07.- Labios.

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Había besado a Sunoo.

Eso era todo en lo que podía pensar, y todo en lo que había estado pensando desde la noche anterior, cuando había salido de aquel maldito departamento donde siempre se encontraban, con sólo una cosa en mente. Aquella noche le había dado a Sunoo algo que habían prometido que nunca podrían ofrecerse.

Un beso.

Un jodido y caliente beso; salvaje y primitivo. Tan terriblemente bueno y doloroso, que no parecía haber sido dado por él, un chico callado y tranquilo como el agua estancada.

¿Lo peor de todo? Que se había quedado con ganas de más.

Incluso ahora, estando en frente de sus amigos, no lograba quitarle los ojos a Sunoo. A sus labios en específico. Ahora los miraba más de lo que lo hacía antes, porque ahora sabía lo bien que se sentía morderlos a su antojo,  y succionarlos, y besarlos agresivamente.

Aquellos malditos labios lucían jodidamente apetitosos aquella tarde. Ese rojo tan brillante definitivamente no era natural. Alguna mierda se habría echado Sunoo en los labios para tenerlos de esa seductora tonalidad carmesí ¿Era para provocarlo? Porque si ese era el caso, enserio lo hacía. Cuanto quisiera el cogerlo por las caderas, aún enfrente de todos sus amigos, y morder severamente aquel maldito labio inferior que lo traía tan loco desde que había visto a Sunoo aquella tarde.

Pero justo en aquel momento estaba un poco fuera de lugar andar pensando guarradas. Estaban en casa de Sunoo, en su habitación, para ser exacto estaban Jay, Jake, él y obviamente Sunoo. Se habían reunido en su casa ya que era una gran mansión, grande y cómoda, perfecta para que todos se reunieran en ella sin llegar a pensar que eran multitud. Tendrían un examen de matemáticas la próxima semana y habían decidido reunirse par repasar juntos.

Sin embargo, él no le había prestado ni la menos atención a lo que hablaban sus amigos. Sunoo. Tenia todos sus sentidos ocupados en él. En Sunno y sus malditos labios jodidamente rojos. Eso era lo que había estado mirando y en lo que había estado pensando durante todo el transcurso de la tarde.

Ya podía considerarse reprobado.

—Heeseung ¿tú cuál crees que sea el resultado correcto?—le preguntó Jay mostrando dos hojas blancas llenas de ecuaciones y fórmulas—¿El de Sunoo o el mío?

Heeseung se sobresalto al escuchar la pregunta. No había estado prestando atención en absoluto. Sin embargo, debía responder algo, para que sus amigos no se dieran cuenta de su falta de interés.

—Ah... Creo que... El de Sunoo. Si, eso, el de Sunoo es el más correcto.—dijo algo inseguro. No tenia la más mínima idea sobre el ejercicio que habían estado haciendo, pero era muy difícil que Jay hubiera hecho algo bien, así que optó por el resultado de Sunoo.

—¿Tu crees?—preguntó Jay, algo inconforme —Mmm... Bueno, si Heeseung lo dice entonces esta bien. Él es el cerebrito de nuestro grupo.

—¿¡Lo ves!?—le gritó Sunoo victorioso—¡Era imposible que el resultado fuera 242671,533! De hecho, no se porque me empeño en discutir contigo sobre matemáticas.

Sunoo se dejó caer en su silla con una sonrisa victoriosa, y Heeseung se quedó observando la hermosa manera en la que los labios ele menor de fruncían hacia arriba, dejando ver una hermosa hilera de dientes perfectamente blanqueados hasta formar una sonrisa.

En serio quería besar esos labios.

—Oigan, creo que con estos ejercicios será suficiente—intervino Jake, mientras miraba la hora en su móvil—Son las 6:30 de la tarde. Mañana viernes podemos volver a reunirnos y estudiamos un poco más —luego se dirigió a Heeseung con una mirada de preocupación—Heeseung, estuviste muy callado hoy. Ni siquiera hiciste los ejercicios. Tu hoja esta en blanco ¿Estás bien para el examen?

MORE THAN SEX | HEESUN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora