"el placer de no pertenecer".
Esa era su palabra con la que se diferenciaba de las demás personas, encerrada en un mundo de fantasía, dónde solo ella era real.
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Todo dió comienzo con aquella risa que salió desde lo más profundo de su garganta, una risa tan fuerte que asusto a todos en aquella mesa.
"Solo era una niña" pensaron todos volviendo a comer en silencio, pero la risa no sesaba.
Decía cosas que llegaron a incomodar a su familia, cosas que no tenían sentido en una niña de tan solo cinco años recién cumplidos.
Y fue entonces cuando se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo, su hija estaba sufriendo desde lo más profundo.
Carcomiendo su alma desde dentro llegando a que hiciera cosas que ella no quería, haciendo que se lastimase a si misma o incluso a quienes la rodeaban.
Cansada de tomar aquellas pastillas todos los días por el resto de su vida la hizo pensar mucho sobre ello.
¿Realmente valía la pena seguir intentando volver a la normalidad?
¿Aquella enfermedad tenía cura?...
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