🩸Capítulo 1🩸

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Duncan: Familia de cazadores.

Elena Duncan Jones:

Miro el campo de flores a través de la ventana de mi habitación. La brisa nocturna sopla y mueve las flores cerradas. La paz toma todo el prado y solo el susurro del viento se escucha.

Ese es el ambiente fuera de mi hogar.  

—Es hora. —anuncia mi padre.

Joseph Duncan: Alto, de cabello negro y ojos azules. Edad: 37 años. Profesión: cazador de vampiros desde los 18.

Me volteo a verlo. Lleva puesto unos pantalones negros y una camiseta azul oscuro, yace recostado al marco de la puerta. Me mira serio, le sostengo la mirada por unos segundos y la aparto para volverme hacia mi escritorio y tomar el puñal que está encima.

—Hagámoslo.

Él me da la espalda y comienza a caminar por el pasillo de nuestra casa. La mansión Duncan es una de las más grandes de la cuidad. Está apartada, situada en el campo y es una hora de camino para llegar a la cuidad. Bajamos las escaleras hasta el primer piso y atravesamos el salón principal para llegar a la biblioteca. Papá se detiene por un momento y mira a la izquierda el estante de 4 pisos lleno de libros. Se acerca y agarra uno con el símbolo de una espada en el lomo, lo jala y las paredes al fondo se estremecen y comienzan a abrirse. Un pasadizo oscuro se revela entre los ladrillos. Si, es como en las películas. Genial, ¿verdad?

Nos adentramos en la oscuridad y bajamos las escaleras. Las estrechas paredes parecieran que nos tragarían en cualquier momento. Una luz tenue comienza a mostrarse a medida que bajamos. Piso el último escalón y me quedo estática observando la imagen que me brinda el sótano de nuestra casa.

Los estantes de armas cubren casi todas las paredes, cadenas colgadas del techo, una ventanilla en la parte superior de la pared deja entrar la luz de la luna, y finalmente, una silla. Frente a mi yace la silla ensangrentada y en ella, sentado y atado de piernas y brazos, está el vampiro.

Miro a los alrededores las pinturas de los antepasados de papá adornando las paredes. La cantidad de reconocimientos y cartas de agradecimiento por su labor de caza. Eso me hace recodar el significado de mi apellido.

Duncan: Familia de cazadores.

Ojeo al chico. El cabello oscuro le tapa el rostro, su traje negro enteriso está manchado por la sangre y tiene varios cortes en la tela. Sus manos están amarradas en los reposabrazos y sus pies a las patas de la silla, yace inconsciente.

Lo han torturado.

Que bueno que llegaste, cariño.—escucho la vos de mi madre y la veo emerger de la oscuridad detrás del vampiro.

Emilia Jones: Hermosa, de cabello rubio y ojos azules, 36 años. Profesión: cazadora desde que tiene 10 años.

Lleva puesto un vestido plateado muy elegante, el escote de V le da una buena vista a sus pechos, calza tacones negros igual de finos. Puedo ver entre la oscuridad la tela manchada de sangre del vampiro.

—¿Qué hizo?—pregunté. Para poder cazar vampiros, debía haber alguna razón para hacerlo.

—Asesinó a tres civiles de la cuidad en la madrugada.—habló mi padre frente a mí y se acercó a mi madre para darle un beso en la boca, pero no un beso normal, sino uno de esos que te hacen mirar a otro lado por lo pervertido que se ve.

—¿Lo mataste?—murmuró mi padre, mirando al chico.

—No, está inconsciente. Fue bastante débil, ¿sabes? Solo le corté un par de veces y se desmayó.—finalizó burlona.

Lazos Prohibidos [DETENIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora