Capitulo uno. La calle

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—Mamá: ¿todavía no se ha decidido dónde pasaremos las vacaciones este verano? —dijo Julián.

—¿Iremos a Menorca, como siempre? —Temo que no podrá ser —dijo su madre—. Este año está aquello lleno de veraneantes, y seguramente no habrá sitio para vosotros.

—Mejor este año nos quedamos en la ciudad - dijo su madre—

—Pero mamá, yo quiero ir de vacaciones a otro sitio —dijo Julián enfadado—

—No es que no quiera, pero este año hemos decidido ahorrar, ya verás que lo disfrutaremos— dijo su madre intentando convencerle— 

—Vale mamá, pero más te vale que disfrutemos aquí —dijo Julián—

Luego, Julián se fue a su cuarto a leer sus preciados libros. Su cuarto es uno pequeño, no esperen uno grande de las películas Disney, él vive en un piso normal, su cuarto está decorado de posters de cantantes y series, le encantan.

Media hora después, tuvo una idea sacada del libro. Se fue al cuarto de su mamá y le dijo:

—Mamá, ¿y si acampamos en casa mismo? —dijo Julián—

—¿Ahh? No te estoy entendiendo aquí, ¿te puedes explicar mejor? —pregunto su madre—

—A ver, traemos todo tipo de comida a casa, no salimos de casa y hacemos todo tipo de actividades en casa, o sea, ¡UNA CUARENTENA! —dijo Julián emocionado—

—Hijo, ¿Estás bien? La cuarentena te afectó mucho psicológicamente, no por nada tuve que pagar 300€ al mes para que tu estes bien, y que tengas ya muchos problemas. —Dijo su madre—

—Pero mamá...yo quiero —dijo Julián actuando triste—

—Ni peros ni nada, que tu quieras no significa que te haga bien, ya te dije que no—dijo la mamá empezando a enojarse—.

—Nunca dijiste que no —dijo Julián con cara de radio rebel—

—Pues ahora lo digo, que te quede claro, NO, y no intentes manipularme y cambiarme la opinión, veo una pizca de manipulación o intento de cambiarme el no, te quito el móvil, ya estás avisado —alertó la mamá enojada—

—Ayy mamá—susurro mientras caminaba a su cuarto—. Comenzó a jugar sus videojuegos, esta vez jugaba Genshin Impact, que le encanta, y luego ceno y se fue a dormir.

Se levantó, e hizo su día normal y aburrido.

Desayunando, jugando, durmiendo, leyendo, viendo series, con el móvil, viendo la tele, comiendo, jugando videojuegos, durmiendo, saliendo con los amigos, cenando, con el móvil y cenando. Esta rutina se repitió, una y otra vez hasta que un dia, una semana exactamente después de la discusión con su madre, se levantó, ordenó su cuarto como de costumbre, fue a desayunar, y PUM, su mamá no estaba en casa, fue a buscarla, no la encontraba, en su habitación no estaba, se preocupó y comenzó a gritar:

—¡MAMÁ, MAMÁ, MAMÁ...! ¿DONDE ESTAS? — gritó Julián preocupado—

Cogió el móvil para llamarla, PERO NO HABÍA SEÑAL. Se fue a su cuarto a ver si funcionaba el ordenador Y NO FUNCIONABA.

—Oh no, oh no... — exlamó Julián nervioso—

Se vistió y salió, para ver TODA LA CALLE VACÍA.

Un secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora