Capítulo 9

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  Las manos de él acariciando su cintura, las de ella rodeando su cuello y jugando con uno que otro de sus rizos, los labios de ambos perfectamente encajando, como si hubieran sido hechos a la medida del otro, hasta que lograron calmar sus corazones y, como si ninguno de los dos lo quisiera separaron sus bocas, pero solo para juntar sus frentes y cerrar los ojos, respirando con total calma, como si nada pudiera arruinar ese momento.

—Si estoy bien, en este preciso momento estoy más que bien.—Soltó el rizado con una pequeña risa mientras subía sus manos para acariciar las mejillas de la chica.

  Pero algo rompió esa paz que tenían antes que ella lograra contestar.

  Unas sirenas de patrulla policial se escucharon no tan lejos, y ambos tenían una idea de a donde se dirigían y el mismo pensamiento.

Aquí no estamos seguros.

  Y como si su instinto de supervivencia se hubiera activado al instante, Avery comenzó a mirar a lo alto de los arboles y en todas direcciones hasta encontrar el punto perfecto, un par de ramas lo bastante gruesas y firmes para aguantarlos, no estaban demasiado lejos la una de la otra, y estaban perfectamente escondidas entre las abundantes hojas de los árboles.

—¿Si aprendiste a escalar un árbol?—Pronunció mirando con una sonrisa burlona al más alto, haciendo referencia a lo torpe que era en su niñez para esas cosas.

  Sin obtener más respuesta que una sonrisa, se colgó en los hombros la mochila empapada que había dejado en el suelo hace un rato y comenzó a buscar la manera de apoyar los pies en el tronco para no caer, siendo seguida por Eddie cuando logró subir un poco.

[...]

  Avery se había sentado en la rama que estaba un poco más alta, con el hombro derecho pegado al árbol, esperando con una sonrisa a que Eddie terminara de acomodarse en la rama que estaba solo un par de centímetros más abajo, mirando con horror los pocos metros que los separaban del piso.

—¿Estas bien?—Preguntó aguantando las risa al verle la expresión que traía en la cara—¿Quieres que que sostenga tu mano para evitar que caigas?

  Eddie la miró con los ojos entrecerrados y, sin decir nada, extendió la mano para acariciar la de la chica que se mantenía extendida en su dirección.

  Ella solo sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas, y así se quedaron un rato en un cómodo silencio.

  O al menos lo fue hasta que ambos cayeron en cuenta de lo que había pasado hace unos momentos.

¿Se habían besado?

  No se miraban, solo apretaban con algo de nerviosismo la mano del otro de vez en cuando, ambos con la misma pregunta en mente.

¿Y ahora qué?

  La pelinegra nunca pensó que algo así iba a llegar a suceder, y menos en una situación como la suya.

  Por su lado, Eddie no creía que se había atrevido a besarla de vuelta, y definitivamente quería volver a hacerlo, o simplemente hablar sobre ello, pero temía arruinar aquel pequeño recuerdo con sus palabras y volverlo algo mucho más incómodo de lo que estaba siendo.

  Hasta que se le ocurrió una idea. Si no podía hablar de aquel momento en específico, por lo menos podría intentar que se relajara haciéndole recordar algo del pasado, cuando solían ser como uña y carne.

  Y sobre todo quería que se relajara porque parecía que en cualquier momento dejaría de sentir la mano por el fuerte agarre de la chica.

—¿Cuando fue tu primer beso?—Preguntó sin más.

If only you knew 『Eddie Munson』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora