Chingada madre [Totilly]

Chingada madre. Único.

Todos son humanos.

Actividad sexual referenciada.

Ocurre después de los acontecimientos de UGCH.

Fluff doméstico nyaaa

Toto despertó sobresaltado y con la espalda adolorida. Demasiada luz traspasaba la cortina de la habitación. El Gallo Vengador rápidamente agarró el reloj, pasaban de las nueve de la mañana.

—¡Mierda, ya es bien tarde! —gritó con la angustia palpitando en su pecho—. ¡El Padrino me va a matar! —tenía una reunión importante en la mañana y se le estaba haciendo recontra tarde—. ¡Willy, Willy! —Toto miró hacia su pecoso novio, que seguía durmiendo, así que empezó a agitarlo intentando despertarlo—. ¡Willy, despierta, voy tarde!.

El enfermero simplemente soltó un quejido mientras se volteaba en la cama, tenía unas marcas rojas en el cuello. Toto se sonrojó, tanto de la vergüenza y del coraje contra si mismo.

—¡Willy! —repitió. —¡Chingada madre! —gritó harto, levantándose de la cama, yendo hasta su ropero y empezando a buscar su ropa habitual junto con su uniforme de boxeador. —¡Voy tarde al palenque! Cuando te despabiles hazme el desayuno para comer allá, porfis.

Willy no le respondió, al menos no con palabras, solo volvió a gemir.

El "Gallo Vengador" entró con prisas al baño; el agua fría le pega en la espalda y grita de forma aguda, pero no puede detenerse, empieza a tallarse el cuerpo con el estropajo lo más rápido posible enjabonando su piel. Los rasguños en la espalda le arden, así que se maldice a si mismo: "¡si no hubiera insistido tanto anoche!" se jala a si mismo el cabello, gruñendo entre dientes.

Anoche fue Domingo, día para descansar antes de volver a la rutina de trabajo, y digamos que el y su novio se pusieron muy cachondos tan pronto dieron las diez, ¡¿y quién era Toto para negar sus instintos?!.

Bueno, novios ni tanto, más bien... prometidos.

Toto ya no era el niño de 13 años al que lo habían arrancado de su madre para llevarlo a un campo de concentración, no, ahora era el salvador de su granja, aquel que había derrotado a la mafia misma y salvado de la bancarrota a la amable Doña Pancracia, anciana que les había dado lugar a el y a sus amigos en aquel lindo ranchito.