crea que Heeseung esté interesado en él. Su risa es horrible, es demasiado ruidosa y parece de un hombre en el inicio de sus cuarenta, sus bromas no tienen ninguna gracia y parece que se pierde en el espacio cada cinco minutos. Quizás estoy diciendo demasiado, pero creo que encaja perfectamente en el estereotipo de chico bonito con la cabeza hueca.
Sunoo volvió a reír, negando suavemente con su cabeza.
—¿Pero sabes qué es lo peor? Que esas bromas horribles hacen a Heeseung doblarse de la risa, su risa estruendosa contagia a Heeseung y también parece ser el único que admira a Sunghoon mientras él se pierde en sus pensamientos. Heeseung lo mira como si hubiera malditas estrellas en sus ojos... — Sunoo abrazó sus piernas con sus extremidades superiores. —No entiendo qué es lo que llama su atención. Sunghoon es muy alto para él, también es demasiado delgado, ¿no se supone que a los hombres les gustan los muslos gruesos y la carne que puedan apretar?
Su posición de ovillo de deshizo solo para sus manos acariciaran sus muslos envueltos por un pantalón de chándal. Sus ojos aún se miraban tristes y un pequeño puchero crecía en sus gruesos labios.
—Creo que esto es a lo que se refería Jaeyun cuando me dijo que debía investigar antes... — Sunoo suspiró ruidosamente antes de que una de sus manos se extendiera hacia su teléfono que yacía en el piso junto a él. —Son seis treinta por la mañana, mamá se fue al trabajo hace media hora así que no debo preocuparme por hablar demasiado alto, la escuela no empieza hasta las ocho...
—Quiero... Quiero demostrarle a Heeseung que Sunghoon no es para él. Soy igual de hermoso que él y puedo ofrecerle cosas mucho mejores, de eso estoy seguro. Así que trataré de idear un plan para que Heeseung empiece a considerarme una opción.
Sunoo gateó hasta donde estaba su computador y antes de apagar el video, pronunció:
—Bien, hasta entonces.
.
—¡Heeseung, basta! — Sunghoon se removía en el piso de un lado a otro mientras intentaba liberarse de las manos de su novio que atacaban sus costados, causándole cosquillas y que su risa fuese audible por todo el vecindario. —¡Amor!
Heeseung finalmente dejó de hacerle cosquillas al menor, bajando gradualmente de volumen su risa que había sido provocada por la reacción del pelinegro. Sunghoon pudo respirar después de todo su juego, su pecho elevándose y bajando al mismo tiempo que sus dedos se pasaban por sus ojos para limpiar las lágrimas que se habían generado.
—Eso no fue justo. — Sunghoon hizo un puchero. El peligris de derritió con la imagen del de piel pálida; sus cabellos estaban dispersos por toda la alfombra de color aperlado, sus ojos estaban húmedos y sus mejillas estaban rojas por el esfuerzo que había hecho. Su novio era hermoso de cualquier manera, incluso con aquellas pequeñas arrugas se habían formado debajo de sus pómulos por la gran sonrisa que mantuvo mientras sus carcajadas salían de su boca.
—¡Claro que lo fue! — Heeseung se excusó rápidamente, dejando caer su cuerpo al lado del menor, el espacio entre ellos era casi nulo. El mayor giró su cabeza para encarar a Sunghoon, quien realizó la misma acción. —Sabes lo mucho que amo verte sonreír y escuchar tu risa.
—¡Pero hay otras maneras! — Sunghoon frunció su entrecejo, sus labios comenzaban a abultarse nuevamente cuando murmuró con voz quejumbrosa. —No sé... pudiste haberme contado algún chiste y también me hubieras visto reír y sonreír, ¿no crees?
—No es lo mismo — el mayor rechistó con gracia, posteriormente sujetó uno de los brazos del menor y tiró de él para poner a Sunghoon contra su pecho a pesar de que el contrario soltaba pequeños quejidos e intentaba apartarse. Después de unos segundos de lucha, Sunghoon se dio por vencido y recostó su cabeza en los amplios pectorales del mayor.
Se quedaron en silencio por varios minutos, Heeseung simplemente contemplando el cielorraso de su habitación decorado con estrellas fluorescentes mientras que fingía no sentir la mirada adoradora de Sunghoon en él.
—Somos afortunados.
Heeseung frunció su ceño con las palabras inesperadas de Sunghoon y miró hacia abajo para conectar sus ojos con los negros del menor que estaba ligeramente cristalizados.
—¿Qué quieres decir, Hoon? — El peligris preguntó ligeramente preocupado de ver el paño húmedo en los orbes del menor.
—Nos amamos, nuestros padres nos aceptan a tal grado en que pasamos demasiado tiempo en la casa del otro sin que tengamos miedo de ser descubiertos. — Sunghoon estiró una mano para colocarla sobre la mejilla acaramelada de Heeseung. Una sonrisa grande colocaba en sus labios, dejando ver sus lindos colmillos. —Sé que debería ser normal, pero creo que es un privilegio.
Heeseung contempló las palabras del menor un segundo simplemente para darse cuenta que tenía razón. Cuando llevó a Sunghoon a su casa para presentarlo ante ellos como su novio y así oficialmente revelar a sus padres su sexualidad no tenía idea de que ellos reaccionarían así, Heeseung estaba tan asustado de que lo echaran de su casa que se sorprendió cuando su cuerpo estuvo rodeado por lo brazos de su padre mientras que dulces palabras de su madre llenaban sus oidos. Ellos aceptaron a Sunghoon demasiado rápido y lo mismo hicieron los padres de Sunghoon con él. No tenían que preocuparse por buscar un lugar donde vivir ni por encontrar trabajos estables, tampoco debían preocuparse por recibir burlas de sus compañeros de clase porque les resultaba adorable su relación. Y sobre todo, el amor que había entre ellos era tan inmenso que Heeseung estaba asustado de que nunca pudiera dejar de amar a Sunghoon.
—Lo somos, mi amor. — Heeseung colocó una mano sobre de la Sunghoon en su mejilla. Amaba lo profundo que los pensamientos de su novio llegaban para hacerlo sacar ese tipo de conclusiones. —Yo soy muy afortunado de tener una belleza como tú entre mis brazos. Eres el amor de mi vida, Hoon...
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𖥔 ִ ۫ ˑ you might love him ! heehoon ִˑ
Randomh̶e̶e̶h̶o̶o̶n̶ | Sunghoon era el perfecto estereotipo de que las personas lindas eran tontas. Sus bromas eran aburridas, su risa era extraña y su personalidad lo era aún más. Sunoo, en cambio, se consideraba una persona linda, aunque totalmente dif...