1.Dyane Justine

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<<...Mamá, madre... no me dejes ... >>

Desperté con lágrimas en mis mejillas ... el mismo sueño, si fue terrible perder a mi madre, es un más difícil no saber la causa, y que mi mente intente darle respuesta.

Hace 2 meses que encontraron el cuerpo de mi madre inerte, me he repetido todos los días, que es simplemente un juego mental. 

Una noche, como de costumbre fue a su trabajo en el hospital y en la mañana no había llegado a casa, al día siguiente, las noticias se extendieron, mi madre había sido encontrada en un callejón sin vida. Ser madre soltera para ella no era fácil, pero tampoco se hubiera suicidado,  mi padre nos abandono cuando cumplí 2 años, ese bastardo dejo a mi madre con deudas y con el vació que le provoco en el alma, solo conservo una foto de él, que no he roto porque a su diestra veo una sonrisa encantadora, la de mi madre.

Camino a casa de la tía Rosse, que por cierto es hermana de mi madre, mis pensamientos me llevan a trastabillar y a caer, al sentir la firmeza del suelo, me encuentro con un hilo de sangre en mi rodilla, al limpiarla puedo ver que no había rastro de ninguna herida, mi madre decía que en la familia teníamos una coagulación impresionante.

Seguí mi camino ansiando no llegar a esa casa, Malcom, John y Lauro, hijos de la tía Rosse simplemente les desagrado, siempre recordando que no pertenezco ahí.

Mañana me mudaré con ese ser despreciable, al que la vida me ha dado como padre, será mejor que me aliste, que estoy segura que todos ansían que me retire lo mas pronto posible.

-Justine, cariño debes bajar a cenar, no queremos que tu padre te vea en los huesos.-Grito tía Rosse.

- Solo estaba terminando mi maleta.-Le contesto.

En la cena...

-Falta un día para librarnos de ti princesita -Dijo John en tono de burla.

Le mostré una hipócrita sonrisa, claro que también quería irme, pero por otro lado quien sabe como me iría.

-No peleen es su ultima cena, disfruten.-Dijo celebrando tía Rosse.

La hipocresía de la tía Rosse, es cansada, no tiene que fingir mas. 

El resto de la cena fueron comentarios del fantástico verano que John y Lauro habían pasado.

Termine mi comida, la cena había acabado, subí las escaleras y camine el pasillo hasta llegar a la última habitación, casi vacía, solo mi cama y mi maleta, me senté en la maleta y medité.

<<Mañana es el gran día Dyane>> Pensé con sarcasmo.


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Universo Nocturno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora