Ya nos habíamos visto antes, con el mismo fin, éramos conocidos, pero ninguno sabía nada del otro.
Estabamos en la cama, después de unirnos físicamente cuando me doy vuelta dándole la espalda acomodándome para dormir.
-Cuando te vayas cerrá la puerta con llave. - dije con la voz adormilada.
-Esta vez no me quiero ir.