Todo avanzó como la seda desde que Amelia y Lucía decidieron comenzar a vivir juntas y a funcionar como una pareja estable y normal; sin más secretos, apoyándose la una en la otra, haciendo pequeñas escapadas a lugares lejanos para evadirse del día a día y, sobre todo, eligiendo amarse ante lo bueno y lo no tan bueno. Sin esperarlo, antes de que pudieran percatarse de ello, las vacaciones de Navidad estaban a la vuelta de la esquina.
Amelia tenía tantos días libres acumulados que casi la obligaron a tomarse una semana libre; Lucía, por su parte, tomó una decisión conciliadora en la que tanto sus empleados como ella misma serían productivos y estarían cerca de la familia en esos momentos tan especiales. Redactó un email para enviarlo a todos los miembros de la empresa en el que decía que, debido a las festividades, la necesidad afectiva y la buena praxis y rendimiento del último mes, la oficina permanecería cerrada hasta Año Nuevo. Todos los empleados tenían equipos para el teletrabajo proporcionados por la empresa en caso de una nueva pandemia o situación delicada, tenían su propio ecosistema de redes, aplicaciones y programas con los que mantenerse en contacto y realizar reuniones; merecían un descanso.
Así mismo, también les avisó de que escribieran al personal de RRHH para gestionar sus días libres y poder descansar realmente si lo veían necesario para que la empresa no bajase su productividad. A los empleados de recepción y de restauración, les dio vacaciones hasta que la sede volviese a estar en activo. Sabía que era un movimiento arriesgado, pero tampoco quería hacer las cosas de la manera tradicional si había posibilidad de conciliar vida profesional y personal más allá de los fines de semana y festivos.
—Amelia, ven un momento —La llamó Lucía, quien estaba recostada en una de las butacas de cuero frente a la chimenea de piedra, con su MacBook en el regazo.
—Aquí me tienes, ¿pasa algo? —dijo una vez que se encontraba junto a ella. Observó ligeramente la pantalla del portátil de su novia y una sonrisa se dibujó inmediatamente en sus labios, masajeando suavemente los hombros de su contraria en un gesto cariño.
—¿Te parece un buen plan para pasar las Navidades? Podríamos planear encontrarnos con nuestros amigos del instituto y pasar tiempo con nuestras familias y antiguas compañeras de equipo —propuso la morena, cerrando sus ojos para relajarse por sus caricias, apoyando su cabeza sobre una de sus manos de forma cariñosa.
—Me parece un gran plan, las Navidades aquí se iban a sentir algo vacías...
—También le compraré un billete de vuelo a mi madre, creo que ha llegado el momento de hacer las cosas en condiciones —murmuró, apartando el ordenador y dejándolo sobre la mesa de café, dando suaves golpecitos en sus piernas para indicarle a su novia que se colocase sobre ellas.
La doctora obedeció gustosamente, sonriente y feliz, colocándose a horcajadas sobre las piernas de la nueva directora ejecutiva, quedando frente a frente. Se acercó lentamente a sus labios, solo para rozarlos y volver a alejarse, amaba jugar con sus emociones y ponerla nerviosa. Ver a Lucía avergonzada era una de sus mayores pasiones, especialmente por todo el cambio que daba. Esa seguridad y ego se veían reducidos a tartamudeos e imposibilidad de mirarla a los ojos.
—Eres mala... —protestó la susodicha, acercándose a sus labios como quien intenta reclamar un premio que merece.
—Y toda tuya, amor mío... No lo olvides —susurró contra sus labios, recorriéndolos con su lengua húmeda y caliente como provocación. Lucía enrojeció y tembló, pero amaba demasiado verse reflejada en los orbes ambarinos de la Blight como para apartar la mirada.
—Como si pudiera hacerlo... —respondió escueta, apretando la cintura de la doctora y deslizando sus manos heladas bajo su ropa. Amelia era cálida, pero ella nunca tenía la piel cálida si se encontraba tranquila. Era un espectáculo provocarla a su manera y verla retorcerse deliciosamente por el contraste de sus pieles, ahora no podría escapar de sus besos.
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Esclavas del destino (Lumelia)
FanficSecuela de Amor Adolescente, diez años después del final de este. Tras una época de inestabilidad y conflictos armados en Oriente Medio, una serie de seísmos y desastres naturales azotan parte de la Tierra. Luz, que ya no es un soldado raso y Amity...